De patroneo por los bares y las terrazas

Pero no fue tanto lo que había sobre la mesa sino quienes se sentaron alrededor lo que realmente animó la jornada. «¡Pero bueno! ¿Dónde andabas?», «¡no te pases con los blancos!» o «a ver si nos ponemos al día» fueron saludos constantes entre los que se topaban por las calles. En las barras, el guion era más sencillo y hubo una comanda más habitual que ninguna:«Otra de rabas».

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Entre tanto, había que hacer tiempo y los vecinos disfrutaron al ritmo de la música de los pinchadiscos, un valor seguro en estas fiestas, o de la Agrupación de Danzas Virgen de las Nieves, cuyo pasacalles y actuación final en la plaza roja sedujo a decenas de personas. También a los niños, tan pronto sosteniendo un globo y corriendo por la plaza como poniendo ojitos a todos los aperitivos que salían de la barra. Imposible encontrar un sitio libre en las terrazas. Cotizan alto estos días.

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Sería imposible cerrar la crónica sin mencionar a las peñas, el corazón de estas fiestas y, una jornada más, de ese ambiente tan especial que respira la ciudad. Sus fotos de familia, sus banderas y, sobre todo, el buen rollo que desprenden hacen de Torrelavega un ejemplo de cómo pasárselo bien. «¡Sácanos guapos!», solicitó más de una agrupación en Julián Ceballos, aún en obras aunque bien adecentada para esta semana.