Jürgen Horffend: «Estoy orgulloso de la madurez demostrada por los jóvenes en esta pandemia»
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Es el responsable de la Casa de los Muchachos, un centro de menores con una tradición de cuarenta añosUna de las principales labores de Jürgen Horffend (Alemania, 1963), como responsable de la Casa de los Muchachos (residencia y centro de día para menores en riesgo de exclusión, perteneciente a la Fundación Amigo) es hacer que menores que han sufrido, debido a los adultos ... y por diferentes circunstancias, vuelvan a confiar en sí mismos y en los mayores, y así sacar lo mejor de sí mismos, para que crezcan fuertes de carácter, capaces de labrarse un buen futuro. En este empeño cuentan con el apoyo económico de la Fundación 'la Caixa'.
-¿En qué consiste la Casa de los Muchachos?
-La Casa de los Muchachos es un centro de menores con una tradición de cuarenta años. Fue una iniciativa de un grupo de voluntarios de la parroquia de la Asunción en Torrelavega para ofrecer un hogar a jóvenes en la calle. Desde el año 1982 está gestionada por los religiosos amigonianos y la Fundación Amigo, como lugar para menores en situación de desprotección y riesgo de exclusión social. En la actualidad, en la Casa se ubican dos proyectos: una unidad residencial para cuatro menores y un centro de día con trece plazas (suele haber hasta 16 menores). Ambos proyectos colaboran estrechamente con el Icass y los Servicios Sociales de Atención Primaria del Ayuntamiento de Torrelavega.
-La pandemia es dura para todos y los adolescentes están dando el do de pecho. ¿Cómo lo han llevado los chicos?
-En la adolescencia destacamos una tentación generalizada de no rebelarse contra normativas y, en este caso, constatamos que les cuesta verse limitados por la normativa sanitaria. Pero tengo que felicitar a nuestros chicos por el grado de madurez y responsabilidad con la que se han adaptado a las cambiantes circunstancias. Generalmente han asumido bien las circunstancias dictadas por la pandemia.
-¿Cuáles son las peores consecuencias de esta situación?
-El factor más significativo es el hecho de no poder llevar una vida normal, sin tener que estar pensando en cada momento en posibles riesgos y peligros. Hay mucho miedo, aunque nuestros chicos no siempre lo expresen. Para un adolescente, el hecho de no poder socializar con espontaneidad y libertad supone mucho.
-La Casa de los Muchachos también funciona como centro de día. ¿Han recuperado ya el ritmo prepandemia?
-En la primera reunión del equipo educativo, después del verano, nos planteamos el tema del protocolo de prevención sanitaria. Entonces parecía que podíamos volver a una mayor normalidad. Sin embargo, tomamos acertadamente la decisión de no adelantarnos y de esperar hasta el final de año para levantar las medidas implantadas. Visto lo visto, en este momento mantenemos todas las medidas: separación en burbujas (mayores y pequeños) con sus respectivos espacios reservados, aforos limitados, además de las medidas generales (mascarillas, geles etc.) que cumplimos al detalle.
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-Su campamento urbano, tan deseado por los jóvenes, y las acciones que desarrollan en diferentes centros juveniles, se suspendieron por la pandemia. ¿Han vuelto a retomar su actividad?
-Entre la opción de quedarnos en los veranos 2020 y 2021, sin poder organizar nada y la de ofrecer una versión alternativa, nos decantamos claramente por la segunda. Elaboramos una propuesta que en varias reuniones con los responsables de la Concejalía de Bienestar Social del Ayuntamiento de Torrelavega, revisamos, y, finalmente, ratificamos.
-¿Cuáles son las mayores necesidades de estos chicos en estos momentos?
-A este nivel la pandemia, no nos ha cambiado significativamente la vida. Las necesidades siguen siendo las mismas o, al menos, muy parecidas. En primer lugar, queremos crear relaciones de apego seguro, cuando muchas veces nuestros chicos han tenido experiencias que no les permiten fiarse de adultos. Estas relaciones de apego seguro son la base de toda nuestra intervención. Queremos empoderar a los menores para que sean capaces de sacar a flote sus capacidades y talentos. Para ello hay que trabajar el saber gestionarse con autonomía y madurez y asumir responsabilidades personales, superando la pasividad y el victimismo, tan comunes en nuestra sociedad.
-La Fundación Amigo atiende a más de mil jóvenes y adolescentes de la zona de Torrelavega, a través de diferentes proyectos. Para desarrollarlos, precisan de voluntarios. ¿Qué perfiles precisan?
-Nuestra labor es imposible sin el apoyo de los voluntarios. Debido a la pandemia hemos tenido que limitar su participación y, por otra parte, mucho menos personas (incluso voluntarios ya experimentados) se veían animados para acudir a nuestros proyectos. Hoy día ya hemos vuelto a cierta normalización. En realidad, no hay un perfil tipificado o obligatorio. Buena voluntad, equilibrio emocional y la capacidad de apoyar a nuestros chicos en tareas concretas son los requisitos básicos. Invitamos a cada uno que quiera a ponerse en comunicación con los proyectos a través de los correos electrónicos: cmuchachos@fundcionamigo.org o soam@fundacionamigo.org.
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