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David Carrera
Torrelavega
Martes, 9 de julio 2019, 14:31
«Esto se veía venir, con esa pendiente, el agua que ha caído y ese montón de tierra al aire, es normal que haya cedido». Es el testimonio de una de las vecinas de la colonia de viviendas La Palmera-El Salvador, de Barreda, las ... casas próximas a las obras de ampliación de la autovía A-67 donde esta madrugada se produjo un argayo, que ha obligado a cortar la carretera en dirección a Torrelavega desde primera hora de la mañana.
Los vecinos, que ya habían alertado de «un posible desprendimiento» por la realización de estos trabajos junto a sus casas, se muestran preocupados. «Los responsables de la empresa que lleva a cabo las obras nos aseguran que no hay riesgo alguno, y no nos queda otro remedio que confiar en que el gran muro de hormigón levantado junto las viviendas nos proteja, pero desde nuestras ventanas vemos como el movimiento de tierras es muy grande y a veces parece que la autovía queda en el aire«, señalan.
Esta vecina del barrio de El Salvador explica que los residentes, la mayoría se han enterado del argayo ya por la mañana y en su caso «me lo han dicho cuando estaba en una sesión de rehabilitación en Torrelavega al ver que todos los fisios llegaban tarde porque les había cogigo en sus coches el corte de tráfico en la autovía».
Inmaculada, una joven que vive en los pisos de La Palmera, dice que llega del trabajo por la noche y que «no me he enterado de nada, salvo la tormenta, los truenos que se han escuchado, pero nada más y por la mañana cuando me lo ha dicho mi madre».
Un vecino del número 19, que contempla como los camiones retiran los montones de tierra caída bajo la autovía, subraya que la empresa insiste en que la situación no supone ningún riesgo para las viviendas, sin embargo reconoce que la preocupación en el barrio «es evidente» y «más después de lo de anoche, porque el desprendimiento se ha producido unos metros antes de las casas más próximas, las nuestras, que aunque están protegidas por un enorme muro de hormigón, la gente, sobre todo los más mayores tienen miedo porque las obras están pegadas a las ventanas».
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