Europa da el primer paso para rebajar la protección del lobo y permitir extracciones

En la votación de ayer salió adelante una propuesta que implica aligerar el actual blindaje que tiene el lobo, es decir, que pase de la categoría de «protección estricta» a la de simple «protección», dentro del Convenio de Berna del Consejo de Europa, un paso previo para que Bruselas pueda plantear después una revisión de las reglas comunitarias que afectan a la gestión de esta especie. Medio centenar de miembros (incluidos los 27 países de la UE) suscriben este convenio europeo establecido en el año 1979. La medida permitiría eliminar más fácilmente a los lobos cuando se considere que alcanzan un número excesivo en una determinada región, con cuotas de caza.

Pese a la rebaja propuesta, según un portavoz de la Comisión, el lobo «seguirá siendo una especie protegida» y los mecanismos alternativos a la caza de estos animales, como las medidas de protección y compensatorias para los ganaderos, «seguirán contando con el apoyo» del Ejecutivo comunitario.

De los 27 países que integran la UE, 21 respaldaron la iniciativa de la Comisión Europea, mientras que dos, España e Irlanda, se posicionaron en contra de la modificación y Bélgica, Chipre, Eslovenia y Malta optaron por la abstención, según confirmaron fuentes diplomáticas a Europa Press. Uno de los países con más peso a la hora de inclinar la balanza hacia la rebaja de la protección del lobo ha sido Alemania, que defiende la «coexistencia de los lobos y el ganado». En el caso del Gobierno español, a través del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, en manos de la vicepresidenta Teresa Ribera, su posición siempre ha estado en contra de una rebaja del nivel de protección de la especie, pese a las persistentes demandas de las comunidades autónomas en las que reside la mayor parte de la población lobera de España (Cantabria, Castilla y León, Asturias y Galicia), en las que se registran la mayoría de los ataques de los cánidos salvajes al ganado.

En cualquier caso, la decisión que se adopte en la UE no obligaría al Ejecutivo español a reducir la protección que en la actualidad tiene la especie, mantendría su soberanía en este campo, aunque sí serviría para reforzar los argumentos que plantean los gobiernos autonómicos más afectados a la hora de reivindicar la realización de controles de población que permitan hacer compatible la actividad ganadera con la presencia del animal en los montes.

En este sentido, María Jesús Susinos, nueva consejera de Desarrollo Rural de Cantabria, remitió recientemente una carta a Ribera invitándola a visitar la región para que pudiera comprobar de primera mano y sobre el terreno -porque «desde los despachos, las cosas no se ven»- la situación «crítica» que ha generado entre el sector ganadero su decisión de proteger el lobo con su inclusión en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial, el famoso Lespre.

El apoyo de los Veintisiete era un paso necesario para elevar ante el convenio del Consejo de Europa la petición de relajar la protección del lobo, que la Comisión debe presentar al menos sesenta días antes de la reunión del Comité Permanente, prevista para la semana del 2 de diciembre, por lo que debería remitir la enmienda antes de mañana.

Bruselas presentó su propuesta el 20 de diciembre de 2023 con el objetivo de poder «flexibilizar» las normas de gestión de esta especie frente al aumento de ataques a ganado y el conflicto con comunidades locales en distintos puntos de Europa. La propia presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunció ya en noviembre de 2022 su intención de encargar a los servicios comunitarios un «análisis en profundidad» sobre el impacto de la recuperación del lobo en los campos de la UE. La toma de posición de la política alemana se produjo poco después de que un lobo matara un poni de su propiedad.

El paso dado ayer por la UE ha provocado reacciones encontradas entre los partidarios de mantener la protección y aquellos que han reclamado insistentemente que fuera rebajada. Entre los primeros, colectivos como Alianza Verde, Ecologistas en Acción y WWF han tildado de «decepcionante» el paso dado, ya que, a su juicio, los países han votado sin atender a criterios científicos y la decisión «obstaculizará la recuperación en curso de las poblaciones de lobos y pondrá en peligro los esfuerzos para promover la coexistencia entre humanos y grandes carnívoros».

En el lado opuesto, ganaderos y cazadores aplauden una decisión que consideran «una buena noticia», ya que adapta el grado de protección del lobo «a la realidad de la especie, que no es tal y como muchos están diciendo de peligro de extinción».