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Salvo que tenga usted la suerte de residir cerca de la playa, seguro que ha sufrido alguna vez la odisea que supone buscar un aparcamiento junto al mar en estos meses de verano. La gran afluencia turística a Cantabria ha cogido con el pie ... cambiado a muchas localidades que, incapaces de asumir tal cantidad de tráfico, están teniendo serios problemas por la escasez de estacionamientos. Tanto que en algunos casos se están dando escenas rocambolescas, con vehículos aparcados en lugares inverosímiles.
«Estamos sufriendo las consecuencias de la masificación de un modelo turístico que se ha implantado en los últimos ocho años y que me parece totalmente equivocado», advierte Jesús Gullart, alcalde de Santoña, uno de los municipios que salen peor parados por culpa de este fenómeno.
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No hay aparcamientos para todos, ni plazas suficientes en los campings. La pernoctación de las autocaravanas se está convirtiendo en un problema de primer orden y la afluencia de visitantes crece y crece cada año, sobre todo a raíz del revulsivo que supuso la pandemia. Y el problema es que todo esto no es malo, pues el sector turístico sustenta buena parte del PIB regional.
Ribamontán al Mar, Noja, Suances, Santoña y Laredo son algunas de las localidades que están trabajando en atajar el problema. Buscan soluciones a una situación que hace necesaria la construcción de nuevos aparcamientos, la utilización del transporte público, la puesta en marcha de políticas que fomenten el uso de la bicicleta y la moto en los núcleos urbanos, y también a la mejora de los viales de entrada y salida a las poblaciones.
«Esta última intervención es fundamental a la entrada de Noja, pues en el cruce de acceso a la calle Del Carmen necesitamos una rotonda», explica la regidora, Mireia Maza (PP). Es el único modo de distribuir mejor el tráfico y evitar las congestiones que se forman en ese punto, con retenciones de hasta 15 minutos en las horas punta de acceso y regreso de la playa. Ella dice tener este verano las manos atadas, porque acaba de hacerse con el bastón de mando. «No nos da tiempo a reaccionar para hacer las cosas que queremos hacer; el verano que viene pondremos en marcha medidas más concretas», apunta. Por ejemplo, una ordenanza municipal para controlar el estacionamiento y pernoctación de autocaravanas. «Es un gran problema porque muchas aparcan junto al campo de fútbol y está prohibido porque es un espacio de Demarcación de Costas. La multa puede alcanzar hasta 6.000 euros», advierte.
Otra de las zonas prohibidas para la pernoctación de estos vehículos son los parques naturales. En Liencres y en Oyambre existe un serio problema de masificación y tanto la Policía Local de Piélagos como la Guardia Civil, en Oyambre, están restringiendo los estacionamientos. Es un hecho que no sólo afecta a las autocaravanas, porque el descontrol de los coches llega al punto de que los agentes municipales de Piélagos han tenido que desalojar y multar a decenas de estos vehículos que decidieron estacionar en los dos márgenes de la carretera de Liencres que transcurre por los pinares hacia las playas de Canallave y Valdearenas.
Idéntico problema se plantea en Somo (Ribamontán al Mar), paradigma de pueblo de verano. Allí la presión popular tumbó la opción de construir un aparcamiento subterráneo bajo la recién renovada plaza del pueblo y ahora ya no hay espacio para más coches. Estacionar en el núcleo urbano o alrededores es una misión imposible y la única opción es dejarlo en la zona alta, a varios minutos de camino a la playa. Es algo que el alcalde, Francisco Asón (PRC), que comienza su duodécima legislatura al frente del municipio, lamenta profundamente. «Ahora estamos viendo qué más podemos hacer para acoger más vehículos porque el pueblo ya no tiene espacio», asegura.
La opción es construir ese soñado parking, pero en otra ubicación. «En la zona oriental de la localidad hay unos prados municipales que están en pendiente y que se podrían utilizar para hacer ese subterráneo», asegura Asón; porque en realidad el pueblo, en su zona baja, junto a la playa, es tan pequeño que ya no hay más espacio. Tampoco lo hay en Santoña, donde más allá de la zona del Puerto y el polígono industrial apenas hay más posibilidades para que el foráneo encuentre aparcamiento. «Cantabria ha optado por este turismo y es muy desacertado porque además lo único que hacemos es perder calidad de servicios», denuncia Jesús Gullart (Santoñeses). Resignado, sostiene que los planes inmediatos para atajar el problema consisten en habilitar 40 plazas de aparcamiento más en la zona de El Pasaje, cercana al puerto de San Martín. Una opción similar a la adoptada en Laredo, donde la pasada semana se reabrió el aparcamiento portuario para que los turistas puedan estacionar. «Lo habíamos retrasado porque la infraestructura había sufrido desperfectos por actos vandálicos, pero ya están reparados y el parking en uso», informa el alcalde, Miguel González (PP). La suerte de Laredo es que tiene varias entradas, no como la mayoría de las localidades, que solo cuentan con una: «Esto es una suerte que nos permite aliviar bastante la presión del tráfico; pero aún con todo, hay que tomar más medidas». Cualquiera que haya intentado llegar con el coche hasta la Puebla Vieja habrá tenido que dar media vuelta para aparcar a la altura de los supermercados, cerca de la entrada. Otra cosa es imposible, salvo que la suerte quiera que alguien salga de algún sitio, que es lo más parecido a que le toque la lotería. Por eso el uso de la bicicleta y la moto se barajan como alternativa.
«Hemos habilitado decenas de aparcamientos para motos. Aparcamientos específicos que no existían», comenta el regidor, que también apuesta por incrementar el uso del transporte público, algo que igualmente van a intentar potenciar en Suances, donde pese a los amplios espacios de que disponen para aparcamientos, aún hay déficit de plazas. «Tenemos muchos recursos, pero hace falta hacer más, por eso contemplamos para un futuro construir otro espacio de aparcamientos en la zona de Los Cantos», adelanta el alcalde, Andrés Ruiz Moya (PSOE).
«Lo deseable es que el día que tengamos el funicular que conecte la zona alta del pueblo con la zona más baja, podamos convencer a la gente para que deje el coche arriba y utilice este modo de transporte para subir y bajar a las playas», concreta. Por lo pronto, este verano, igual que en otros muchos pueblos de Cantabria, numerosos visitantes pasarán horas buscando aparcamiento, muchas veces, sin éxito.
Muchos ayuntamientos de localidades costeras contratan auxiliares de policía en estos meses de verano para apoyar las labores de sus agentes municipales, que realizan una gran labor en la administración del tráfico en los peores días. Pero para el caso de aquellos consistorios que no tienen capacidad para contratar agentes municipales, la Guardia Civil sirve de apoyo. La Benemérita es fundamental en los días en que hay eventos festivos que reúnen gran cantidad de público. Yla división de Tráfico estará presente en todas las carreteras a lo largo del verano.
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