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La sal, junto al azúcar, son dos venenos blancos cuyo consumo excesivo y reiterado puede causar daño a nuestra salud y acelerar el proceso de envejecimientoEn el mundo sedentario y opulento en el que vivimos hay dos venenos blancos cuyo consumo excesivo y reiterado puede causar daño a nuestra salud y acelerar el proceso de envejecimiento; son el azúcar y la sal. Hoy nos vamos a fijar en la sal. ... La razón es un estudio que se acaba de publicar (enero de 2023) en la revista 'eBioMedicine', que pertenece al grupo de la prestigiosa revista médica The Lancet. En él se demuestra que aquellas personas de mediana edad, que mantienen niveles elevados de sodio en sangre (la sal es cloruro de sodio) tienen un mayor riesgo de padecer enfermedades crónicas asociadas a la edad, se acelera el proceso de envejecimiento y ocurren muertes prematuras.
Ya ven que la cosa va en serio. Hasta ahora ya sabíamos que la sal era perjudicial en algunas enfermedades, como era el caso de la hipertensión o en los enfermos renales. Este estudio globaliza la influencia perjudicial de la sal. La investigación se realizó en 15.752 personas de entre 45 y 66 años a los que siguieron mediante controles periódicos durante 25 años. En ese tiempo, además de los controles médicos que precisasen, se les medían los niveles de sodio en sangre (la sal es cloruro sódico). Los resultados mostraron que aquellos que mantenían niveles elevados de sodio en sangre (consumían mucha sal y no bebían suficiente agua) tenían un 39 por ciento más riesgo de padecer enfermedades crónicas cardiovasculares y metabólicas y un 21 por ciento más riesgo de sufrir una muerte prematura. Sal y agua van de la mano.
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José Enrique Campillo
Cuando comemos mucha sal, bien porque le echamos sal con el salero a nuestro plato o porque cocinamos con mucha sal, nuestro organismo detecta el peligro que supone el aumento de sodio en nuestra sangre y desencadena en el cerebro la sensación de sed, que nos fuerza a beber agua. ¿Quién no recuerda aquella mala noche pasada, bebiendo sin parar, cuando cenó algo muy salado?
El agua al penetrar en nuestro organismo sirve para rebajar la concentración de sodio en nuestra sangre y favorecer su eliminación por el riñón. Sal y agua siempre deben estar en equilibrio en nuestra dieta y, a ser posible, que la balanza esté más inclinada del lado del agua. No debemos superar la dosis de una cucharadita de sal para todo el día. Y, por el contrario, debemos beber agua en abundancia. Esto es obligatorio en caso de que comamos algo muy salado; debemos forzarnos a beber agua. Ya nos indicará el organismo cuándo le hemos proporcionado suficiente agua que le permita neutralizar el exceso de sodio: apaga el piloto rojo de la sed.
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Hay que habituarse a comer con poca sal. Aquellos que les gustan los sabores fuertes pueden recurrir a picantes o a otras especias para darle más fuerza de sabor al plato. Y en cualquier caso debemos adquirir el hábito de beber varios vasos de agua a lo largo del día. Así mantendremos nuestro sodio en los límites adecuados. Y por favor, acostumbren a sus hijos a comer más bien soso.
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