María Teresa Urteta: «José Luis nunca se rindió: iba a las reuniones después de recibir quimioterapia»
Afectada y mujer de un fallecido ·
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Afectada y mujer de un fallecido ·
Su voz al otro lado del teléfono suena con entereza. A pesar de que su marido falleció hace apenas un mes –el 4 de enero–, María Teresa Ugarte contesta a las preguntas con serenidad, aunque también con contundencia. «Siempre fue un luchador. Pasó por quimioterapia, ... por diálisis, fue trasplantado de riñón... y hasta que no pudo más acudió a todas las reuniones de AMA», relata. José Luis Palacios Saiz fue uno de los miembros activos de la Asociación de Maltratados por la Administración (AMA) que, como muchos otros, falleció sin ver resuelto el problema que afectaba a su vivienda en forma de sentencia de derribo.
«Una de las frases que más recuerdo oírle decir es 'qué va ser de nuestro hijos con esta casa si nosotros faltamos'», relata Maite. Ella y José Luis vivían en Bilbao, en el barrio de Santutxu. Compraron en Argoños el número 28 de la urbanización El Pueblo del Mar I donde hay otras 77 edificaciones afectadas. «Nadie nos ha regalado nada, ni la primera ni la segunda vivienda. Las hemos comprado a base de trabajo y sacrificio», añade.
El problema para ellos surgió hace 21 años. Cuando firmaron las escrituras, nada les hacía presagiar los negros nubarrones que rondarían poco después sobre sus cabezas. «Al principio lo llevó muy mal, lógicamente. Los primeros años fueron terribles», explica. «Luego, con el paso del tiempo, llegó el aburrimiento y la desesperanza. Es que son tantos años los que han ido pasando que te das cuenta de que la única opción viable que te queda es adaptarte. No te queda otra», recalca. Para entonces, a José Luis le empezó a fallar la salud. Eso le permitió, aunque suene incongruente, desconectar. «El hombre tenía problemas mucho mayores con los que lidiar. Aun así, estuvo implicado en todo lo relativo a la casa», subraya Maite.
Lo que no acababa de entender «es por qué nadie ha hecho nada para resolver de una vez por todas el problema». Cada vez está más convencida de la afirmación que les hizo a los compañeros de AMA durante una reunión en la que le pidieron que hablara: «A este paso, la única casa realmente segura que vamos a tener es la del cementerio».
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