La regulación de terrazas covid en Torrelavega no se cumple un año después del fin oficial de la pandemia

El Ayuntamiento ya venía avanzando su intención de extinguir esta concesión -el covid ya concedía cierto margen para relajar medidas desde antes, como el fin de la mascarilla obligatoria en 2022-, pero la resolución estaba llamada a ser un punto de no retorno claro en la gestión de este tema. Al menos aparentemente; no en vano, nada de lo fijado en ese texto se ha cumplido.

Todo sigue igual. El concejal de Seguridad Ciudadana, Pedro Pérez Noriega, que reconoce el nulo efecto de aquella resolución en los últimos doce meses, avanza que el Consistorio trabajará para restaurar la situación precrisis a partir de «este mismo verano», empezando por la realización de inspecciones y mediciones de las que, según dice, se encargará la sección de Obras. «Tenemos que hacerlo», ratifica el concejal, consciente de la falta de oportunidad que, para el sector hostelero, podría suponer acelerar esta transición en pleno verano. «Nunca es un buen momento», subraya, antes de cifrar en aproximadamente 120 el número de establecimientos afectados.

No todos los casos son iguales -de ahí las inspecciones-, pero la resolución de Alcaldía publicada hace un año obliga al Ayuntamiento a restaurar la normativa previa a la expansión del coronavirus, ajustando así el tamaño de las terrazas a la ordenanza local, la que regula su ocupación del dominio público con sillas, mesas y otros elementos.

El resumen es que si se beneficiaron del permiso, deberán devolver ese espacio. La norma que quiere hacer cumplir la Administración distinguiría dos grandes tipos de terrazas, eso sí: aquellas que crecieron a lo ancho, siempre con permiso de los edificios colindantes; y las que se dispersaron a lo largo, nunca sobrepasando más del 50% de la calle y dejando 1,80 metros como mínimo para el tránsito de personas.

Han pasado ya cuatro años y dos meses desde que, a la vista del grave impacto que tendría la crisis sanitaria del covid-19 en el sector de la hostelería, el Ayuntamiento de Torrelavega y otros municipios otorgaron permiso a muchos negocios para ocupar más espacio público con la idea de, mal que bien -muchos no sobrevivieron a la pandemia-, ayudar a los locales a sobreponerse a esa odisea sin precedentes. Nacían las terrazas covid y con ellas, no sólo una mera proliferación de mesas, sino la instalación de celosías en las plazas y hasta tarimas en zonas de estacionamiento -siendo esto último uno de los recursos que el Consistorio estaría estudiando permitir-.

Todo esto viene siendo un asunto de difícil digestión y polémica tanto para hosteleros, a un lado, como peatones y agentes sociales, al otro. Unos reivindican el derecho a ocupar un espacio que, sobre todo en verano, se llena de clientes; entre los peatones y colectivos como la Mesa de Movilidad, por su parte, el incremento de estas mesas supone una clara invasión, cuando no un problema de seguridad.