¿Has pensado alguna vez en echar miel o jalea real a tus guisos?

Las abejas elaboran cuatro productos fundamentales de los cuales tres son utilizados en la gastronomía. El principal producto es la miel, que fabrican las abejas en sus estómagos a partir del néctar y el polen que recogen de las plantas. La miel es un producto complejo, rico en hidratos de carbono, en enzimas, vitaminas y nutrientes muy valiosos para nuestra salud. A

La ventaja gastronómica de la miel es que es un producto con una amplísima gama de colores, texturas, olores y sabores, que dependen del tipo de plantas y flores que la abeja haya visitado. Desde la dureza montaraz de la miel de brezo hasta la suavidad fresca de una miel de flores.

El problema con la miel es que es uno de los productos con mayor índice de fraude; es el tercer tipo de alimento más adulterado. La miel es un producto natural al que no se le puede añadir ni sustraer ninguno de sus componentes. Pero la realidad, por ejemplo, en España es catastrófica. Quizá merezca la pena dedicar un artículo en exclusiva a este grave asunto.

Las abejas segregan por unas glándulas que tienen en la cabeza una miel muy especial, la jalea real. Tiene unas propiedades tan extraordinarias que cuando alimentan con la jalea real a una larva, esta cambia su programación genética y se convierte en una reina.

A la jalea real le atribuyen por esto unas propiedades extraordinarias. Desde el punto de vista gastronómico es un producto de sabor agridulce y que podemos utilizar en la cocina. Por ejemplo, añadir una cucharadita de jalea real al adobo de las carnes, a la carne picada para hacer unas hamburguesas diferentes o mezclarla con vinagre y aceite para aderezar ensaladas.

La cera es el material graso con el que las abejas construyen el panal. Sus usos más conocidos son los cosméticos, las cremas medicinales y las velas. Pero últimamente se ha convertido en una delicatesen gourmet. Se venden trozos de panales crudos, con cera y miel, que son muy apreciados.

El cuarto producto es el propoleo. Es una especie de laca que elaboran las abejas con resina de los arboles y que les sirve para sellar las grietas que puedan aparecer en las paredes de sus colmenas. Se le atribuyen numerosas propiedades medicinales y se vende en numerosas preparaciones, hasta como caramelos. Pero no me consta de ningún uso culinario del propoleo.

No lo duden, piensen en las abejas; tengan en la despensa algún tarro de buena miel o de jalea real y atrévanse a experimentar en sus guisos. Se sorprenderán de los resultados.