¿Por qué es tan importante el entrenamiento de fuerza en la pérdida de masa grasa?

Recordemos que perder peso no significa perder grasa y que «actividad física» no tiene nada que ver con «ejercicio físico» siendo este último el que provoca una adaptación que en términos de salud se manifiesta con una mejora en la composición corporal (disminución de grasa y aumento de masa muscular)

Siempre hemos relacionado a la pérdida de grasa términos como «ejercicio aeróbico», «cardo», ambos relacionados únicamente con el movimiento, dejando de lado uno de los principios fundamentales del entrenamiento: la individualización.

El entrenamiento aeróbico no es válido para todos los individuos. Destacando un riesgo por encima de todos y es el movimiento repetitivo que este entrenamiento provoca, la persona debe tener el sistema musculo-esquelético preparado para soportar este tipo de fuerzas, por ejemplo, personas de edad avanzada, con sobrepeso o alguna patología, es decir que no todo el mundo puede correr, saltar o montar en bicicleta.

Todos tendríamos que realizar un cierto acondicionamiento de fuerza antes de realizar una actividad repetitiva de impacto, es decir, crear una base muscular para poder mejorar en otros aspectos.

Antes de nada, tenemos que dejar claro el concepto de tasa metabólica basal que es el resultado de mantener activos los procesos vitales (respiración, circulación sanguínea…) por lo que el principal factor individual que determina el consumo de energía en reposo o lo que es lo mismo la tasa metabólica basal es la masa magra o masa libre de grasa (el metabolismo basal constituye entre el 60-75 % del gasto energético diario). Llegando a la conclusión de que si un individuo mejora su cantidad de masa muscular tendrá más posibilidad de generar déficit calórico para el objetivo de pérdida de grasa, a mayor musculatura mayor consumo de calorías por lo tanto más sencilla es la pérdida de peso.

Debemos resaltar que el trabajo muscular de alta intensidad genera un componente lento del Epoc durante un periodo alrededor de una semana. Esto significa que nuestro cuerpo tarda en recuperarse más de ese esfuerzo y la deuda de oxígeno es mayor.

Además con el paso de los años la masa muscular disminuye entorno a un 3% y un 8% cada década después de los 30 años y esto tiene como consecuencia la reducción de tasa metabólica y un aumento de tejido adiposo lo cual desemboca en que la calidad de movimiento y por tanto calidad de vida en la población de edad más avanzada empeore, por eso debemos empezar a aplicar programas de acondicionamiento de la fuerza con el fin de evitar este proceso denominado sarcopenia.

Desmitificar que el entrenamiento cardio o aeróbico es el principal y único método para la pérdida de grasa, el trabajo de fuerza es también un recurso fantástico para tal fin, además de aportar otros beneficios… en busca de 'nuestra mejor versión'.

Espero que os sirvan mis consejos, todo sea por vuestra salud. Si tenéis cualquier duda, os espero en mis redes sociales: Instagram y Facebook. ¡Fuerza, equipo!

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