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ABEL VERANO
santander.
Lunes, 19 de diciembre 2022, 01:00
Cuando hace unos meses se manifestaron con sus camiones con motivo de la huelga del transporte, emplearon el ensordecedor sonido de los cláxones de sus camiones para mostrar su descontento con la situación que atravesaban. Era su forma de protesta. Sin embargo, ese estridente ... ruido también puede utilizarse para mostrar otro tipo de sentimientos. Por ejemplo, de apoyo y cariño, como el que trasladaron ayer los 85 trabajadores de Transportes Victoriano Saiz Echavarría e Hijos a sus jefes un mes después de que unos desalmados quemaran diez de los vehículos de su flota que estaban aparcados en Villaescusa, hechos que están siendo investigados por la Guardia Civil.
Victoriano, Gerardo, Marian y Mercedes -los cuatro propietarios de esta empresa de transporte- habían quedado para comer en familia en el Hotel Villa Pasiega, en Hoznayo. Aprovechando esa circunstancia, todos sus empleados pensaron en darles una sorpresa para «animarles un poco» después del sabotaje que les ha generado un importante daño económico, y para que vieran que «la plantilla está con ellos», según comentaba uno de los empleados, Juan Manuel Abascal.
Sobre la una y media de la tarde, cinco trabajadores irrumpieron con sus camiones en las inmediaciones del Villa Pasiega. «No des un paso atrás ni para coger impulso», se podía leer en todos los vehículos. Es un lema dentro de la empresa. «Sí, sois una gran empresa. Siempre tendréis el apoyo y compromiso de todos», se podía leer en otro de los camiones. Una vez que los cinco vehículos quedaron estratégicamente estacionados, solo quedaba esperar la llegada de los responsables de la empresa, que apenas tardaron quince minutos en aparecer. Empezaron a subir los decibelios de los cláxones y los hermanos Saiz rompieron a llorar cuando vieron a sus empleados agolpados a ambos lados de la carretera, escoltados por esos cinco vehículos. Después vinieron los cálidos abrazos y las lágrimas se extendieron entre algunos de los trabajadores. Lo han pasado mal durante días y los sentimientos estaban a flor de piel. «Sabíamos que teníamos muy buena gente, pero no hasta este punto. Llegar y ver esto aquí... a mí me ha dado un vuelco el corazón. Son una plantilla de lujo. Gracias a esta gente y a su bien hacer esta empresa va a salir adelante», afirmaba entre sollozos Victoriano Saiz, el mayor de los cuatro hermanos. «Con esto ahora se acallan todos los rumores que había de que íbamos a despedir a trabajadores. Esto es una gran familia», añadía.
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Su hermano Gerardo, muy emocionado, también mostró su agradecimiento por el gesto de sus compañeros. «Tenemos la mejor plantilla de Cantabria y de España, y hoy ha quedado claro. Gracias a vosotros estamos saliendo adelante, porque no ha sido fácil empezar otra vez, prácticamente de cero. Nos han hecho mucho daño y habéis tirado adelante desde el primer momento, ofreciendo ayuda, a no cobrar, a trabajar más horas...»
Sobre el sabotaje nada se sabe por el momento, ya que el juez que instruye el caso ha decretado el secreto de sumario. «Pero creo que algo saben porque, como se suele decir, la Policía no es tonta». En cualquier caso, Victoriano y sus hermanos, que descartan cualquier intento de estafa por su parte «porque tenemos los seguros a terceros», tienen claro que la empresa «sigue adelante».
Tras estas palabras, todos compartieron mesa y mantel, y los empleados entregaron a sus jefes un cuadro de los fundadores de la empresa (sus padres) firmado por todos, además de 85 décimos de lotería, uno por empleado.
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