La estación de esquí de Alto Campoo ya está preparada, solo falta la nieve

Sólo hay que recordar los brincos de la campaña anterior: una nevada de campeonato que permitió abrir el 1 de noviembre a la que siguió una ventolera de sur que obligó a cerrar dos días más tarde, y después hubo que aguardar hasta enero para volver a poner todo en marcha, dejando el mes de diciembre, el fundamental, en blanco. A pesar de todo, las características del usuario de la estación invernal, un aficionado de proximidad, permitió terminar con unas cifras razonables: cien días de duración de temporada y más de 100.000 visitantes.

«En la estación estamos mirando al cielo, esperando que baje la temperatura y que nieve. Este fin de semana puede haber algo de nieve, y con lo que baje la temperatura y la previsión de nieve que hagamos... estamos ilusionados», explica el director, Joan Anton Font.

A él también le gustaría poder abrir en esa fecha, pero tampoco pasa nada si se inaugura la campaña unos días después. «El puente de la Constitución es la manera formal de iniciar una buena temporada; por supuesto que también son importantes las vacaciones de Navidad, pero en esas fechas se genera casi la mitad, al menos un 30% largo, de las visitas de todo el invierno: los primeros días de nieve son más valiosos que los últimos». «Es -compara Font-, como los primeros días de playa: la gente tiene muchas más ganas de ir que a mitad de agosto. Y nuestro cliente lleva muchos meses sin esquiar».

En todo caso, la estación, como señalaba antes Bernardo Colsa, ya se ha puesto en marcha. «Ya estamos haciendo pruebas de carga de los telesillas: simulamos que van con la máxima carga, con bidones de agua, y así comprobamos que funcionan correctamente. También estamos preparados para empezar a producir nieve esta misma noche si bajan las temperaturas», detalla Joan Anton Font. «Dedicaremos la semana que viene a formación y reciclaje para todos los trabajadores; serán 32 horas de formación y casi un centenar de trabajadores». Estos cursos, recuerda, ya empezaron a impartirse el pasado año: remontes, mantenimiento, trabajos de prevención y en altura, socorrismo base y especializado... se trata de no dejar nada al azar.

Sólo el tiempo escapa a tanta planificación, como saben perfectamente en la Agencia Estatal de Meteorología. Su delegado en Cantabria, José Luis Arteche, se resiste a aventurar una previsión de cómo será el invierno. «Las previsiones a tres meses tienen una probabilidad de acierto mínima. O las cosas que se dicen: el año pasado nevó por Todos los Santos; según el refrán, 'nieve en octubre, siete lunas cubre'. Y fue un invierno de lo más normal».

A la espera de que Miguel Ángel Revilla se asome a su balcón y anuncie las témporas, la previsión de Aemet sólo cubre los próximos días. «La situación sigue siendo borrascosa -indica José Luis Arteche-. Estamos en tiempo de bajas presiones y va a seguir lloviendo en Cantabria, y esto es el ambiente general para esta semana y la próxima».

De aquí al fin de semana se acercan frentes atlánticos con precipitaciones persistentes en el norte peninsular y vientos fuertes en general en la península y el Mediterráneo. El cambio más significativo es la bajada de la cota de nieve, hasta los 800 metros, con nevadas significativas a 1.000 a 1.200 metros.

El sábado, el tiempo mejora un poco (aunque depende de para quién): sube la cota de nieve. El domingo volverá a descender, hasta quedar por debajo de los 1.000 metros. «El año pasado, con las nevadas de noviembre, hubo anuncio de aludes en la zona de Picos de Europa, y podría repetirse ahora en caso de que se acumule mucha nieve entre el viernes y el domingo. Si se repitiese ese episodio se daría el correspondiente aviso».

Mientras, en la comarca campurriana, aún no toman en serio la caída de estos primeros copos. «De momento estamos como en verano -cuenta María José Truchado, del restaurante Pico Casares, en Entrambasaguas-. Seguimos haciendo los mismos menús; ni hemos empezado con los de invierno ni nada». «Todavía no se sabe cómo se presentará este año. Ha comenzado a nevar pronto pero... no sé: hay muy poca nieve. Puede subir la gente con los niños, pero por la novedad».

Según Truchado, el empuje de la estación es determinante para toda la zona. «Ahora mismo estamos sin gente, pero cuando empieza a funcionar vuelve a dar vida a todo el valle. Pienso que en verano se podría explotar algo más, organizar alguna actividad, porque hay mucha gente que sube y no tiene ni dónde tomar una cerveza. Pero en invierno esto está muy bien».