

Secciones
Servicios
Destacamos
Cuesta encontrar en el archivo una foto de Ruth Beitia en el hemiciclo del Parlamento en la que no esté acompañada por alguno de ellos. ... En la más repetida -es lógico- está sentada en su escaño junto a Santiago Recio. Pero es algo más que una coincidencia en el reparto de asientos. Es, de largo, con quien más impresiones comparte en los plenos y en el Parlamento en general. Su hombre de confianza. En esa misma fila de asientos, a Beitia y Recio les sigue Mercedes Toribio. También está en 'el grupo'. Lo mismo que Francisco Rodríguez, de la que físicamente le separan, en el otro lado, las escaleras del pasillo. De hecho sobran las imágenes en las que la deportista aparece sentada en los escalones hablando con él o, un poco más abajo, a la altura de la fila que comparten Eduardo Van den Eynde, Ignacio Diego y Luis Carlos Albalá. Ellos son, a grandes rasgos, la 'guardia pretoriana' de la candidata del PP a las autonómicas. Su gente. Los 'dieguistas' -como se les llamó en los meses de guerra interna tras el último congreso-, los que estuvieron más fuera que dentro del partido y que ahora, con la designación, vuelven a la primera línea. «Justicia poética», escribió ayer Van den Eynde en sus redes sociales. Con buena parte de ellos pasó el día Ruth Beitia. Su primer día de auténtico protagonismo político.
Fue precisamente en el Parlamento. El espacio en el que en esta legislatura ha firmado once iniciativas junto a otros compañeros del grupo, ha formulado siete preguntas por escrito en los plenos y otras cuatro tomando la palabra (la última, en la sesión del pasado 17 de diciembre). Ayer llegó sobre las nueve y media de la mañana y compartió reuniones en un despacho del edificio con Recio, Rodríguez, Toribio y Albalá. Y no fueron las primeras horas que pasó con alguno desde que se supo que Pablo Casado la quiere en lo alto de la lista. De hecho, al menos Recio estuvo en casa de la diputada en una cena informal con amigos el lunes por la noche.
Diputado
Beitia fue su «apuesta personal» y ella le ha mostrado lealtad en todo momento.
Diputado
Ayer dejó claro que contribuirá «con lo mucho o poco que pueda aportar» a la candidata.
Diputado
Llamado a convertirse en la mano derecha de Beitia. Su hombre de confianza.
Diputado
Un histórico del partido que vuelve a ser importante tras la designación.
Diputado
Otro de los afines a Diego, ahora con Beitia. Ayer estuvo reunido con ella en el Parlamento.
Diputada
Asistió ayer también a la reunión en el Parlamento y se alineó con Diego en la crisis.
Ayer estuvieron, sobre todo, preparando las que serán las primeras intervenciones de Beitia ya como candidata de los populares. Por ejemplo, su participación el próximo 18 de enero en Madrid en la Convención Nacional (la reunión del partido para armar su proyecto ideológico de cara a los próximos meses) o, más cerca, su puesta de largo durante la visita prevista para mañana jueves de Pablo Casado. Eso y marcándose tiempos y estrategias para contemplar todos los escenarios posibles. Sobre todo porque, por la mañana, los que formaron parte del sector crítico respecto a María José Sáenz de Buruaga, no sabían cuál iba a ser la reacción de la otra parte en el encuentro de la tarde.
Beitia, más allá de entrar y salir en ese despacho, se dejó ver en la cafetería de la Cámara. Habló -mucho- por teléfono en esas horas y en casi todas las conversaciones se le escuchaba decir que estaba «muy agradecida» y «muy tranquila». También recibió las felicitaciones de algunos de los que serán sus rivales políticos. Pedro Hernando o Rosa Valdés (ambos del PRC) se acercaron, entre otros, a darle la enhorabuena por la designación.
Como miembro de la Ejecutiva Nacional del Partido (Casado la incluyó en septiembre para encargarse del área de deportes), Beitia lo es también de la Ejecutiva regional. O sea, que contaba con un asiento reservado para la decisiva reunión de la tarde. Sin embargo, su presencia estaba ya descartada de antemano, según explicaron algunas fuentes a este periódico, por unos asuntos personales (una cita médica de un familiar ya fijada con anterioridad a su designación como candidata).
Todos, Beitia y la gente de su círculo, estuvieron, en todo caso, muy pendientes de los movimientos y en contacto. Especialmente Santiago Recio, que ha pasado de reclamar en los tribunales por lo sucedido en el último congreso regional, a convertirse en el hombre fuerte de la candidata del partido en la región (estuvo con ella en Madrid y todo apunta a que será el encargado de diseñar su campaña electoral). Ayer no quiso hacer declaraciones porque entiende que sólo debe hablar después de que lo haga la propia Beitia y que, en todo caso, en estas horas, es mejor ser prudente. Pero nadie duda de que su papel será decisivo en las próximas semanas (listas para las elecciones, integración o no de afiliados de los distintos bandos, actos públicos...).
No estará sólo en todo eso. Beitia tampoco. Y es que ese círculo de gente cercana a la exatleta ha reforzado aún más sus lazos con la crisis. Sabedores de que su futuro en la política se resumía ya en muy pocas líneas en la situación anterior, hicieron trinchera común. Y ahora -así es la vida política- vuelven. La lealtad de la candidata hacia el expresidente Diego es un hecho que no ha variado. Meterla en política fue su «apuesta personal» desde 2008 y ella no se ha separado de él desde entonces. Aunque eso le supusiera un expediente abierto por no aceptar a Buruaga como portavoz parlamentaria. Vuelva o no a coger protagonismo en el partido, estará seguro cerca de su pupila.
Lo mismo que Eduardo Van den Eynde. En los corrillos separados de unos y otros durante los meses de cisma, Beitia eligió su compañía. «Dentro de mis posibilidades, contribuiré con lo poco o mucho que pueda aportar, porque sin duda ella, Ruth Beitia, sí que lo merece», escribió ayer el diputado, más centrado ahora en tratar de recuperarse de sus problemas de salud que en la política. Participando o no activamente, también estará cerca de Beitia.
De los que sí cabe esperar acción es de las otras tres personas del círculo. Y la mejor demostración es que fueron, junto a Recio, los que ya ayer mismo, el primer día, compartieron reunión y estrategia con la candidata. Luis Carlos Albalá lleva ya tres legislaturas en el Parlamento y fue otro de los fieles a Diego. Más tiempo aún en la Cámara tiene a sus espaldas Mercedes Toribio, diputada regional desde las elecciones autonómicas de 2003. Y todavía más Francisco Rodríguez. Lo suyo era tal vez de lo más sonado en la guerra interna del PP. Porque parecía tocar a su fin una carrera política que incluye un puesto de diputado regional desde 1991, ejerciendo de portavoz del Grupo Popular de 1995 hasta 2011. Eso y una larga lista de cargos dentro del partido e, incluso, del Gobierno regional (fue consejero de Obras Públicas y Vivienda). Un histórico que, con la designación, vuelve a tener peso.
Uno más en el círculo de confianza que rodeó a Ruth Beitia ya desde su primer gran día.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones para ti
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.