Luisa Bahillo: «Mi casa sin animales sería como un violín sin cuerdas»

-¿Quién es Albin?

-Un perruco muy espabilado que nos devolvió la alegría.

-¿Nos?

-Cuando murió Sena, una perra que vivió conmigo 14 años, Gioco, la otra perra que tengo, se deprimió hasta el punto de que no quería moverse del sofá. Consulté a mi veterinaria y amiga, Amparo, que me recomendó adoptar otro perro, y empecé la búsqueda.

-Por las redes sociales.

-Sí. Albin y yo nos conocimos a través de SOS Setter, que tenía colgada en el Facebook su foto, su historia y un llamamiento urgente a la adopción porque iba a ser sacrificado. Ya sabe que cuando estos animales llevan cierto tiempo en la perrera sin que nadie les reclame...

-...se les mata, sí.

-De modo que monté a Gioco en el coche y allá que fuimos las dos a por él.

-Así que tiene dos perros recogidos de protectoras...

-...Y tres gatas, Tana, Tigri y Ali, recogidas de la calle...

-...Y un admirable espíritu de 'recogimiento'.

-Es lo que he visto en mi familia. Creo que si podemos ayudarles, tenemos que ayudarles. Y ya no solo a los animales. También a las asociaciones protectoras, con las que los organismos públicos deberían contribuir un poco más.

-¿Y no será que siente remordimientos porque las cuerdas de violín se hacían antaño con intestinos de animales?

-Jajaja ¡Qué va! Yo no he tenido que tocar con ellas.

-¿La casa de Luisa Bahillo sin animales sería como un violín sin cuerdas?

-No lo podía expresar mejor. Con el violín interpretas poniendo toda tu alma al servicio de quien te escucha con la idea de emocionarle y llegar a él. Con los animales pasa igual. Poseen esos mismos poderes, aunque multiplicados por mil. Te emocionan, llegan a ti, te reconfortan, te dan alegría y paz y al mismo tiempo te escuchan. Sí, mi casa sin animales sería como un violín sin cuerdas. Me hubiera perdido vivencias muy gratificantes.

-¿Su música amansa a sus fieras?

-Creo que es más bien al revés. Mis fieras me amansan a mí.

-¿Quién de los cinco aprecia más su arte?

-Dos de las gatas, Ali y Tana, se acomodan siempre junto a mí en cuanto me pongo a tocar. Ali busca la funda del violín y Tana el taburete del piano. Me ayudan con su compañía mientras estoy en el estudio. Sin embargo, Albin no es así. Él solo viene de vez en cuando como queriendo decirme: «oye, que sigo aquí».

-Le cambio a Albin por un Stradivarius.

-Pues mire, va a ser que no. Albin es un 'extraordinarius'. No hay otro como él.

-¿Ni por Lady Brunt?

-Sería un grandísimo honor poder tocar ese violín, pero mantengo el no por respuesta. Albin es uno más de la familia, hemos tenido mucha suerte de haberle encontrado y de aquí no se va a mover.