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Desayuno de domingo con... Muriel Romero: «Hay un nivelazo de bailarines, y coreógrafos, pero seguimos sin ese soñado teatro propio»

Murcia, 1972. Soy, desde septiembre, la directora de la Compañía Nacional de Danza (CND). Soy también bailarina, coreógrafa, pedagoga, gestora cultural, y quiero apoyar la danza actual y la del futuro.

Viernes, 25 de Octubre 2024, 12:13h

Tiempo de lectura: 2 min

XLSemanal. Con 11 años ingresó en la Escuela Nacional de Danza de Madrid (matrícula de honor en todos los cursos) y a los 16 años vino a esta casa.

Muriel Romero. [Ríe]. Sí, aquí firmé mi primer contrato (con Maya Plisétskaya), pude participar en concursos y salir al mercado europeo.

XL. Y tanto... Fue primera solista del Bayerische Staatsballett en Múnich, primera bailarina en la Deutsche Oper Berlin, actuó en el Nationaltheater Mannheim, en el Mariinski de San Petersburgo…

M.R. Luego, en 1995, regresé a la CND con Nacho Duato y ahora he vuelto.

XL. Anima su optimismo: la queja siempre empieza por la falta de educación…

M.R. La educación está y hay gran nivel en los conservatorios; tenemos cuatro en Madrid, y hay conservatorios superiores por toda España; también teatros que programan cada vez más danza. El bailarín está de moda.

«Hay también un gran nivel en los conservatorios, teatros que programan cada vez más danza... El bailarín esta de moda»

XL. Desde 1987 no dirigía una mujer la CND, ¿le gusta lo que ve?

M.R. Tenemos un nivelazo en cuanto a bailarines, coreógrafos, gestores…, pero nos falta más apoyo institucional, seguimos sin ese soñado teatro; pero la danza ha crecido muchísimo.

XL. Anima su optimismo: la queja siempre empieza por la falta de educación…

M.R. La educación está y hay gran nivel en los conservatorios; tenemos cuatro en Madrid, y hay conservatorios superiores por toda España; también teatros que programan cada vez más danza. El bailarín está de moda.

XL. Entonces, ¿los mensajeros somos unos 'agonías'?

M.R. No [ríe]; la CND debe girar más, tenemos que programar nuevos repertorios no estrenados aquí y necesitamos más apoyo, está claro.

XL. Con un presupuesto de 1,8 millones, ¿lo primero es un máster en prestidigitación?

M.R. Depende; si lo comparas con otras compañías europeas, sí. Pero vengo de 15 años en una compañía independiente. Ahora serán 53 bailarines, 100 personas, giras… Toca trabajar con lo que hay.

XL. En 2008 fundó el Instituto Stocos, sus proyectos combinan matemáticas, psicología experimental, ingeniería e IA con música y danza, y sus obras se han representado en todo el mundo.

M.R. Esto no es un Stocos 2. También he bailado clásico y tengo un repertorio muy amplio. La dicotomía de clásico y contemporáneo ya es pasado. Queremos bailes y públicos versátiles y abiertos, y aportar cosas nuevas al amplísimo repertorio de 45 años de la CND.

XL. Solo tiene cerradas una Sylphide y un Don Quijote, ¿qué más veremos?

M.R. Eso es bueno y malo: no es fácil entrar en septiembre y encontrarte la temporada vacía. Se necesita más tiempo para programar, pero se conseguirá. Intentaré que veamos a Marina Mascarell, La Ribot, Cuqui Jerez, María Muñoz, Mónica Runde, Luz Arcas… grandes creadoras españolas que aún no han pisado esta casa.

«Café con leche de avena o un té rojo pu erh. Y un par de cruasanes; cuando puedo, me los traigo de Laredo, los de almendras son los más ricos».