¿Te atreves a comer gusanos? La UE autoriza su consumo por sus ventajas nutricionales
salud y nutrición ·
La Comisión Europea ha aprobado la comercialización y el consumo por parte de personas del gusano amarillo de la harina, conocido como 'tenebrio molitor'
Anda revuelto el mundillo mediático con un asunto de gusanos. La Unión Europea acaba de autorizar para consumo humano el llamado 'Gusano de la Harina' (Tenebrio molitor). De momento, los únicos que se han alegrado son algún restaurante exótico, que (de tapadillo) mostraba en su carta platos elaborados con diversos tipos de 'bichos', y una fabrica de Sevilla, que produce industrialmente ese gusano y cuyo consumo, hasta este momento, solo se circunscribía a la alimentación animal.
Alguien se preguntará, ¿cuál es el problema con los gusanos? Se lo cuento. Hace años pedí en un restaurante de Tenerife la ensalada de la casa y advertí que estaba aderezada con algunos elementos extraños. Dudoso, solicite la opinión de mi compañero de mesa y fue rotundo: «Son gusanos». En efecto, la lechuga y el tomate estaban salpicados de unas orugas rechonchas en las que hasta se advertía, con claridad, un par de ojos. Yo tenía hambre y además me gusta experimentar y degusté aquellas orugas de textura churruscada y ligero sabor a menta. No me desagradó.
Siguiendo mi curiosidad por temas de alimentación, cada vez que visitaba Barcelona me daba una vuelta por el Mercado de la Boquería. Allí había un puesto en el que se exhibían los insectos y arácnidos más exóticos para consumo humano. Hasta tenían pinchos de escorpiones tailandeses. La última vez que estuve en Barcelona, el puesto de bichos había desaparecido y también los platos a base de insectos y arácnidos (las arañas y escorpiones no son insectos) se han retirado de los restaurantes que los ofrecían en el menú. Ya no volví a degustar una ensalada de orugas.
La causa de estas desapariciones fueron las normas europeas que regulan qué alimentos pueden ser expendidos al público o servidos en locales de restauración. Todo lo que se come en España debe estar sometido a un estricto control sanitario (exploraciones, mataderos, fábricas procesadoras, restaurantes, etc.) para garantizar la salud de la gente. Ya hemos tenido amargos ejemplos de lo que puede acarrear comer alimentos no supervisados: el sida por los monos, el ébola por los murciélagos y el Sars-Cov-2 por, al parecer, la carne de pangolín. Imaginen lo que nos podía llegar a través de arañas, saltamontes, gusanos o escorpiones criados en algún país asiático sin ningún control sanitario.
Por eso las normas de la Unión Europea pretendían atajar el riesgo, aunque ya vemos cómo nos llegaron por otro lado. Creo que el uso de insectos y bichos en general en la alimentación humana va a experimentar un gran auge en los próximos años. Tienen muchas ventajas nutricionales. Ya hemos hablado desde estas líneas de las virtudes nutricionales de las cucarachas. Los insectos y arácnidos tienen proteínas de gran calidad biológica, no tienen grasa, se crían en buenas condiciones ecológicas, apenas dañan el medio ambiente, su producción es menos contaminante que, por ejemplo, una granja de pollos enjaulados.
El consumo del insecto como tal será siempre anecdótico, ocasional. Pero la producción de proteína de insectos a escala industrial ocurrirá en poco tiempo. No duden que la carne para hamburguesas y las salchichas de bolsa, en pocos años, se elaboraran con esta proteína. Vayan haciéndose a la idea; la tendencia es imparable.
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