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Averías frecuentes, ruido, contaminación, malestar de los usuarios y los conductores... La flota de autobuses del transporte urbano de Torrelavega no da para más. La mayoría de los trece autocares del Torrebús supera los 800.000 kilómetros después de doce años de servicio. El ... Ayuntamiento quiere poner fin a esta evidente precariedad en los próximos meses, aprovechando una nueva licitación del contrato, dado la última prórroga del actual concluirá en septiembre de este año.
La concejala de Movilidad, Jezabel Tazón, recuerda que el Torrebús se puso en marcha en 2011 y fue entonces cuando se compraron los autobuses, Iveco, que aún circulan por las calles y carreteras del municipio prestando dos servicios: el transporte urbano y el escolar. Su departamento está trabajando, de forma «ardua», en la redacción del pliego de condiciones del nuevo contrato, que espera tener listo en las «próximas semanas» y apuesta por sustituir ocho de los autocares, concretamente seis del transporte urbano más dos del escolar que también tienen muchos kilómetros porque «a veces sustituyen a los que se averían». Los otros cinco podrían seguir rondando tres años más «hasta completar los dieciséis que nos permite la ley», explica la edil regionalista.
Lo que no tiene claro es la nueva tecnología por la que deben apostar: «Lo único decidido es que no tienen que contaminar. Hemos hablado mucho del vehículo eléctrico y también del híbrido, pero es un mundo tan cambiante... Quizá el futuro Torrebús sea una mezcla de todo ello».
Jezabel Tazón hace hincapié en que el servicio se encuentra en pleno proceso de comarcalización y ya se presta en tres municipios limítrofes: Polanco, Reocín y Cartes. Ello ha obligado a «estirar lo que tenemos» y reducir frecuencias en algunas líneas, lo que ha provocado malestar entre los usuarios, pero también está permitiendo a los técnicos «medir las necesidades» de cara a culminar la redacción del pliego de condiciones de nuevo contrato, que podría incluir un «aumento de la flota».
Javier Polanco, portavoz de la Mesa de Movilidad del Besaya, recuerda que se entrevistaron con el alcalde, Javier López Estrada, podo después de acceder al cargo, en 2019, y ya entonces le comentaron que «era más que evidente que había que renovar los autobuses aprovechando que finalizaba la concesión». «Se compraron baratos y malos -señala-, con una tecnología desfasada, y han ido dando muchos problemas que se van acrecentando con el paso de los años».
Polanco afirma que la prórroga de cuatro años del contrato que se concedió poco después de la reunión con el regidor, debería haber servido para realizar los estudios de viabilidad correspondientes, pero «no se ha hecho nada». Además, dice que ha habido un problema que se ha silenciado: «Se ha ampliado el servicio a otros municipios a cambio de reducir frecuencias. Seguimos con los mismos autobuses del principio y no dan más de si por mucho que quieran estirarlos».
Según el portavoz de la Mesa de Movilidad del Besaya, Torrelavega ya debiera tener un sistema de energía eléctrica o híbrida en su transporte urbano, como ocurre en «otras muchas ciudades». «Que se pongan ya las pilas con este tema; no vamos a aceptar que sigan apostando por combustibles fósiles», advierte. Polanco indica que se debiera aprovechar también el nuevo contrato para implantar el servicio a demanda en algunos barrios con pocos viajeros, sustituyendo el Torrebús por el taxi y fortaleciendo otras líneas que «son mucho más utilizadas».
La elaboración del nuevo contrato del servicio de transporte urbano de Torrelavega está resultando más compleja de lo previsto, por lo que la Corporación acordó en 2023 prolongar un año el actual convenio. Para los técnicos está resultando difícil emitir los informes previos a la licitación, dado que el Torrebús está inmerso en el proceso de comarcalización y se están demorando decisiones políticas sobre el tipo de servicio que se quiere prestar o el modelo a implantar.
El convenio para la gestión del Torrebús fue formalizado con la UTE Transitia/Pavigón en diciembre de 2010, y varios años después fue cedido a la compañía Transportes Urbanos de Cantabria, perteneciente al Grupo Alsa. La prestación del servicio se inició en octubre de 2011, con un plazo de ejecución de ocho años, que fue prorrogado cuatro más en 2019. Concretamente, el periodo de vigencia del contrato concluirá el próximo 30 de septiembre.
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