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La mascarilla obligatoria para acceder a los hospitales y centros de salud tiene las horas contadas en Cantabria. La Dirección General de Salud Pública confirma que el cóctel de virus respiratorios, con la gripe a la cabeza, continúa perdiendo fuelle. «Hay un descenso evidente», indica ... Luis Viloria, jefe de Vigilancia Epidemiológica. Sobre el conjunto de cuadros infecciosos (gripe, covid, Virus Respiratorio Sincitial, rinovirus...) la caída es del 7%, pero en el caso concreto de los contagios de gripe –causados el 99% por el tipo A– se han reducido hasta un 25% en la segunda semana de enero.
No obstante, los registros de Salud Pública apuntan que «hay cierta estabilidad» en la transmisión tanto del VRS (aunque con la mitad de la incidencia que alcanzó en su pico máximo a principios de diciembre) como de covid, también con menos protagonismo que la onda gripal en el recuento total de infecciones.
Sin embargo, ambos siguen causando ingresos cada día. En concreto, los pacientes hospitalizados por complicaciones de covid suman 55, según el dato que aporta Viloria, que precisa que ninguno requiere asistencia en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). «Se ha apreciado un descenso notable en los ingresos por gripe, un 44% menos que la semana previa», añade. Ayer eran 87 las personas hospitalizadas por este motivo (19 procedentes de residencias de mayores), de las cuales un 23% encajan dentro de los considerados graves. Al tiempo, constata «un pequeño incremento» en los ingresos derivados de los cuadros infecciosos por VRS en adultos y bastante circulación aún de rinovirus, que «a veces puede dar lugar a complicaciones».
La Consejería de Sanidad aún tiene por delante la publicación en el BOC de la resolución que dé marcha atrás a la obligatoriedad de las mascarillas en los centros sanitarios, impuesta desde el Ministerio de Sanidad el pasado miércoles. Aunque avanza que no lo hará por la vía extraordinaria, que supondría una aplicación rápida, sino que ha decidido tramitarlo por la ordinaria, lo que implica que hasta dentro de «unos días» no será efectivo el cambio. El equipo de Pascual ya no tiene tanta prisa por volver al uso recomendable del tapabocas para moverse por hospitales y centros de salud, aunque tampoco era partidario de imponerlo hace justo siete días, como defendió en el polémico Consejo Interterritorial de la semana pasada. «Vamos a darnos un margen razonable y de seguridad para quitar la obligatoriedad de las mascarillas», apuntó ayer en nota de prensa la directora de Salud Pública, María Isabel de Frutos, aplicando el principio de prudencia.
Esa obligatoriedad de la mascarilla estaba sujeta a la evolución de la incidencia, de tal forma que las comunidades que hubieran superado el pico máximo de contagios y empezaran a notar una menor presión asistencial podían volver a dejarla solo como recomendable. Apenas 24 horas después de que la ministra Mónica García aprobara la medida, Cantabria –al igual que Andalucía, País Vasco, Extremadura y Canarias– cumplía los requisitos para revocarla, según el último informe del Sistema de Vigilancia de Infección Respiratoria Aguda del Instituto de Salud Carlos III, publicado el pasado jueves, que ya reflejaba la tendencia a la baja de la oleada de virus en Cantabria.
Pero pese a esa mejora de la situación, la Consejería de Pascual decidió esperar a su propio balance semanal –el de los martes– para descartar un repunte tras la vuelta a las aulas después de las vacaciones navideñas y asegurarse de que la onda epidémica continúa la senda descendente. Y así ha sido. La tasa de incidencia de gripe se situó en 217,3 casos por 100.000 habitantes del 8 al 14 de enero. Esa semana se notificaron 1.280 casos de gripe, frente a los 1926 de la anterior y a los más de 2.000 de finales de diciembre. Datos que responden únicamente a las personas que han llegado a acudir al médico y tienen el diagnóstico confirmado, porque huelga decir que la cifra real de infectados es muy superior a los recuentos oficiales.
Desde Salud Pública recuerdan que tanto la gripe como los catarros y resfriados son procesos víricos que no responden a los antibióticos y que solo precisan acudir a los centros de salud y servicios de urgencias cuando presentan señales de alarma. Y reiteran las medidas básicas para evitar el contagio: higiene de manos, cubrirse el estornudo y la tos con el pliegue del codo, no con la mano, y evitar el contacto con otras personas si se está enfermo.
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