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Ángel María Muela Martín (Torrelavega, 1948) tenía cinco a seis años cuando ya acompañaba a su padre, Ángel Muela Palacio, uno de los fundadores del Coro Ronda Garcilaso, en las emisiones que se hacían en la antigua Radio Juventud de la 'Noche de Marzas', junto ... a otro mito de estas tradiciones, Agapito Depás. Aprendió entonces, el Ángel niño, a apreciar las tradiciones y costumbres de Cantabria. Cultivó una afición que con los años ha seguido manteniendo. El Ángel adulto, tras completar una larga trayectoria laboral en Solvay, se dedica ahora, ya jubilado, a su familia, su mujer y sus hijos, aunque ya mayores e independientes, y a continuar con la labor de su progenitor.
Escritor costumbrista, con una decena de libros editados, gran aficionado al románico (junto a su inolvidable amigo, ya desaparecido Manuel Bartolomé), la Ronda Marcera le ha escogido este año como 'Marcero Mayor', título que recibirá el próximo sábado 29 de febrero, por la noche, como es costumbre, en el bulevar Demetrio Herrero. Sus amigos marceros le han distinguido este año, que se cumple el 31 aniversario de la ronda, por su aportación a esta tradición, como autor de 'La mi Norberta ' o 'Con la boina y la ijá'. También, como homenaje a su padre.
-¿Cómo acogió la noticia del nombramiento?
-Cuando me llamó Juan José Crespo, presidente de la Asociación Ronda Marcera, para decírmelo, me llevé una gran sorpresa porque no lo esperaba. Es un título que para cualquiera que sea de Torrelavega y amante de las costumbres y particularmente de las marzas, es el mejor título que le pueden dar.
-¿En quién o de quién se acordó?
-Inmediatamente se me vino a la memoria una serie de personas ligadas con las marzas. Mi padre el primero, porque en el año 1955 fue el autor del primer guión radiofónico de las marzas. El segundo, un hombre que para mí está un poco olvidado, Agapito Depás, y con quien mi padre escribió cuatro guiones. También me acorde de una persona muy entrañable, Manuel Bartolomé, con quien disfruté muchas ediciones de las marzas. Juntos hemos escrito y representado, con la gente de Tanos, varios guiones de las marzas. Y me acordé también de alguien que afortunadamente está con nosotros, Antonio Bouzán, quien si no me equivoco, ha intervenido en todos los guiones de las marzas.
-¿Qué recuerda de sus «andanzas» marceras junto a su padre?
-Le acompañaba cuando iba por los pueblos, yo era un crío, y también en los ensayos en la emisora y en las grabaciones, incluso llegué a intervenir en uno de los guiones haciendo el papel de niño, lógicamente. Me acuerdo mucho también del cuadro de actores que participaban en estas emisiones. Eran muy buenos. La emisora aportaba su plantel habitual y al mismo se sumaban coralistas, caso de Antonio Bouzán.
-¿Ha vuelto a tener la ocasión de repetir la experiencia de los guiones radiofónicos?
-Coincidiendo con el centenario del nacimiento de mi padre, junto a Bartolomé recuperamos unas marzas que hizo con Agapito Depás. Le dimos el mismo formato que en la emisora, incluida la participación del Coro Ronda Garcilaso que cantó en directo y nosotros hicimos la parte hablada. Posteriormente, en 2018, hice un guión homenaje a Bartolomé, que incluso conseguimos incluir en la grabación la voz de Manolo. Ese CD por supuesto que se conserva y se emite en la emisora que lo considera adecuado, en fechas de marzas.
-En sus recorridos junto a su padre por los pueblos de Cantabria recopilando marzas... ¿Muchas anécdotas?
-Yo iba un poco de oyente porque era un crío. Le gustaba mucho hablar con la gente. Recogía historias, giros, refranes... Y luego, con todo eso, le recuerdo como lo pasaba al papel, en casa, con una de aquellas máquinas de escribir antiguas. Me acuerdo más, porque me llamaba la atención, en la emisora un hombre, que se llamaba Milos, que era el encargado de hacer todos los efectos especiales. Tenía una colección de cachivaches rudimentarios -sonríe- que lo mismo llamaba a la puerta, que hacía el movimiento de un perro. Y lo hacía muy bien. Luego hice un poco lo mismo pero con Manolo Bartolomé, a quien me unía además del amor por las costumbres, el amor por el románico.
-Y de esa pasión por las tradiciones, la escritura...
- Siempre he vivido las marzas, el Coro Ronda Garcilaso... Cuando mi padre falleció yo tenía los guiones originales de las marzas y Bartolomé me animó para escribir un libro, 'Aquellas marzas de la radio', recopilación de todos esos guiones. Después, llegaron otros diez títulos más, el último 'Mi güelo Quico'. Pero también he hecho las historias del Club de Baloncesto SAB Torrelavega y de Coorcopar. Y con Bartolomé escribimos la trayectoria del Coro Ronda Garcilaso y recopilamos la historia de las danzas de los Picayos de Tanos.
-¿Alguno de sus dos hijos continuarán la tradición costumbrista y marcera?
-El mayor, Gabriel, curiosamente ha intervenido en varias grabaciones marceras, pero ahora está trabajando en Bruselas y por el momento, lo tiene complicado. El pequeño es menos aficionado a la farándula. Conseguí que colaborase en el homenaje a mi padre, pero nada más...
-Va a ser un marcero muy especial porque el título lo recibirá en el 125 aniversario de Torrelavega como ciudad...
-En efecto, actos en los que participaré también con la escritura porque me han pedido un capítulo sobre los inicios de la música coral para un libro que se presentará en este año tan especial. Ahí hago recordar que la agrupación más antigua de Torrelavega es el Batallón Infantil cuyo estandarte está en la Cámara de Comercio.
-Una última pregunta muy personal. ¿Qué música le gusta?
-En mi mp3, cuando salgo a caminar, hay tres bloques, uno con folclore regional, otro con boleros y el tercero, con música moderna, Todo tipo de música.
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