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Las empresas públicas Adif y Renfe, junto con la Agencia de Seguridad Ferroviaria, han emitido un comunicado conjunto en el que reconocen el error en los pliegos del contrato de fabricación de los nuevos trenes de la Red de Cercanías de Cantabria. Y también lo ... ha ratificado el Ministerio de Transportes. Confirman, tal y como adelantó El Diario Montañés, que el encargo de 258 millones de euros para la renovación de la flota de ancho métrico por el que se iban a encargar 21 nuevas máquinas para la comunidad autónoma y otras diez para Asturias no llegará en 2023, tal y como está previsto, porque los modelos encargados no cumplen los gálibos reglamentarios. O lo que es lo mismo, que de ponerse en funcionamiento no pasarían por los túneles en las condiciones mínimas de seguridad, algo de lo que se percató el propio contratista -la empresa vasca CAF- tiempo después de adjudicarse el concurso.
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«Todas las partes lamentan el retraso de un proyecto de gran importancia para la modernización del servicio de ancho métrico ferroviario, retraso que se va a minimizar todo lo posible con las decisiones tomadas en la última reunión cuatripartita», apuntan los implicados. Un retraso que se traduce en que los nuevos convoyes no entrarán en funcionamiento al menos hasta 2025. Adif y Renfe no aportan un calendario concreto, pero sí la vía para solucionar el problema. Después de valorar distintas alternativas, lo que harán será utilizar una de las máquinas antiguas que circulan actualmente y copiar el diseño y las dimensiones. Parece un recurso lógico, pero no lo es tanto. Esta opción, denominada como «método comparativo», sí está recogida en los reglamentos europeos de fabricación y homologación, pero no está regulado en la norma española. Es decir, que se aplicará por primera vez como salida de urgencia.
Esta solución ha sido la acordada por Adif, Renfe, la Agencia de Seguridad Ferroviaria y CAF tras meses de conversaciones y después de descartar otras dos alternativas previas. Por ejemplo, se analizó si era posible no cambiar el contrato y hacer intervenciones puntuales en los túneles para aumentar su diámetro, pero el gran número de infraestructuras de este tipo lo hizo inviable desde el punto de vista económico.
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