Secciones
Servicios
Destacamos
Isaac Asenjo
Madrid
Viernes, 30 de diciembre 2022, 18:51
No sucede, pero si al hacer el 'check out' (formalizar la salida del alojamiento) el el hotel nos pidieran revisar nuestra maleta, seguro que a más de uno se le subirían los colores. ¿Se ha llevado algo de la habitación? ¿Usted también? No es que ... la gente confunda el 'todo incluido' con la barra libre para quedarse con todo lo que hay en la habitación, pero a la vista está que parece una tentación difícil d eresistir. Según una encuesta realizada por el portal Hoteles.com, un 70% se los españoles reconoce haberse llevado en alguna ocasión objetos de valor durante su estancia en algún alojamiento vacacional. Del estudio se desprende que además de llevarse los típicos accesorios de baño (botecitos de champú, peines, cepillos de dientes, gorros de plástico...) la gente también se lleva a casa toallas, cuadros, secadores, bombillas, sábanas e incluso obras de arte que están en la habitación.
No es de extrañar, por tanto, que en muchos establecimientos estén pidiendo algún tipo de fianza (entre 5 a 10 euros) por el mando a distancia de la habitación, ya que las pilas de éste son otro de los artículos que más comúnmente desaparecen.
Ramón López, director de VP Hoteles, cuenta que aparte de lo típico como albornoces y botecitos de gel o las zapatillas de andar por casa ha tenido alojados clientes que al irse se llevaron un cuadro de la suite y hasta alguna almohada ergonómica o de plumas. «Los abrebotellas y sacacorchos también son otros de los objetos que más gente se lleva en la maleta de vuelta a casa», añade Ángela Verdú, subdirectora de Dormio Resort Costa Blanca.
Pero estos robos no solo suceden en hoteles de muchas estrellas. También en los de pocas y en campings. «Las neveras de playa de diseño que tenemos en todas nuestras tiendas son un artículo muy codiciado, pero es raro que se lleven eso. Sí hemos tenido casos de gente que se ha llevado desde un colchón de matrimonio a un merendero de madera con sus dos bancos», repasa Samuel Mateos, responsable de comunicación de Kampaoh, empresa de camping sostenible con tiendas que incluyen mobiliario y ducha. Explica que, como en muchos de los campings los clientes pueden aparcar su coche o furgoneta junto a la tienda, «algunos le echan cara y hacen hueco para 'un recuerdo' de su estancia». Aunque para robos raros, el que descubrió Ángela Verdú en una de las habitaciones que acaba de quedar vacía. «Parece imposible por el tamaño pero los huéspedes se habían llevado la cuna».
Llevarse algo de comida del bufet del desayuno para ahorrarse la comida de media mañana, está prohibido en muchos hoteles, de la misma forma que no declarar lo que se ha consumido de esa «tentación» llamada minibar. Eso se da casi por hecho y ya no sorprende tanto a los responsables de los establecimientos. Sí les asombra las técnicas de los clientes para camuflar el robo. «Hay clientes que se han bebido alguna botella y luego la han rellenado con agua o zumo para simular que estaba sin abrir», relata López, que subraya, no obstante, que se trata de importes poco significativos. Aún así, algunos hoteles ya se han puesto las pilas con este tema y están usando básculas electrónicas y sensores de movimiento detectar cuántas veces se ha abierto la nevera y para saber cuándo alguien ha tomado algo.
El listado de cosas que desaparecen como por arte de magia de los hoteles es largo y según un estudio de Wellness Heaven hecho en más de 1.100 establecimientos hoteleros, uno de los objetos más apreciados por los huéspedes son las bombillas. Y tampoco es tan raro que alguien se lleve el secador de pelo como 'souvenir'. Platos y vasos que suelen poner en casi todas las habitaciones también suelen ser objeto de deseo, además de cubiertos y las perchas del armario.
Esto de los pequeños (o grandes) robos en hoteles está más que 'documentado' y según varias encuestas realizadas por el servicio hotelscan.com, España está a la cabeza del mal comportamiento de sus huéspedes en Europa. Somos un país de referencia en el sector turístico y también tiene este reflejo. Sobre el perfil de personas que se llevan en la maleta cosas que no son suyas, hay de todo, con predominio de las familias de vacaciones.
Las primeras personas en darse cuenta de que algo falta en la habitación son las personas que trabajan como camareras de piso. «Comprueban mediante un 'check list' básico que la habitación cuenta con todos los elementos que conforman el equipamiento de la misma en cada salida del cliente.
En caso de que falte algo se envía un email al cliente para advertirle y en este se indica la valoración económica de lo desaparecido, junto con el cargo correspondiente a la tarjeta que nos han dejado de garantía», señala director de VP Hoteles. En otros establecimientos, depende de lo que sea y de la cuantía, «se hacen fotos y se le envían al cliente por correo electrónico o se le llama directamente por teléfono para comentarle lo ocurrido», señala Verdú. Así que no, no siempre sale gratis llevarse la toalla del hotel. Cada vez menos.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.