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Los vecinos que residen en el entorno del paso a nivel de FEVE en la calle Pablo Garnica, de Torrelavega, están muy preocupados por la presencia de un pirómano que ha quemado más de una docena de coches desde que comenzó el año. La Policía ... le sigue la pista y no le ha detenido por falta de pruebas. El pasado fin de semana volvió a actuar después de varias semanas de 'tregua', quizá por el confinamiento, y, al parecer, esta vez sí hay un testigo.
El pirómano actúa de madrugada, casi siempre los domingos, e incendia vehículos y también contenedores de basura con pastillas como las que se utilizan para encender barbacoas. «Llevaba un tiempo tranquilo, pero parece que ha vuelto a las andadas. Es complejo dar con él porque lo hace muy rápido y no deja pistas», explica el concejal de Seguridad, Pedro Pérez Noriega. «La Policía sigue investigando y esperamos que sea detenido en breve. Podría vivir en la zona», concluye.
En la madrugada del pasado domingo calcinó tres coches y otros dos resultaron dañados. Uno de ellos, un Peugeot 407, es propiedad de José Manuel Díaz, a quien avisaron agentes de la Policía Local a las cinco de la mañana. «La gente está harta, esto no se puede consentir. Coches ardiendo y explotando de madrugada. Menos mal que parece que esta vez le ha identificado una señora», afirma. «Todo el mundo le conoce. Es joven, se llama César y vive por aquí. La Policía le estaba siguiendo, pero todo se paró con el confinamiento», señala José Manuel, que ahora trata de «arreglar» los papeles del seguro, aunque tiene claro que «no me van a pagar los que valía el coche; estaba como nuevo».
«A mí me le quemaron en febrero y ahora me da terror aparcar por aquí», reconoce María Gutiérrez, que reside y trabaja en el entorno. Su coche era un Citroën C3 y esa noche resultaron calcinados otros dos. «Ayer bajábamos los de casa histéricos, pensando que nos había tocado otra vez. Dicen que ahora hay un testigo, aunque yo lo mío lo doy por perdido. Fue siniestro total, para el desguace. Hoy he recogido el coche nuevo, que se había retrasado con el confinamiento, y estoy buscando garaje para no dejarle por aquí», afirma.
Junto al paso a nivel hay una gasolinera y en ella trabaja la joven Paula Bárcena, que tiene su teoría sobre lo que ocurre: «Creo que es un chaval que se coloca los sábados por la noche y quema los coches cuando vuelve a casa. Yo empecé a trabajar aquí hace seis meses y en los dos primeros fines de semana ardieron unos ocho coches». Paula comenta que las cámaras de la gasolinera no han registrado las acciones del pirómano y nos muestra el estado en el que quedó un pequeño Hyundai el pasado fin de semana. «Es de una chica que conozco y no es normal que la hagan esto», concluye.
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