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Aunque La Pasiega se venda ahora como el proyecto estrella con el que Cantabria competirá por fondos covid -esos 70.000 millones que Bruselas ... dará a España para frenar la crisis provocada por la pandemia-, el Gobierno regional también quiere aprovechar ese torrente de dinero europeo para financiar la solución a un problema que la comunidad arrastra desde hace años: la despoblación rural. El plan, cuyo diseño dirige Presidencia pero en el que participan todas las consejerías, necesitará más de cien millones de euros para poner en marcha las nueve medidas que incluye.
En Cantabria hay treinta municipios en riesgo extremo de quedarse vacíos, es decir, tienen menos de 12,5 habitantes por kilómetro cuadrado. Una situación que se ha enquistado con el paso de los años. Y es endémico en toda España. El envejecimiento, el aislamiento geográfico, la falta de conexiones digitales y por carretera, la escasez de oportunidades laborales o la ausencia de servicios están dejando los pueblos sin gente. Por eso el Gobierno prepara ese plan de choque que espera financiar con los fondos covid, aunque si no los consigue, lo intentará sacar adelante de todas maneras con otras ayudas nacionales y europeas.
A este macroproyecto le pasa lo mismo que a los otros que se presentarán al concurso de fondos covid: la falta de tiempo. Todo tiene que estar en la mesa de Pedro Sánchez -el cortafuegos que decide cuáles pasan a la fase de Bruselas- antes del 31 de octubre. Y en plena redacción del plan, el Gobierno de Cantabria se ha enterado de que el Estado prepara, al mismo tiempo, su propio proyecto contra la despoblación para optar a los mismos fondos covid, aunque todavía se encuentra en fase muy germinal, según ha podido saber este periódico. Esta falta de comunicación entre administraciones está siendo la tónica del proceso. Las comunidades aún no conocen las directrices exactas de Europa porque el Gobierno central no se las ha facilitado, un problema que debería solucionarse el próximo 15 de septiembre, cuando se reúna la Conferencia Nacional de Reto Demográfico.
DIGITALIZACIÓN
LA ENGAÑA
En cualquier caso, Cantabria presentará su plan para que llegue a Bruselas entero o para que el Estado absorba algunas de sus propuestas. Y, de hecho, ya pidió consejo en la comisión europea para cumplir con lo que allí están buscando. El Gobierno, por ejemplo, quería ir de la mano con otras comunidades en este proyecto para darle más fuerza. La directora general de Administración Local, Rosa Valdés, ya había entablado conversación con los responsables de Castilla y León y había contactado con los de Asturias, País Vasco y Galicia. Pero en Bruselas desaconsejaron ese tipo de alianzas en este proyecto concreto, debido a que los problemas demográficos de cada territorio tienen causas distintas. Por eso Cantabria presentará el plan en solitario a esta convocatoria de ayudas, pero seguirá intentando llegar a acuerdos con otras regiones porque su intención es que este plan tenga repercusión a nivel nacional, más allá de si consigue o no los fondos covid.
Todas las consejerías están mandando durante los últimos días a Presidencia sus proyectos para los más de cien millones de euros, aproximadamente, que costará hacer frente a la despoblación. El plan se centrará en la digitalización y en la mejora de servicios y potencia turística de los pueblos, sobre todo, aunque también hay capítulos específicos para fomentar el empleo en las zonas rurales, según el avance del documento al que ha tenido acceso este periódico.
Aún falta por conocer cuánto costará el capítulo sanitario, el previsiblemente más costoso porque prevé la construcción de consultorios rurales -muy urgentes debido al envejecimiento en estas zonas- y el desarrollo de un proyecto de telemedicina. Pero sí está cuantificado la que será otra de las grandes aportaciones de este plan de choque. Las ayudas de la Consejería de Obras Públicas para adaptar las viviendas de los pueblos a las necesidades de las personas mayores y dependientes ascenderán a 36 millones de euros repartidas en tres años.
La Educación acapara también buena parte de las iniciativas desgranadas en el documento. No solo la famosa digitalización de la escuela rural (1,5 millones de euros), sino servicios más básicos que parece increíble que no estén disponibles en pleno siglo XXI. Por ejemplo, muchos jóvenes abandonan las clases cuando llegan a Bachiller porque no pueden ir a los institutos ubicados en las cabeceras de comarca. O toda la familia deja el pueblo para instalarse más cerca de esos centros escolares. El resultado, en cualquiera de los dos casos, no es bueno, y por eso está prevista una financiación de 0,5 millones para poner en marcha rutas de autobuses en esas zonas. Para hacernos una idea, hay 75 alumnos de pueblos despoblados en el instituto de Ampuero; 80 en el de Cabezón de la Sal y 35 en el de Potes.
Habrá un esfuerzo económico importante -13,2 millones- para reactivar la cultura y el turismo, con especial atención a los caminos de Santiago y Lebaniego: nuevos albergues, recuperación del hospital de peregrinos y reformas en el monasterio y en la Torre de Mogrovejo.
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