«La única esperanza es que le hayan recogido»

Fidel salió a pasear por el barrio el día de Reyes, después de echar la siesta como era su costumbre, pero no volvió a casa a la hora prevista –en torno a las siete de la tarde– y la familia dio la voz de alarma. Horas después, a la una de la madrugada, la cámara de seguridad de una vivienda de Cerrazo (Reocín) registró su presencia. Parecía desorientado. A partir de ahí se montó un amplio dispositivo de búsqueda en esa localidad y su entorno, pero concluyó sin éxito el jueves después de peinar la zona.

Uno de sus hijos, José María, ha mostrado su agradecimiento a las muchas personas que han participado en el dispositivo –más de medio centenar– y las que ahora se ofrecen a seguir buscando a su padre, pero la familia prefiere que no lo hagan porque «puede ocurrir un accidente y ahora no hay profesionales para dirigirlos». «Hay vecinos, amigos y familiares –explica– que queremos seguir buscándole, pero nos da miedo que pase algo, sobre todo en las zonas de monte».

José María indica que ahora la investigación está centrada en Torrelavega y la dirige la Policía Nacional, aunque «en la ciudad lo tenemos todo andado y no hay gran cosa que ver». «Hubo pistas que parecían fiables –añade–, gente que le había visto por la calle e incluso hasta de copiloto en un coche, pero no tenemos confirmación de nada». Sin embargo, es en la colaboración ciudadana en la que más confían: «La única esperanza es que al final siempre hay gente que dice que le ha visto, que haya alguien que le haya recogido y esté tan despistado como mi padre».

El concejal de Seguridad, Pedro Pérez Noriega, ha confirmado que la Policía Nacional, con la colaboración de la Policía Local, seguirá peinando Torrelavega este fin de semana y los agentes volverá el lunes a Cerrazo con la unidad canina. El dispositivo que encabezaba el servicio de emergencias del Gobierno de Cantabria y que actuó tres días en esa localidad, quedó suspendido el jueves. Integrantes de Cruz Roja, Protección Civil, Montes y Policía Nacional se volcaron revisaron prados, caminos, montes y hasta la ribera del Saja, pero nada, el resultado fue negativo.

«Hemos peinado todo el entorno y ha no sabemos donde mirar», reconocía Javier Allende, el coordinador del puesto de mando, instalado en el antiguo campo de fútbol de la localidad. La búsqueda fue tan «exhaustiva» que Cruz Roja llegó a rastrear el río a pie y con pequeñas embarcaciones.

Su hijo José María reconoce que su padre ya les había dado «un par de sustos» por regresar a casa unas horas después de lo previsto, en una ocasión tras una consulta médica, pero esta vez es algo «mucho más serio». A Fidel le vieron el sábado tomando un café en el bar Las Portillas y después caminando, primero hacia Puente San Miguel y finalmente en Cerrazo.

Después, los testimonios de algunas personas hicieron pensar a los investigadores que alguien le había podido recoger en su coche, dado que decían haberle visto en Torrelavega. Un vecino de Fidel, que le conoce desde hace tres décadas, aseguró incluso que le había visto de copiloto en un viejo coche y ataviado con un sombrero. También los rastros seguidos por los perros de la Policía en Cerrazo resultaron esperanzadores, pero ha pasado una semana y la familia sigue sin noticias sobre su paradero. En el momento de su desaparición, Fidel, que mide 1,70 metros de altura y tiene pelo canoso y ojos azules, vestía pantalón gris, chaqueta negra y jersey verde. Si alguien tiene más información debe llamar a Emergencias (112).