Redescubre los higos con este sabroso menú casero y familiar

No os descubro nada si os digo que una dieta equilibrada y saludable debe incluir al menos cinco raciones diarias de fruta o verdura, pero sí debo incidir en que, además, es preferible consumirlas durante la estación del año de las que son propias ya que se encuentran en el punto óptimo de consumo y su sabor, su aroma, su aspecto y sus nutrientes se encuentran en su mejor momento.

Últimamente se habla mucho de consumir alimentos de temporada y de proximidad, especialmente fruta y verdura, pero ¿realmente entendemos por qué? Es importante conocer la temporalidad de los productos para sacar el máximo beneficio de cada uno de ellos. Y si además se producen lo más cerca posible de nosotros nos va a garantizar que se encontrarán en su punto óptimo de maduración, serán más frescos y sabrosos. Un alimento de proximidad será necesariamente un alimento de temporada.

Los higos son una fruta única que se pueden utilizar en infinidad de recetas dulces y saladas. Y, si eres goloso como yo y de vez en cuando tu cuerpo pide azúcar, puedes utilizar esta fruta para endulzar tus recetas de una forma natural sustituyendo los azúcares refinados o los edulcorantes artificiales y, además los higos te aportarán otra serie de beneficios potenciales para la salud.

Los higos son una gran fuente de fibra y están llenos de vitaminas y de minerales y muchos nutrientes que promueven una digestión saludable, disminuyen el riesgo de enfermedades cardíacas y ayudan a controlar los niveles de azúcar en la sangre.

En esta ocasión he preparado un menú de entrante, plato principal y postre en el que están presentes los higos. ¿Empezamos?

Esta ensalada no sólo está llena de alimentos ricos en nutrientes que te harán sentir muy bien, sino que esta ensalada también es súper fácil de hacer. En sólo 10 minutos tendrás una ensalada perfecta para un entrante saludable y saciante.

-300 gramos de sandía.

-1/2 cebolla roja.

-4-5 higos frescos.

-40 gramos de queso Feta.

-Rúcula (al gusto).

-1 cucharada de aceite de oliva virgen extra.

-1 cucharadita de zumo de limón.

-1 cucharadita de miel.

-1 cucharada de menta fresca.

-1 cuchara

da de albahaca fresca.

-2 cucharadas de reducción de vinagre balsámico.

-Sal y pimienta.

-Empieza preparando todos los ingredientes. Corta la sandía en dados pequeños.

-Corta la cebolla roja en juliana fina, desmenuza el queso Feta y corta los higos en cuartos o en rodajas, como prefieras.

-Limpia la rúcula.

-Coloca la sandía en el centro del plato y cubre con la cebolla. Reparte alrededor la rúcula y, por encima, coloca los higos.

-Reparte el queso Feta por toda la ensalada pero especialmente sobre los higos ya que el contraste salado-dulce hace especial esta ensalada.

-Prepara la vinagreta mezclando el aceite, el zumo de limón y la miel. Vierte la mezcla sobre la ensalada y reserva en una salsera por si alguien quiere más aliño.

-Salpimenta a tu gusto, pero recuerda que el queso Feta aporta ya un toque bastante salado a este plato.

-Pica un poco de menta y albahaca, y espolvorea sobre la ensalada.

-Por último, rocía levemente la ensalada con la reducción de vinagre balsámico.

Este plato principal es rico y sano. Un solomillo de cerdo ibérico glaseado muy sabroso, con toques dulces y frutales. Cuando hablamos de una dieta saludable estamos acostumbrados a decir no al cerdo porque es graso, no a los higos porque contienen mucho azúcar, no a las salsas… Pero una dieta saludable es, sobre todo, equilibrada. ¡Podemos comer de todo!

Vamos a utilizar cerdo ibérico porque tiene menos grasas, la cantidad de higos que utilizamos es mínima y no necesitaremos más que una cucharadita de aceite para todo el plato.

Apunta este plato en tu recetario porque sí te lo puedes permitir para aquellos días que quieras comer sabroso, dulzón… y equilibrado.

-500-600 gramos de solomillo ibérico (calculamos aproximadamente 140 gramos por ración).

-250 gramos de chalotas.

-9-10

higos (calculamos 1,5-2 higos por persona, más 1-2 higos para la salsa).

-250 mililitros de caldo de carne.

-150 mililitros de vino de Oporto.

-30-40 gramos de miel.

-Romero.

-Aceite de oliva virgen extra.

-Sal y pimienta.

-Precalienta el horno a 180 grados.

-Empezamos por las guarniciones. Corta los higos en cuartos o en mitades y colócalos en una bandeja de horno con papel encerado. Recuerda reservar dos higos porque nos servirán para espesar la salsa.

-Mezcla una cucharada de miel con un poco de agua y pincela cada higo para que caramelice en el horno.

-Hornea 10-15 minutos o hasta que estén a tu gusto.

-Reservamos.

-Pela las chalotas y colócalas en una cazuela o sartén con un poco de aceite (no más de una cucharada). Echa sal, tapa y coloca al fuego medio para que se doren.

-Remueve de vez en cuando y vigila bien el fuego para que no se quemen.

-Cuando veas que las chalotas están doraditas, añade un poco de agua y mantén al fuego para que se hagan bien por dentro.

-Esto puede tardar 10-15 minutos.

-Reservamos.

-Vamos a preparar la salsa. Para ello en un cazo ponemos el vino de Oporto y lo llevamos a ebullición para que se evapore el alcohol.

-Añadimos el resto de la miel, el caldo, 1-2 higos (pelados y troceados) y el romero en rama para aromatizar, y dejamos que la salsa reduzca a fuego medio durante 10-15 minutos.

-Transcurrido el tiempo, retiramos el romero y la batimos con la batidora para lograr una salsa algo espesita.

-Reservamos.

-Vamos con el solomillo. Con un cuchillo bien afilado y con cuidado retirar la grasa que pudiera tener el solomillo.

-Colocar en una sartén grande y sellar el solomillo por todos lados. Si tienes una sartén antiadherente no hace falta añadir aceite ya que soltará grasa. Si no la tienes, pincela el solomillo con un poco de aceite.

-Pasa al solomillo a una fuente de horno.

-Hornea a 180 grados durante 20-25 minutos. El horno ya lo teníamos a la misma temperatura para el caramelizado de los higos.

-Transcurrido el tiempo, saca el solomillo del horno y déjalo reposar antes de cortar las raciones.

-Para emplatar corta el solomillo en trozos. Coloca dos porciones en cada plato con las guarniciones de higos y chalotas, y por último salsea.

-Como al plato le hace falta algo de verde, yo lo he acompañado con un poco de rúcula.

Soy adicta a las tartas de queso, ya me iréis conociendo. Ya he parado de contar las recetas de tarta de queso que tengo guardadas, y he probado, pero aún no puedo decidirme por una única, ¡me gustan muchas! Esta tarta de queso es muy saludable, tiene pocas calorías y muchos nutrientes. Es fácil de hacer y no necesitas horno. ¿Te animas a hacerla?

Para la base:

-60 gramos de anacardos.

-12-15 gramos de aceite de coco.

Para el relleno:

-220 gramos de queso Mascarpone.

-80 gramos de queso de cabra.

-150 mililitros de 'aquafaba' (el agua de cocer los garbanzos, con el que le daremos aire a esta tarta).

-4 hojas de gelatina.

-150 mililitros de leche vegetal (almendra, avena, soja…).

-1 yogurt griego.

-1 cucharada azúcar u otro endulzante al gusto.

-1 pizca de canela.

-1 cucharadita de vainilla.

-3-4 higos.

Para la cobertura:

-10-12 Higos (algunos para la mermelada y otros para decorar).

-1 cucharada de miel.

-En primer lugar, prepararemos la base. Para ello, trituramos los anacardos y una vez ya están picados, añadimos el aceite de coco y volvemos a triturar hasta formar una masa.

-Extendemos la masa en la base de un molde desmoldable de 15 centímetros y refrigeramos mientras preparamos el relleno. Si el molde es más grande añade unos pocos anacardos más y ten en cuenta que la tarta te quedará más bajita.

Nota: Puedes sustituir los anacardos por almendras, avellanas, galletas de avena… Los anacardos son la opción más ligera y saludable.

-Vamos con el relleno. Para ello, hidratamos las hojas de gelatina en agua fría y las dejamos 10 minutos.

-Calentamos la leche vegetal en el microondas sin que llegue a hervir y añadimos la gelatina bien escurrida. Removemos para que quede bien disuelta.

-Por otro lado, ponemos el mascarpone en un bol, junto con el queso de cabra, el yogurt, la canela, la vainilla y el endulzante que has elegido.

Nota: Yo he utilizado queso de cabra porque el contraste con los higos hace esta tarta aún más interesante, pero puedes utilizar otro queso o sólo queso Mascarpone. Lo importante es que la cantidad total de queso sea 300 gramos.

-Añadimos la leche con la gelatina y removemos bien. Prueba la mezcla para ver si está lo suficientemente dulce.

-Por último, vamos a añadirle aire a esta mezcla. Montamos a punto de nieve la 'aquafaba', con las varillas eléctricas, como si fuesen claras de huevo.

Nota: La 'aguafaba' es el líquido que se obtiene de hervir los garbanzos que normalmente tiramos pero que podemos aprovechar. Puedes utilizar garbanzos de bote, es suficiente con escurrirlos. Los 150 mililitros corresponden aproximadamente a un bote de conserva.

-Cuando estén bien montadas, las añadiremos al resto como si fuesen claras. Con movimientos suaves y envolventes para que no pierdan aire, hasta obtener una mezcla uniforme.

-Sacamos la base de la nevera y colocamos sobre ella unos higos cortados en mitades. Cubrimos con el relleno y dejamos reposar en la nevera un mínimo de 4 horas, aunque es preferible que repose toda la noche.

-Vamos ahora a hacer una mermelada casera de higos muy rápida y sencilla. Cortamos en trozos los higos y los ponemos en un cazo con una cucharada de miel y ½ vaso de agua.

-Puedes pelar los higos pero estos tenían la piel tan fina que no hizo falta.

-Calentamos al fuego medio durante 15-20 minutos.

-Trituramos y dejamos que se temple para presentar la tarta.

-Por último, cubrimos la tarta con la mermelada y decoramos al gusto con higos frescos.

¿Has visto que corte tan espectacular tiene esta tarta? También puedes servirla de forma individual en vasitos como los que te muestro en la foto. No puede quedar más bonita, ¿verdad?

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