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«Hemos alcanzado un acuerdo en la mesa sectorial positivo para los trabajadores y para toda la organización sanitaria», declaraba el consejero de Sanidad, Raúl ... Pesquera, el lunes pasadas las nueve de la noche, después de diez horas dando vuelta a los documentos para adaptarlos a las reivindicaciones sindicales que no habían encontrado su hueco. Tal fue la controversia que, finalmente, en lugar de un acuerdo se firmaron dos, por separado, y con la mediación incluso del propio Pesquera, que bajó de su despacho para hablar directamente con los representantes sindicales. De un lado, se firmó el documento de salida de huelga alcanzado con el Sindicato Médico, centrado en las mejoras para la Atención Primaria, que apoyaron CSIF, CC OO y, a última hora ATI; y un segundo acuerdo, que es el que la Gerencia del SCS había estado negociando en paralelo con el resto de organizaciones en las últimas semanas, que se extiende al resto de categorías profesionales. En este caso, lo suscribieron CSIF, CC OO, Satse y ATI –este no contó con el respaldo del Sindicato Médico–. Aunque lo que resulta llamativo es que UGT, el sindicato del que procede el propio consejero y su subdirector de Recursos Humanos, José Manuel Castillo, no firmó ninguno de los dos, porque «implica medidas insuficientes y aisladas, no supone un aumento de plantilla efectivo, incluye pequeños aumentos retributivos y agrava la discriminación entre la Atención Primaria y la Atención Especializada». Según precisa el responsable regional de Sanidad de UGT, Gustavo Fuentes, «lo más fácil hubiera sido firmarlo y dejarse llevar por las circunstancias pero no podemos aceptar un acuerdo viciado en su negociación por la reciente huelga de médicos y que confirma que la Consejería de Sanidad no ha hecho los deberes en estos cuatros años y se ha visto obligada a un acuerdo apresurado que no responde a los problemas de fondo del personal del SCS».
«Sanidad ha buscado desde el principio que el acuerdo firmado previamente con el sindicato promotor de la reciente huelga de facultativos fuera aceptado por todos los demás sindicatos y para ello se ha visto obligada a ampliar su contenido de manera apresurada y con una propuesta inaceptable», subraya Fuentes.
Problemas y soluciones
Pesquera destacó la aprobación de «mejoras para el personal que hace turnos o guardias, que trabaja en días festivos o realiza exceso de jornada y para profesionales que tienen que desplazarse entre diferentes áreas de salud». Un acuerdo –dijo– que «facilitará una mejor prestación de la asistencia en situación de déficit de profesionales, por medio de la autocobertura», que se extiende también al personal de enfermería de Atención Primaria –esta era una de las grandes reivindicaciones de Satse–. Asimismo, subrayó «la puesta en marcha de las agendas de calidad» de los médicos de familia y pediatra, con la limitación de 35 pacientes diarios.
Aunque este asunto, que fue el gran escollo de la reciente huelga, aún deja cabos sueltos, como reconoce el sindicato CSIF, que celebra con «cautela» la mejora, dado que «no está estructurado cómo se va a canalizar a los pacientes cuando la agenda esté llena ni el procedimiento para gestionar ese exceso de demanda». Habrá «agendas de calidad», que «mejorarán la accesibilidad y el tiempo que se dedica a cada paciente», remarcó el consejero.
El acuerdo sí que aumenta el dinero destinado a programas de absorción de la demanda (horas extra para consultas en horario de tarde), pero queda por concretar cómo se pasa de la teoría a la práctica en el día a día de los centros de salud. Y la primera en rebajar el entusiasmo de esta última mesa sectorial ha sido la asociación de Servicios de Urgencias de Atención Primaria (aSUAP), que considera que, «al igual que en 2009, el acuerdo se cierra en falso. A cada sindicato le han ofrecido calderilla para la firma, incluso a nosotros (SUAP) nos han mejorado algún complemento. Pero crean un gran problema organizativo que, indudablemente, tendrá consecuencias en breve». Los equipos de Urgencias temen que se les derive ese exceso de la demanda que no tendría encaje en el horario de la mañana (a partir del paciente 36), «con lo que eso supone en servicios que están más colapsados aún que las agendas de Atención Primaria. Al menos estas tienen una programación, nosotros no», exponen desde aSUAP, que anuncian el inicio de reuniones y mesas de trabajo para buscar soluciones, de lo contrario –avanzan– «la idea es convocar paros para marzo de 2023».
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