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El temporal que azotó ayer Cantabria fue la consecuencia de los restos de un huracán. Suerte que a estas latitudes 'Kirk' llegó en forma de borrasca, aunque fue suficiente para dejar la racha de viento más fuerte del país –hasta 205 kilómetros por hora (km/ ... h) en la estación superior del teleférico de Fuente Dé–, además de intensos aguaceros y más de 306 incidencias (330 desde la tarde del martes) que provocaron más de 600 llamadas al teléfono del 112 y causaron importantes trastornos en el aeropuerto, en las comunicaciones por tren y carreteras; que también provocó la caída de andamios, desprendimiento de fachadas, desperfectos en el mobiliario urbano o rotura de ramas de árboles en los paseos y parques, entre otros problemas.
Seis vuelos de los doce que estaban programados en el Seve Ballesteros se quedaron en tierra y, en tren, los que más padecieron el temporal fueron los pasajeros del primer Alvia de la mañana. El que salió de Santander a las 6.48 horas, cuando 'Kirk' todavía no había hecho acto de presencia;pero cuando llegaron a la altura de Mataporquera, la catenaria sufrió daños. «Hemos pasado miedo real porque el tren se movía mucho por el viento, sobre todo en las curvas, parecía que íbamos a volcar, pero lo peor ha sido cuando han salido chispas del techo, en un punto donde ha pasado algo con la catenaria», explicaba Milagros López.
El convoy quedó detenido en un descampado y los bomberos y la policía tuvieron que ayudar a los 130 pasajeros a abandonarlo. Después los llevaron hasta Aguilar de Campoo en un autocar y allí aguardaron hasta media tarde, cuando otro autobús los trasladó a Valladolid, desde donde tomaron un AVE para llegar a su destino, Madrid, a las seis de la tarde, casi 12 horas después de haber iniciado el periplo. Los pasajeros del segundo Alvia del día, que no partió de Santander, hicieron el trayecto por carretera hasta Palencia, para retomar luego el camino en AVE. El tercero pudo salir a las ocho de la tarde.
Además, tampoco circularon trenes entre Torrelavega y Guarnizo por el mismo problema de la catenaria, por lo que los trenes del núcleo de Santander del trayecto Santander-Reinosa sólo circularon entre Santander y Bárcena. Adif trabaja en la zona, aunque aún no se sabe el alcance de la avería.
La caída de sendos árboles sobre la vía también ha causado cortes ferroviarios entre Alar del Rey y Aguilar de Campoo que quedaron solventados pasadas las cinco de la tarce. Una situación similar en la línea de ancho métrico (tren a Bilbao) entre Gama y Beranga (Hazas de Cesto) cuya circulación quedó restablecida sobre las 12.00 horas
Por carretera, la normalidad ha sido y es la tónica general en las principales carreteras cántabras, aunque las autoridades insisten en extremanar las precauciones por la posible caída de ramas o árboles en la calzada.
Trastorno parecido, o incluso peor –porque se quedaron literalmente en tierra– sufrieron los viajeros que tenían billete para coger alguno de los vuelos del día en el Seve Ballesteros. Sólo pudieron operar seis de los doce aviones programados en la jornada. Entre ellos el primero del día, el que despegó a las 6.00 horas a Madrid, y el proveniente de Dublín, que logró volar a pasadas las cuatro de la tarde, con más de cinco horas de retraso.
Todo por culpa del fuerte viento sur, que dejó temperaturas de hasta 28 grados en Tama y que sopló con mucha fuerza en Cantabria. En lo alto de Picos de Europa, en la estación del mirador del cable, la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) registró hasta 205 (km/h), la que probablemente es la mayor vista en la región a falta de que los técnicos de Aemet cotejen los datos en la jornada de este jueves. «Ha sido muy fuerte porque es una estación que es cierto que está muy expuesta en lo alto de Picos, pero es que hay otros lugares donde las rachas han sido también muy fuertes», certificó ArcadioBlasco, delegado de Aemet en la región.
✈️🔵 ATERRIZA ENTRE LLUVIA.
— Amigos de Parayas (@AParayas) October 9, 2024
Vídeo de nuestro amigo Iñaki de @ParkingParayas donde podéis ver la llegada al #Aeropuerto de #Santander #Parayas el avión de @Ryanair_ES procedente de #Madrid #Barajas
En unos minutos saldrá rumbo a #Dublin
Felicitaciones a @Ryanair 👏 pic.twitter.com/2t4E6hWFIU
En San Roque de Riomiera se alcanzaron los 156 km/h;en Reinosa los 135 km/h; en Cabaña Verónica (Picos de Europa) las rachas soplaron hasta los 130 km/h y en Santander llegaron hasta los 93 km/h. Fuertes vendavales que en la zona de Los Tojos dejaron un incendio con dos focos también por la mañana, cuando la lluvia aún no había hecho acto de presencia ;aunque por la tarde a las 18.30 horas ya estaban controlados. El viento causó además otras tantas incidencias como la ocurrida frente a la playa de Berria, en Santoña.
Allí se desplomó un gran andamio que cubría completamente un edificio de ocho alturas. A pesar de lo aparatoso del incidente, no hubo que lamentar daños personales, puesto que los obreros que trabajan en el inmueble estaban en ese momento en su interior.
Otro susto se llevaron en Reinosa, donde se produjeron desprendimientos en la fachada del Hospital Tres Mares. Los bomberos trabajaron desde por la mañana para solventar el percance que obligó a suspender las consultas programadas durante todo el día «para evitar así que los pacientes tengan que salir de sus domicilios, corriendo el riesgo de un accidente», explicó la directora gerente del hospital, Yolanda Montenegro. En Reinosa también se desprendió parte de la cubierta de un supermercado Mercadona.
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Lucio V. Del Campo
Javier Cotera / M. de las Cuevas / P. Díez
Ambas imágenes, tanto la de Santoña como la de Reinosa, fueron ejemplo del impacto del temporal en Cantabria; aunque cada cántabro pudo ser, de alguna manera, testigo de las decenas de incidencias que perturbaron la vida de los vecinos de múltiples localidades de la región, como en la capital, donde se atascaron varias alcantarillas como consecuencia de los fuertes aguaceros y la hojarasca desprendida de los árboles por el otoño. Los bomberos trabajaron a destajo para descongestionar el alcantarillado, sobre todo en los lugares donde las charcas afectaron al tráfico.
Hubo más de 330 llamadas por «ramas caídas, árboles que han cedido, desperfectos en mobiliario urbano y atasco de alcantarillas», informaron fuentes del 112. Y es que la lluvia tuvo también un papel protagonista durante toda la jornada. «No es que haya habido grandes cantidades acumuladas pero sí que ha habido muchos aguaceros, que si además se acompañan con viento, resultan mucho más aparatosos», explicó el responsable de Aemet. A la hora del cierre de este periódico se habían acumulado hasta 24 litros por metro cuadrado en Reinosa y Ramales de la Victoria;23 litros en Camaleño;18 en Santander y 10 en Torrelavega.
La buena noticia es que todo ha pasado ya. «Lo previsible es que en la jornada de mañana (por el jueves) estemos mejor, aunque es probable que la lluvia siga haciendo acto de presencia», avanzó Arcadio Blasco. Descenderán las temperaturas por el cambio de viento y el fin de semana puede ser más tranquilo. «Es pronto, pero parece que predominará la estabilidad», cuentó el responsable de Aemet.
Esta borrasca ha llegado a Cantabria con una intensa surada que ha elevado los mercurios por encima de los 25 grados en varios municipios. De hecho, la región ha anotado la séptima temperatura más alta de España (llegó a ser la máxima a media mañana) con los 27,6º registrados en San Vicente de la Barquera a las ocho y media de la mañana. Le siguen de cerca los termómetros de Castro Urdiales (25,9º), Bárcena de Cicero (25,4º), Camargo (25,3º) y Santillana del Mar (24,9º).
Cable telefónico descolgado en el km 0,3 de la #CA883 a su paso por #Tama #CillorigoDeLiébana. Bomberos @cantabriaes crean una estructura provisional para elevarlo y permitir el paso hasta que los técnicos de la compañía lo arreglen. pic.twitter.com/Cv48NCwjcu
— 112 Cantabria (@112Cantabria) October 8, 2024
Respecto a las incidencias en Santander, la mayoría están relacionadas con caídas de toldos, tendederos y letreros, persianas, chapas, cascotes de fachadas, contenedores movidos, señales tiradas o grandes tamas de árboles.
En la capital, permanece cerrado al público el parque de Los Pinares y el acceso de coches y peatones a toda la península de la Magdalena -solo se permite a personal del Palacio y servicios de emergencias-, así como las instalaciones del Instituto Municipal de Deportes (IMD), tanto el Complejo Ruth Beitia como los campos repartidos por la ciudad.
Como medida preventiva, en Torrelavega se han balizado los accesos de los parques de la Viesca y Manuel Barquín. En el caso del Parque de Las Tablas, no se ha cerrado hasta ahora, pero dependerá de la evolución del tiempo a lo largo de la tarde.
La tranquilidad, al menos en lo meteorológico, acompañará mañana jueves la región, en un día en el que no se esperan fenómenos significativos adversos y en la que únicamente las lluvias débiles dispersas y chubascos ocasionales, localmente moderados, empañarán el día. El cielo se presentará nuboso, con intervalos de nubes medias y bajas durante casi toda la jornada, según la previsión de la Agencia Estatal de Meteorología, que indica que el viento soplará del oeste y noroeste, flojo en el interior y moderado en el litoral, amainando a flojo y variable en todo el territorio al final de la tarde. «El jueves y el viernes dejarán precipitaciones, mientras que la segunda mitad del sábado y el domingo serán ya días tranquilos», subraya Blasco, quien pide a la ciudadanía que actualice los posibles avisos que se compartan desde la Aemet y que sigan las recomendaciones de seguridad.
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