Enrique Martín Puebla: «Mi padre murió peleando para intentar solventar el problema de los derribos»
Hijo de un afectado fallecido ·
Secciones
Servicios
Destacamos
Hijo de un afectado fallecido ·
«Reconozco que me metí de lleno en esto para continuar con el legado de mi padre», cuenta Enrique Martín Puebla. La muerte de Enrique Martín Cotero, el 22 de marzo de 2011, impulsó a su hijo a tomar el relevo. «Él murió peleando con ... AMA por solventar un problema que aún no se ha resuelto», relata.
Enrique tenía 14 años cuando la peor de las noticias surgió por sorpresa. El chalé en el que residía junto a sus padres, en la urbanización de Cerrias, en Liencres, estaba afectado por una sentencia de derribo. «Lo que sí puedo afirmar con rotundidad es que todo esto le causó un enorme desgaste físico y emocional», explica. «Eso es algo que ahora mismo estamos viviendo nosotros. Se hace todo muy pesado, sobre todo por los matices que rodean nuestro caso. La casa puede ser derribada para después, es lo alucinante, que el terreno sea de nuevo edificable. Es como de ciencia ficción», subraya.
«Tampoco miento si digo que la situación le causó también mucho dolor. Es que dedicó gran parte de su vida a intentar salvar la casa. Once años después de que muriera, nos encontramos en el mismo punto en el que nos dejó», lamenta.
Noticias Relacionadas
En aquella época, el bonito chalé junto a la coqueta playa que da nombre a esta urbanización del municipio de Piélagos, era su vivienda habitual. «Luego nos fuimos. Se nos quedó grande. No nos sentíamos cómodos», reconoce. A sus 35 años, Enrique va a ser padre. «Voy a tener una hija y lógicamente me planteo si podré verla disfrutar en la vivienda que con tanto ahínco defendió su abuelo. Ahora me pongo en su piel y entiendo la preocupación que para un padre de familia es no saber si te van a tirar la casa donde viven los tuyos», admite.
Enrique Martín Cotero murió de un infarto. Era muy joven, tenía 51 años. «¿Que si fue el detonante?», reflexiona. «Pues no lo sé, la verdad. Lo que es rotundamente cierto es que el estrés no aporta paz ni tranquilidad», añade. «Pero el problema es que no sólo ha sido un caso aislado. Mira todos los que se han ido durante estos años sin alcanzar a ver cómo queda resuelto todo esto. Claro, si es que finalmente nos aportan una solución», concluye.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.