Los diez días más largos del PRC
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Nunca antes el partido había perdido a un consejero antes de acabar la legislatura de forma tan abruptaEl miércoles 22 de febrero, a primera hora de la mañana, la delegada del Gobierno en Cantabria llamó por teléfono a Miguel Ángel Revilla, que en esos momentos se estaba afeitando, para informarle del registro policial en la Consejería de Obras Públicas. El viernes 3 ... de marzo, ayer, a las 11.30 horas, el presidente de Cantabria anunció públicamente la dimisión de José Luis Gochicoa pese a no estar involucrado en la trama de corrupción, pero para cumplir, eso sí, con el «alto listón ético» que se ha marcado el PRC. Entre aquella llamada en el cuarto de baño de su casa y la sala de prensa del Gobierno pasaron solo diez días. Quizás los diez días más largos que Revilla ha tenido que afrontar desde que llegó por primera vez al Gobierno en 1995. Nunca antes el PRC había perdido a un consejero antes de acabar la legislatura de forma tan abrupta y sometido a esta presión política y mediática.
«Somos gente honrada», dijo ayer un Revilla que apareció muy tocado ante los medios de comunicación. Un mantra que el líder regionalista ya repetía hace tres décadas, en aquella lejana campaña electoral de 1991, cuando eligió como lema 'Vota a la honradez'. La misma palabra que militantes y dirigentes del partido, perdidos entre la sorpresa y la preocupación desde el primer día, han repetido esta semana sin cesar para referirse a Gochicoa, cuya integridad nadie en el partido pone en duda. «Sería muy injusto que tuviera que marcharse», decía uno de sus altos cargos hace solo unos días. «Injusticia»: la misma expresión que ayer utilizó Revilla para referirse a la marcha del «mejor hombre» de su Gobierno.
Pero los fallos evidentes en la vigilancia y en los mecanismos de control, la cercanía de las elecciones, el marcaje político y la propia voluntad de Gochicoa de quitarse de en medio han llevado al peor desenlace para un PRC que, posiblemente, se juegue la victoria en las urnas con el PP por un puñado de votos.
De hecho, no pocos regionalistas sospechan de la coincidencia temporal de la redada policial con las elecciones y el reciente escándalo de los trenes de Cercanías que no entran en los túneles. Nadie lo reconocerá en voz alta, pero sí admiten en privado que, quizás, alguien en Madrid haya acelerado la investigación después de que Revilla fuese tan exigente con las dimisiones en el Ministerio de Transportes.
La contundencia en pedir que «rodasen cabezas» de altos cargos, que supuso el cese de la secretaria de Estado y el presidente de Renfe, pudo precipitar la redada policial en una consejería del PRC. O quizás solo sea una teoría de la conspiración para buscar culpables más allá del único al que apuntan los 4.000 folios del sumario: el funcionario Miguel Ángel Diez.
Al no depender de un partido nacional, el PRC había tenido más fácil no salpicarse con la corrupción ajena, esa que mancha por igual al PP y al PSOE. Aquí, en Cantabria, Buruaga y Zuloaga cargan en sus campañas con los papeles de Bárcenas, las fiestas de Tito Berni y demás casos nacionales. «Estamos acostumbrados a ver estas cosas de lejos», reconocían desde dentro del partido. Es más, para Revilla este asunto golpea directamente en una de las virtudes de las que más alardea, ya sea en las televisiones nacionales o en las comidas de Navidad de su partido: la honradez. «Está en nuestros genes», repite siempre.
Diez días dan para echar la vista atrás y recordar otros momentos dramáticos del partido. En sus 45 años de historia, como cuentan distintos dirigentes, el PRC solo se ha visto en otros tres escenarios tan difíciles, aunque muy distintos entre ellos.
El primero ocurrió en 1987, cuando el diputado Esteban Solana y dos concejales de Santander rompieron con el PRC en plena legislatura y apoyaron a UPCA como tránsfugas, facilitando así el gobierno de Juan Hormaechea.
Solo dos años después, Eduardo Obregón, uno de los fundadores del partido, tuvo que dimitir como presidente del Parlamento tras ser condenado e inhabilitado de ejercer un cargo público durante seis años por el TSJC por un delito de prevaricación al retirar a un diputado condenado su condición de aforado, en vez de suspenderle por el tiempo previsto en la sentencia. Finalmente, el Tribunal Supremo le absolvió del delito de prevaricación al considerar la actuación de Obregón como una irregularidad no penalizable.
La última fue mucho más reciente. En junio de 2015, el actual consejero de Turismo e Industria, Javier López Marcano, decidió no tomar posesión de su escaño de diputado para facilitar la investidura de Miguel Ángel Revilla. Su salida de la política fue la exigencia de Podemos para dar su apoyo al bipartito PRC-PSOE, que se encontraba en minoría.
Marcano estaba imputado por malversación y fraude a ente público en la compraventa del Racing en 2011 al empresario indio Alí Syed. El código interno del PRC no obliga a nadie a renunciar hasta la apertura de juicio oral, pero el que hasta entonces era el consejero más poderoso de Revilla se marchó a dar clase al instituto. «Su vida política no acaba aquí, porque todo este proceso escampará en algún momento. No contar con él sería lo más injusto», dijo entonces el presidente de Cantabria. De nuevo, la injusticia, la misma palabra que ayer utilizó para definir la salida de Gochicoa.
En el PRC están especialmente dolidos con el juego sucio que han sufrido en las redes sociales durante la última semana, donde se ha vinculado a altos cargos del partido con favores de las empresas involucradas en la investigación de Obras Públicas. Hasta el punto de que emprenderán acciones legales contra los que las han difundido. Incluso, el propio alcalde de Torrelavega, Javier López Estrada, ha respondido a través de grupos de Whatsapp a las «difamaciones» que le afectaban.
Tampoco están muy contentos con su socio de gobierno. Pablo Zuloaga, quizás para resarcirse por la contundencia de Revilla en el 'caso Renedo', donde forzó la dimisión inmediata de la directora general de Juventud, no ha querido dar un solo apoyo público al PRC. No solo eso, ni siquiera ha tenido una buena palabra para Gochicoa por muy en bandeja que se lo pusieran los medios en alguna ocasión. Quizás no tenga en cuenta que un mal resultado electoral del PRC es un mal resultado para el PSOE.
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