El Ministerio da otro paso «trascendental» y aprueba el estudio informativo del soterramiento

Finalmente, y basándose en otros criterios, el Ministerio ha terminado eligiendo la menos buena. Las diferencias entre ambas alternativas son muy técnicas, pero el resumen podría ser el siguiente: la de bombeos, la seleccionada, desarrollará la ejecución del soterramiento mediante recintos estancos con bombas de achique y restitución de flujo; la desechada, denominada 'Jet Grounding', proponía un tapón de fondo e infiltraciones impermeabilizantes para gestionar el subsuelo de Torrelavega, una solución que, según los técnicos del Consistorio, era la más idónea para evitar cualquier tipo de problema durante el desarrollo de la obra.

Esa apreciación ha quedado ignorada por el Ministerio y las consecuencias son inciertas todavía, pero el Ayuntamiento confía en que no habrá ningún tipo de inundaciones durante el transcurso de la integración ferroviaria. «No hay riesgo. Ninguno. El subsuelo de Torrelavega va a estar más controlado que nunca», ha alegado este miércoles el alcalde, Javier López Estrada, seguro del carácter «trascendental» de esta noticia y del criterio impuesto ahora por Madrid, a pesar de su declarada intención de evitar el modelo de bombeos hasta hace apenas unas pocas semanas.

La resolución de la Secretaría de Estado de Transportes y la aprobación del estudio informativo -que pese a todo no da por cerrado el proceso de optimización y se propone seguir trabajando «en una mejor inserción de la actuación en el entorno»- es uno de los pasos que venían esperando ansiosamente el Consistorio y la Consejería de Obras Públicas, las dos administraciones que, junto al Ministerio, financiarán el proyecto -al 20, 30 y 50%, respectivamente-. A partir de aquí, si un recurso contencioso administrativo no empaña los próximos días, a Torrelavega y Peña Herbosa sólo les queda esperar hasta el 7 julio, día en que Adif presentará al fin el proyecto definitivo de la vía auxiliar. Según la coalición de gobierno de PRC y PSOE, las labores para ejecutar este itinerario alternativo se licitarán entre finales de este año e inicios del siguiente.

Al contrario que la elección de la alternativa de bombeos por parte del Ministerio, que es un jarro de agua fría, la fijación de ese día fue recibida hace dos semanas como agua de mayo. La fecha es un pistoletazo de salida fundamental para empezar a carburar la maquinaria administrativa después de cuatro años de declaraciones, un clavo al que agarrarse y que, tras muchas suspicacias, el equipo de gobierno ya puede enseñar a la ciudadanía y a los partidos de la oposición más críticos con el largo devenir de estos trámites.

Ese mismo matiz político adoptó el pasado 26 de mayo la superación de la Declaración de Impacto Ambiental requerida por el Ministerio de Transición Ecológica, otro paso fundamental para hacer realidad el proyecto de integración ferroviaria. Con todo, su contenido -que ya reflejaba los riesgos de inundación- puede ser una jugosa hemeroteca para las voces críticas, ahora que Transportes ha hecho pública su predilección por el sistema de bombeo menos favorable.

Con razón o sin ella, el ánimo del equipo de gobierno sigue intacto tras esta cadena de anuncios relevantes. «Tenemos la sensación de que esto va cogiendo velocidad de crucero. Si conseguimos defender el cronograma, las obras empezarán el próximo año», declaraba hace unas semanas López Estrada, antes de señalar los avances de Adif y Transportes en relación al proyecto constructivo y el proceso de supervisión que seguirá a la presentación de la vía auxiliar, de aquí a lo que resta de año.

Para entonces, los ciudadanos deberían tener una idea clara de por dónde discurrirá el tráfico de mercancías durante los cuatro años que durarán el soterramiento. La variante auxiliar, el itinerario llamado a encauzar el paso de los convoyes, discurrirá desde la zona del IES Besaya hasta el tanque de tormentas situado a la entrada de Torrelavega, junto a la rotonda de La Inmobiliaria. Sin la construcción de esta variante, los operarios no pueden enterrar las vías. De ahí todas las autorizaciones que viene superando el recorrido, valorado en unos cuatro millones.