Consejos para sacar partido a una propiedad rural en Cantabria

Tanto como segunda residencia como para vivir en ella durante todo el año, o incluso como alojamiento turístico en el que invertir, la crisis del último año ha puesto en el mapa las viviendas rurales. Con algunos consejos es posible convertir cualquier casa rústica en un hogar acogedor, con encanto y hasta moderno.

Reformar una vivienda es un proyecto ilusionante, pero que también requiere de paciencia y planificación. Esta última empieza por comprobar que la estructura y los elementos fundamentales del inmueble (vigas, tejado, paredes, fontanería…) se encuentran en buen estado; especialmente en este tipo de viviendas, que suelen contar con historia a sus espaldas.

Una vez que se conoce el estado general de la casa, y que se ha comprobado qué elementos deben cambiarse y cuáles pueden mantenerse, es el momento de pensar qué uso se quiere dar a la propiedad, ya que de este modo se podrá adaptar su distribución y usos a las necesidades concretas.

Quizá sea necesario un número determinado de habitaciones o, por el contrario, la cantidad de dormitorios no sea una limitación y se prefiera emplear una mayor superficie en espacios comunes más amplios, lo que dará un mayor estilo a la vivienda. Sea como fuere, la reforma de una casa rústica permite una mayor libertad que hace que este tipo de proyectos sean prometedores.

En ese diseño inicial de la futura casa los planos juegan un papel muy importante. En ellos habrá que plasmar tanto la distribución de la vivienda -sin pasar por alto tanto los elementos que no se pueden alterar como los que necesariamente hay que renovar- como todas las instalaciones con que debe contar: saneamiento, electricidad, calefacción… Cada elemento de la futura casa deberá estar indicado.

Uno de los atractivos de las propiedades rústicas es el mantenimiento, incluso después de su reforma, de los materiales originales, con la ventaja de que la rehabilitación permite implementar un aislamiento que no está presente en las viviendas rurales originales. Junto con el aislamiento de fachadas, techos y suelos, la elección de unas ventanas adecuadas reducirá también las pérdidas de energía y aumentará el confort en la vivienda.

Es posible, también, que quieran crearse nuevos puntos de entrada de luz natural o ampliarse los ya existentes, o incluso crear nuevos puntos de luz que den una mayor iluminación y creen nuevos ambientes. En este sentido, las dimensiones de la vivienda pueden permitir la creación de una altura en la que se ubiquen ventanales.

También desde el punto de vista energético, una propiedad rural es el lugar ideal para aprovechar las fuentes de energía alternativas, especialmente la solar y la eólica, lo que puede ser una solución en determinadas ubicaciones, además de permitir ahorrar en los consumos.

Junto con el entorno y los materiales, la decoración es el tercer elemento que da a la casa su carácter rústico que, además, se va a ver acentuado por la personalidad de la construcción. Sin perder de vista que lo rural y lo moderno no tienen por qué estar reñidos.

A medio camino entre la edificación y el diseño, la posibilidad de recuperar elementos originales de la vivienda, como vigas de madera o paredes de piedra, es un valor que ofrecen este tipo de inmuebles. Si a estos materiales naturales se le suma la presencia de plantas, el resultado se verá potenciado y será aún más llamativo.

La elección de colores luminosos y terrosos, la combinación de distintas texturas en las alfombras o telas, así como el estilo y los materiales elegidos para el mobiliario, como la madera, el mimbre o la lana, pueden ayudar a crear un ambiente cálido y confortable. Los muebles restaurados, así como los elementos decorativos rústicos recuperados, pueden también combinarse con otros más modernos.

Otra de las ventajas de las viviendas rústicas es el uso que se puede hacer de sus espacios exteriores. Un plus que, además de haberse revalorizado, ofrece una calidad de vida inalcanzable en la ciudad. Independientemente del clima, existen soluciones para poder disfrutar del exterior en cualquier época del año: con o sin cerramiento, o con cerramientos abatibles; calefacciones de exterior; pérgolas o techos móviles…

Se pueden aprovechar los porches o tejados existentes para rehabilitar o crear nuevos espacios, o diseñar alguno nuevo, sin perder de vista la orientación más adecuada para el uso que se les quiera dar.

Así, en suma, podrás lograr que cualquier casa rural, tan demandadas en estos momentos, sean espacios de desconexión y confort único. ¡Manos a la obra!