Los cinco errores más habituales al pedir un café

Vamos a comenzar el año aprendiendo cuáles son los fallos que cometemos habitualmente al pedir en el bar nuestra taza de café. ¡No debe ser caliente como el infierno, negro como la noche y amargo como el pecado, como dice un famoso proverbio turco! Tampoco debe dejar posos en la taza para 'leer el futuro'. El café es una bebida de disfrute.

En los establecimientos hosteleros contamos con grandes profesionales que os sabrán preparar una gran taza de café, pero no está de más recordaos cuáles son todos los puntos a tener en cuenta para conseguir un delicioso café.

El café lo consumimos muchos, diariamente en España, alrededor de 20 millones de personas, pero lo disfrutamos pocos. ¿Y por qué sucede esto? En general, es por desconocimiento.

La conservación es fundamental. Si pasa muchos días en la tolva, o el paquete se deja abierto, perderá todas sus cualidades, tanto aroma como sabor, y el café tendrá cierto sabor rancio, además de nula o muy poca crema.

Lo ideal es moler el café al momento tanto en los bares como si vais a prepararlo en casa y mantenerlo en envase hermético, ¡llevaréis vuestra taza a otro nivel!

Debe ser una bebida de no más de 30 ml, tanto si vais a tomarlo sólo o con leche. Evitad pedir el espresso largo, ya que a partir de 30 segundos de extracción, aproximadamente, comienzan a salir sabores amargos, astringentes y desagradables que hacen que la frase turca cobre sentido.

Si os apetece beberlo con leche, se debe purgar el vaporizador previamente a calentar la leche, para eliminar resto de agua que se condensa en la lanceta.

Y, por último, nunca hervir la leche. Probad a beber un cappuccino templado y sin azúcar.

¡Comencemos el año con buen café!