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Cuando un médico atiende más de 60 consultas al día, de las cuales casi una decena son presenciales (el resto, telefónicas), Alicia Gómez habla de «sobrecarga intolerable». Es una de las cifras que aporta la gerente de Atención Primaria del Servicio Cántabro ... de Salud para definir «la desbordante presión asistencial» que soportan los centros de salud: a día de hoy, cada médico de familia tiene a su cargo un cupo de 1.500 pacientes, y en caso de los pediatras, unos 900 niños. Si uno de esos facultativos se pone enfermo o se va de vacaciones, ese millar de posibles consultas pasa al compañero, y también al enfermero y al personal administrativo que gestiona citas y llamadas. Y ahí empieza el tapón que la pandemia ha venido a empeorar.
1.500pacientes tiene a su cargo cada médico de familia en Primaria; cada pediatra tiene de cupo 900 niños, según el SCS.
La semana en que el Consejo de Ministros ha aprobado un Real Decreto Ley que permite a las comunidades autónomas la contratación excepcional de personal para hacer frente a la crisis ocasionada por el covid, cabe preguntarse si la sanidad cántabra tiene personal suficiente para hacer frente a la crisis, y la respuesta de sindicatos y colegios, de enfermeras y médicos, de residentes incluso, es la misma: el estado deficitario en Atención Primaria. «No es algo coyuntural debido al covid, sino algo estructural. Llevamos denunciando la falta de médicos desde hace al menos nueve años», dice Santiago Raba, vicepresidente del Sindicato Médico.
PEDIATRÍA
«Con lo que somos capaces de formar en Cantabria tenemos especialistas hospitalarios suficientes, y aunque hay algunas carencias, el gran problema es que en Primaria la tasa de reposición no está compensada», dice. Esto es, que se jubilan más médicos de los que se forman, lo que provoca «una carga asistencial desbordante», porque la plantilla es insuficiente incluso para «para cubrir las ausencias por vacaciones o bajas o reducciones de jornada o excedencias».
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El refuerzo anunciado esta misma semana por el consejero de Sanidad, con la convocatoria este mes de octubre del concurso de traslados con 52 plazas de médico de familia y 11 de pediatra de Atención Primaria suena a bálsamo, pero no es la cura. A fecha de hoy, de los 493 médicos de familia en activo de la plantilla están trabajando 293, es decir, los centros de salud están al 50% de su rendimiento. «Lo ideal sería tener en las bolsas de contrataciones al menos 120 médicos para garantizar las sustituciones de las ausencias cuando uno se pone malo o se coge vacaciones», dice Alicia Gómez. Y no es el único ámbito donde adolecen de falta de reemplazo.
634enfermeras por cada 100.000 habitantes es el ratio en Cantabria. Para alcanzar el ratio recomendado por la OMS, «son necesarias al menos 1.125».
Cantabria tiene 634 enfermeras por cada 100.000 habitantes, la décima con respecto a la media nacional, y según la presidenta del Colegio de Enfermería, «en Cantabria sin hacer otra previsión sobre jubilaciones y envejecimiento poblacional serían necesarias ya 1.125 enfermeras». De hecho, esta semana, el sindicato del colectivo ha reclamado la incorporación de más plantilla para Primaria: «Estamos realizando todas las funciones que se venían desempeñando más las de nueva incorporación por el covid como estudios de seroprevalencia, rastreo de contactos estrechos, asistencia en las residencias de ancianos que se han quedado sin enfermeras», dice la presidenta de Satse, Ana Samperio, y lo han hecho, apunta, «sin ningún tipo de sustitución, es decir, con coberturas del 40% de los profesionales realizando lo del 100%».
inversión
Ante esta problemática, ¿por qué no se contratan más médicos? España es el segundo país del mundo con más facultades de Medicina y genera más licenciados de los que el sistema sanitario puede absorber. A la convocatoria MIR de este año se han presentado más de 16.000 alumnos para un total de 7.615 plazas ofertadas (mil más que el año pasado). A pesar de este desfase formativo, solicitar más médicos de familia «es una falacia porque no tenemos médicos en ningún sitio, ni en Cantabria ni en otras comunidades», explica Alicia Gómez. Y la razón es que la tasa de reposición entre los que se jubilan y los que se forman «está desequilibrada», es decir, se van más de los que se forman. Sin olvidar que la especialidad de medicina de familia lleva años a la cola en la lista de preferencias de los nuevos licenciados.
42facultades de Medicina hay actualmente en España,hace diez años había 28: «Doblamos el ratio que establece la OMS»
Lo mismo sucede con el colectivo de enfermería, solo que en su caso, no se van sino que del aula entran a trabajar, como atestiguan las bolsas de contratación: están a cero y no hay de dónde tirar para hacer frente al déficit que, según Samperio, existe a día de hoy en los hospitales cántabros. «Son necesarios al menos 80 profesionales de enfermería para Valdecilla, 20 para Sierrallana y 12 en Laredo para dar adecuada asistencia y poder trabajar con la escasez previa a la pandemia de enfermeras». Según Cardeñoso, este desequilibrio se debe a las jubilaciones de profesionales que empezaron a trabajar en los años 70 y 80; a la falta de políticas de gestión de personal que provoca que el 80% de las enfermeras se jubilen a los 62 años por las condiciones laborales aunque pierdan dinero, y por el desequilibro entre la oferta educativa y la demanda, ya que cada año acceden 76 alumnos, cuando deberían de ser 300 o 400».
¿Y qué sucede entonces con los MIR? A pesar de que la tendencia es a sacar más plazas cada año, lo cierto es que no se cubren. En Primaria, «los médicos residentes cuando acaban su formación tienen el privilegio de incorporarse de forma inmediata a la vida laboral, pero aún así no se cubren todas las vacantes por las condiciones laborales», explica la presidenta de la asociación Mircan, Cristina Rivero: «Se trata de contratos en algunos casos precarios y sin capacidad para realizar la labor de atención primaria como tal, puesto que rotan al personal con menos experiencia por todos los centros sanitarios de la región, de esta manera es imposible realizar un correcto seguimiento de pacientes y se convierten en personal que pone 'parches' a problemas en vez de ofrecer un correcto servicio».
salarios en cantabria
En el resto de especialidades, según el Colegio de Médicos de Cantabria, «hay un déficit de facultativos, pero sobre todo de Medicina de Familia y Pediatría», dice su presidente Javier Hernández de Sande. «Hay que analizar que sólo la mitad de los aspirantes a las plazas de residentes logran ocupar una de ellas, y la otra mitad de licenciados existe, pero no puede ejercer la medicina en el sistema público y muchos optan por salir fuera de España», añade.
A su juicio, es preciso «una planificación exhaustiva de las necesidades de los recursos humanos de nuestro sistema con un plan de contingencia adecuado». En esa línea se expresa el Sindicato Médico cuando denuncia la falta de «un plan de recursos humanos que cuantifique no ya cuáles son nuestras necesidades de especialistas en los próximos años sino que ni siquiera somos capaces de saber con precisión cuántos profesionales tiene trabajando el SCS en los distintos hospitales y Atención Primaria». Sin embargo, mientras el Colegio sí cree «necesario un aumento de las plazas MIR», el Sindicato discrepa: «Nuestro sistema de formación de especialistas sólo puede absorber a la mitad de los aspirantes porque depende de las estructuras hospitalarias, que es donde se forman y no debemos forzar ahí porque se resentiría tanto la formación como la calidad asistencial», opina Raba.
7.615son las plazas ofertadas de MIR este año en España para los más de 16.000 estudiantes de Medicina; mil más que en 2019.
Lo que sí apunta es a una mejor distribución de las plazas: «Estamos formando especialistas que ahora mismo no necesitamos en detrimento de otros que sí nos hacen falta. A eso hay que añadir que muchos médicos, una vez terminada su especialidad, deciden irse al extranjero ante la precariedad laboral». De hecho, este es el problema que apuntan los propios MIR: «Como consecuencia del déficit de personal, los residentes pasamos a ser una pieza clave para que los centros sanitarios puedan llevar a cabo su carga asistencial, en muchos casos perjudicando nuestra formación y, por tanto, convirtiéndonos en mano de obra barata y asumiendo responsabilidades que no nos corresponden».
«En Cantabria y en España, la reserva de enfermeras es cero», dice Rocío Cardeñoso, por eso considera la ley aprobada esta semana «absurda» de cara a las enfermeras. «La ley pretende rescatar profesionales sanitarios que, habiendo superado las pruebas (MIR, EIR o equivalentes en otras categorías) estén sin plaza y sin trabajo». Si bien hay muchos médicos en esta situación, no es así en las enfermeras, ya que una vez acaban pueden trabajar: «El 100% está trabajando de enfermeras generalistas, con lo cual la reserva y previsión de incorporación de enfermeras es cero». Además, se está jubilando el personal que empezó a mediados de los 60 y 70, «la mayor creación de plazas de enfermeras con la inauguración de la Residencia Cantabria, la expansión de servicios en Valdecilla y con dos escuelas de enfermería». Esto va a provocar, según Ana Samperio, «una escasez de efectivos en torno al 20%», teniendo en cuenta que «los egresados de la Facultad de Enfermería, 76 al año, son insuficientes».
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