Del emprendimiento a ser el CEO de tu idea, ideas para triunfar esta primavera

Hay un punto de inflexión por el que todo emprendedor pasa y que abre las puertas a una nueva etapa, a una nueva forma de hacer las cosas y a una nueva fase mucho más madura en tu aventura: ha llegado el momento de dejar el autoempleo en el que se ha convertido tu emprendimiento para transformarte en CEO de tu negocio.

Esto sucede cuando eres consciente de que tu forma de trabajar, de organizar tu tiempo e incluso de vender tus productos o servicios ha tocado techo, y sabes que tener más clientes o robar más horas al sueño no es una opción.

Te toca ponerte 'manos a la obra' para redefinir tu modelo de negocio a todos los niveles, revisar tu cliente ideal, el precio y el alcance de tus productos y servicios, tus canales y tu estrategia de comunicación, entre otras cosas. Hay mucho trabajo por delante, pero los cambios más importantes que tienes que hacer son los de tu mentalidad, y hoy vamos a ver tres nuevos puntos de vista que necesitas tener como CEO de tu negocio.

En primer lugar, debes tomar distancia con respecto a tu emprendimiento. Y no me refiero a cambiarte de lugar físico, sino a disociarte y verte como algo diferente e independiente de tu labor profesional: tú eres una cosa y tu negocio es otra diferente.

Sé que cuesta tener este cambio de visión, especialmente cuando tienes una marca personal, pero es una separación súper necesaria, tanto a nivel personal como profesional. Crear algo desde cero, poner toda tu ilusión en ello y hacerlo crecer requiere mucha energía por tu parte, pero marcar esa distancia es súper sano y súper sensato.

Necesitas darte cuenta de que los resultados de tu emprendimiento no te definen a título personal, que cuando un cliente rechaza un presupuesto no te está diciendo 'no' a ti sino a esa propuesta, y que las redes sociales son un escaparate para tu negocio en el que no te debes comparar a título personal, entre otros cambios de chip.

Esa sensación de 'soltar carrete' y ver las cosas con más distancia y de forma 'menos personal' te va a ayudar a tomar mejores decisiones, a crecer de forma mucho más estratégica y a que todo ello sea más ágil y con menos desgaste personal: ¡eres la parte más importante de tu negocio y no puedes quemarte cada dos por tres!

Y hablando de tu rol dentro de tu negocio, otro cambio de 'chip' súper necesario que necesitas hacer 'para anteayer' es considerarte a ti mismo un recurso imprescindible en esta nueva etapa y tratarte como tal.

Define tu nuevo sueldo, tus nuevos horarios y tus nuevos días de vacaciones y diseña tu negocio para ello: aplica ingeniería inversa para encajar el resto de piezas de tu puzle en este nuevo escenario.

Porque si sigues esperando a tener mejores resultados para pagarte mejor, o a que termine esta temporada para tener más tiempo y poderte coger unas vacaciones o a terminar con ese cliente retador para bajar la tapa de tu portátil a una hora sensata, te aseguro que ese momento es probable que no llegue nunca.

Tu negocio debe ser rentable y tu retribución debe ser proporcional a todo el valor, la experiencia y la dedicación que estás aportando. Con esta mentalidad es mucho menos probable que procrastines o que des mil vueltas a una idea antes de tomar una decisión: tus horas tienen un valor, debes conocer tus números y a qué tareas imputas tu tiempo, y debes enfocarte en esas cosas que van a hacer crecer tu negocio.

Y, por último, pero no menos importante, están tus nuevos límites como CEO: debes aprender a decir 'no' muchas más veces que 'sí' y también a hacerlo sin culpabilidad.

Aprender a ser asertivo y a marcar límites sanos con tus clientes es clave, por mucho miedo que tengas a perderlos por el camino. Necesitas tiempo para darles un buen servicio, pero también para hacer crecer tu negocio y para disfrutar en tu vida personal, y eso no es posible si vives pegado al teléfono en modo permanente para atender cualquier petición.

Define tu nuevo tiempo de atención, elige una forma o un canal para esas comunicaciones que no sea el mismo que usas para tus temas personales y marca claramente en qué momentos vas a desconectar. Es sano para ti, es mucho más rentable para tu negocio y vas a ganar un montón de tiempo de calidad para dedicárselo a las cosas que son realmente importantes en tu vida.

Y no olvides lo importante que es tener «tiempo en blanco» en tu agenda y muy especialmente en tu mente: entregarte a «il dolce far niente» te puede parecer una utopía pero es lo más sano que puedes hacer a nivel emocional y también para mejorar tu productividad y lograr mejores resultados.

En el fondo, emprender no es más sencillo a medida que pasa el tiempo y vas quemando etapas: lo que realmente sucede es que tú estás más preparado para afrontar nuevos retos, y para eso debes cuidarte por el camino, ¡tienes por delante una nueva fase de esta aventura!

Espero que no cantéis eso de 'La maldita primavera', todo lo contrario... Os espero con más contenidos en mi página web y en Instagram. ¡Ánimo y nada de astenia, a empoderarse!

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