La ministra destituye a los dos responsables técnicos del contrato por el escándalo de los trenes

Miguel Ángel Revilla pidió que rodaran cabezas y el Ministerio las ha puesto sobre la mesa con una decisión salomónica al repartir las culpas entre las dos empresas públicas implicadas en el proyecto, que en los últimos días se han señalado entre ellas como autoras de esta «chapuza incalificable», como la definió el presidente de Cantabria. Un jefe técnico de Adif (la compañía que gestiona la infraestructura) y otro de Renfe (la que gestiona los trenesy el servicio), ambos involucrados directamente en el proceso, pero que no forman parte ni de la primera ni de la segunda línea de sendas instituciones. De hecho, ni siquiera sus nombres figuran en el organigrama oficial de las empresas públicas.

Con su cese, el Ministerio de Transportes entiende que no solo fueron responsables de la licitación y adjudicación del contrato, sino que también fueron ajenos a los problemas en la medición de los gálibos hasta que la compañía que se encargará de la fabricación de los trenes dio la voz de alarma durante la fase de diseño, antes de que comenzará la producción y ensamblaje de las nuevas máquinas.

Tanto Renfe como Adif precisan que se trata de una medida preventiva, a la espera de que se conozca el resultado de las auditorías internas encargadas por la ministra por el fiasco del contrato. Cuando se analicen esas conclusiones, procederán a llevar a cabo «los ajustes organizativos de carácter definitivo que se recomienden».

Una vez recibidas las disculpas y asumiendo que el retraso en la llegada de los nuevos trenes es irreversible, lo que pedirá el bipartito al Ministerio en la reunión de trabajo que se celebrará esta semana es que ponga alguna medida paliativa. Por ejemplo, que traiga provisionalmente máquinas –aunque no sean nuevas, que sean más fiables que las actuales, algunas con hasta 40 años de vida– para poner fin a las constantes averías que denuncias los usuarios de las Cercanías.

Eso en el ámbito del grupo de trabajo a tres bandas entre Cantabria, Asturias y el Ministerio. En el ámbito político, tanto PRC como PP han puesto en marcha una batería de iniciativas en el Congreso de los Diputados y en el Senado. Los regionalistas exigieron que la entrega de los nuevos trenes «no se demore más allá» del 31 de diciembre de 2024. Después de los dos ceses, ya queda vieja la otra exigencia: que se asuman las responsabilidades técnicas, empresariales y políticas «al más alto nivel –habrá que ver si consideran estas dimisiones suficientes– en el plazo de un mes». En esta línea, el diputado José María Mazón reclamará en el Congreso a la ministra un cronograma concreto y el senador José Miguel Fernández Viadero pedirá las comparecencias en la Cámara Alta de los presidente de Adif y Renfe.

«Se ha descubierto que los trenes no iban a estar operativos este año como se había comprometido el Ministerio porque ni siquiera se había iniciado su fabricación. Vamos de engaño en engaño», añade Elena Castillo, diputada nacional del PP por Cantabria, que también interpelará a la ministra de Transportes y ha registrado una batería de preguntas por escrito pidiendo una rápida y efectiva respuesta para los usuarios de los trenes de Cercanías en Cantabria.