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«Me han quemado todos los camiones: siete remolques, tres tractoras...». Victoriano Saiz, uno de los cuatro hermanos que dirigen la empresa Transportes Victoriano Sáiz Echevarría e Hijos, en Villanueva de Villaescusa, transmite como puede un panorama desolador, el de tantos vehículos destruidos en plena ... madrugada por desconocidos.
INCENDIO
Bomberos Ayto. Santander (@BombSantander) November 14, 2022
02:09h @112Cantabria solicita nuestra intervención en #Villanueva por incendio en aparcamiento de empresa de transporte.
Desplazamos autotanque 🚒 y cisterna (7bomberos) y por la importancia del incendio la sala de 112 tambien envia bomberos de #Villacarriedo en apoyo pic.twitter.com/VwVMiLdfQl
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De momento se desconoce si pudo haber sido por algún tipo de represalia debido a la huelga del transporte que ha comenzado este lunes, pero los empresarios afectados creen que, seguramente, el que lo haya hecho simplemente ha aprovechado la convocatoria de hoy para vengarse por el anterior paro, el del mes de marzo, cuando esta ampresa de Villaescusa no lo secundó por completo.
Fue poco después de las dos de la madrugada cuando los camiones comenzaron a arder. Los dueños de la empresa trataron de salvar algunos, sobre todo los que estaban ya cargados para empezar el trabajo esta mañana. Pero muchos sucumbieron a las llamas. «Jamás me he metido con nadie, nunca en mi vida he tenido un problema con nadie. Nada que explique este acto de vandalismo cometido por algún valiente», comenta Victoriano Sáiz entre lágrimas, indicando el enorme daño que ha provocado el incendio en una empresa «de la que dependen 85 familias». «Llevo 40 años en esto, pertenezco a la tercera generación y ya está la cuarta trabajando aquí. Desde los quince años que empecé a trabajar con mi padre. Y hasta hoy. Jamás nos había pasado algo así». No sabe quién o quiénes pudieron cometer el sabotaje de esta noche, pero dice que lo que tiene claro «es que han venido a arruinarnos».
El incendio sacó a los vecinos de Villaescusa de la cama y muchos acudieron a la empresa a arropar a los afectados, en medio de las explosiones por ruedas que iban reventando. Un familiar de los dueños que vive muy cerca fue el que escuchó las detonaciones y dio aviso a los demás. A las 02.20 llamó al 112, que derivó al lugar a Bomberos de Santander y a los del 112 de Villacarriedo para dotar de agua, que trabajaron en la extinción de dos focos diferentes para los que fueron necesarios 17.000 litros, y que acabaron afectando de distinta consideración a los vehículos.
Otro hermano, José María, cuenta que antes de que llegaran los bomberos cogió lo único que tenía a mano, un extintor, para apagar aquellas llamaradas, que ya empezaban a propagarse por el monte que hay justo detrás. «Eran las 02.34 cuando bajé yo. Salió viento y el fuego se avivó. Imagínate la impotencia, no podíamos hacer nada... El fuego estaba a punto de coger la cisterna cargada de aceite, explotó un depósito de gasoil, una chispa salió de uno cargado de madera y empezó a arder otro, y tuvimos que alejarnos de allí, fue un disgusto terrible, terrible...». A este hombre tuvieron que atenderlo los sanitarios del 061 por un ataque de ansiedad. «La suerte es que no había nadie durmiendo en las cabinas, que a veces los transportistas se quedan a hacer noche si tienen viaje por la mañana. Y teníamos una gran preocupación por los vecinos, los que viven más cerca salieron asustados de casa».
Desde el primer momento han estado en el lugar agentes de la Guardia Civil. La Policía Judicial ha estado entrevistando a vecinos y recogiendo las imágenes grabadas por cámaras de seguridad situadas a ambos lados de la carretera y por la mañana se estaba a la espera de la llegada de especialistas en incendios procedentes de Logroño, con el recinto precintado para salvaguardar las pruebas que conduzcan a esclarecer qué sustancia pudo utilizarse para prender los dos focos diferentes que buscaron acabar con toda la flota aparcada en esta empresa de Villaescusa, que esta vez había decidido no secundar la huelga. «En la anterior, la de marzo, estuvimos parados una semana. La secundamos esos días por deferencia con la Plataforma en Defensa del Sector del Transporte. Pero luego volvimos a trabajar y pensamos que lo de esta noche pudo ser por represalias de aquello, porque en aquel momento recibimos amenazas, personas anónimas que llamaban advirtiendo que nos iban a quemar los camiones (...)», comentan los hermanos, que explican las razones por las que esta vez han decidido trabajar con normalidad: «tenemos clientes muy fieles y buenos, que están al día con los pagos, respetan las tarifas y que tienen depositada una gran confianza en nosotros. ¿Por qué vamos a ir a la huelga? ¿Para ir contra ellos, que están cumpliendo? Cuando en marzo estuvimos una semana parados perdimos 120.000 euros. Y tenemos que pagar 85 nóminas todos los meses», indica Victoriano. Y su hermano José María recalca que el 80% de su volumen de trabajo es del sector de la alimentación, que creen que «debería respetarse». «Hoy teníamos viajes a empresas de Cantabria y no van a salir sus mercancías por lo que nos han hecho, cuando son productos perecederos, y teníamos unas fechas de entrega con las plataformas de alimentación que no vamos a poder cumplir».
Calculan que los daños ocasionados por el fuego en los vehículos rondan los 500.000 euros, pero las pérdidas por el sabotaje se duplican, hasta más de un millón de euros, porque ahora se han quedado sin vehículos con remolque para poder trabajar y cumplir con las entregas pactadas.
A media mañana, un camión cisterna cargado con azúcar cuyo destino era la fábrica de Nestlé seguía quemándose, a pesar de la lluvia incesante que caía en esos momentos. Los hermanos Sáiz Echevarría explicaban cómo fue saltando el fuego de uno a otro y cómo pudieron salvar in extremis algún camión metiéndose dentro para apartarlo. «Menos mal que quité ese de ahí, que estaba cargado de cartón. Al ponerlo delante de la fila hizo de cortafuegos», comenta Victoriano, que es el hombre que sale subido a un camión en las fotos que alguien tomó por la noche en el momento más virulento del incendio. «Otros en apariencia no están quemados, pero los daños que han sufrido han echado a perder la mercancía o, por ejemplo, el camión frigorífico ha perdido el aislante y ya no sirve». En definitiva, en la explanada de Villaescusa había una decena de vehículos y todos han sufrido daños por el fuego. Esta empresa cuenta con otros dos lugares en los que estacionan camiones, un punto está en Hoznayo y otro en Penagos, y, en total, indican que su flota está formada por unos 60 vehículos (incluidos los diez quemados de Villaescusa).
Bajo la lluvia, ante el precinto que impide el paso a su empresa, los hermanos quisieron lanzar un mensaje a los autores: «Que la gente que ha hecho esto que sepa que utilizaremos todas las armas legales a nuestro alcance para que paguen (...) Porque esto se escapa al entendimiento, hacer esto no es manera de defender nada», y lo ocurrido, aseguran, no es el final para ellos: «A estos valientes que no dan la cara les decimos que llevamos toda la vida luchando y que vamos a seguir. Que de esto vamos a salir reforzados».
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