La Cartería, reconocido por los sumilleres con el premio Optimum

Los vinos de Cantabria han dejado de ser una 'anécdota' o un 'rara avis' en las cartas de numerosos restaurantes de la región para tener un protagonismo acorde a la progresión que se advierte en su calidad en la última década y al esfuerzo que hay detrás de cada botella, viticultores y bodegueros comprometidos en hacer vinos apetecibles y en ganar visibilidad. Y como una de sus reivindicaciones es que la hostelería de la región les tenga en cuenta, la Asociación de Sumilleres de Cantabria que preside Alfonso Fraile contempla dentro sus Premios Optimum anuales una categoría para aquellos restaurantes que prestan especial atención a los vinos de la región y son especialmente proactivos tanto a la hora de incorporarlos a sus cartas como a la hora de proponérselos a los clientes.

Y en esta ocasión, el Premio Optimum 2022 al restaurante que mejor trabaja con los vinos de Cantabria es La Cartería, en Cartes. Se trata de un establecimiento dirigido por Enrique Pérez Malagón –cocina– y por Noelia Sánchez –sala– que abrió hace cuatro años y que tiene el reconocimiento Bib Gourmand en la Guía Michelin desde el año pasado.

Aunque se trata de «decisiones consensuadas», es Noelia quien se encarga de la bodega y de la adquisición de los vinos. «Llevo cuatro años con Quique y no me arrepiento en absoluto de haber dejado mi profesión de 20 años. Y en este tiempo, progresivamente, he ido adentrando más en el mundo del vino. Al principio me daba un poco de respeto en la sala hablar con clientes que saben mucho de vino, pero he tratado de formarme y de probar, hasta haber conseguido configurar una bodega con unas 180 referencias en la que tienen un papel importante los vinos de Cantabria», comenta.

Y continúa explicando sus criterios: «En el restaurante siempre que podemos trabajamos con los productos de cercanía, por ejemplo con los quesos. Y en el caso de los vinos, siempre nos ha gustado trabajar con bodegas pequeñas, familiares, como las de Cantabria, que en muchas ocasiones se ofrecen mejores vinos a mejores precios. De Cantabria tenemos cerca de una veintena de referencias, con y sin IGP, de bodegas como Sel d'Aiz, Casona Micaela, Behetría de Cieza, Vidular, Bodegas Miradorio, Picos de Cabariezo, Ángel Moreno...».

Y sobre la reacción del cliente cuando se le propone un vino de Cantabria, Noelia señala: «Al cliente hay que sugerirle la posibilidad de que se decante por un vino de aquí. Poca gente lo pide de inicio e incluso hay quien te pregunta si en Cantabria hay todo lo que le ofreces. Mi respuesta es siempre la misma: «Aún hay más». Y prueba de ello es que en la carta de La Cartería también hay sidra Somarroza, orujos de Liébana, destilados y vermuts de Cantabria.

Noelia y Quique cuantifican hasta que las ventas en su restaurante de vinos de Cantabria «pueden representar ya entorno al 10%. Cada vez se vende más, sobre todo a clientes que ya lo han probado con anterioridad. Además, en el perfil de los comensales de nuestra casa hay muchos que siempre están dispuestos a probar vinos nuevos».

Al respecto de qué vinos salen más a las mesas, Noelia afirma que «los blancos, porque hay una mayor oferta, sin embargo, cuando alguien se decanta por el tinto y lo prueba, se sorprende».

Abierta a seguir incorporando referencias cántabras a la carta, «ahora estoy esperando el vino submarino de Sierra del Oso», Noelia no tiene temor alguno a que los vinos se queden estancados:«Cada día salen más».

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