Un gigante casi centenario

«Dentro de poco, Valdecilla celebrará su centenario. Su nacimiento fue esplendoroso y, como en toda larga travesía, ha recorrido montañas y valles y una brecha profunda que se marcó el 2 de noviembre de 1999», recuerda Rafael Tejido, uno de los médicos de la casa que ha formado parte del equipo directivo en dos etapas distintas. «Sin embargo, a pesar de sus casi 100 años, Valdecilla no es un hospital viejo. Tiene un carácter innovador, marcado por servicios clínicos de excelencia. Una personalidad comprometida, muy unida a la sociedad cántabra. Un esqueleto fuerte, con un edificio moderno y espacios humanizados. Unos brazos potentes, dotados de equipos de alta tecnología de última generación. Y sobre todo, un alma joven, con un recambio generacional que ha traído profesionales brillantes y comprometidos que aseguran un gran futuro. No todo es perfecto, seguro que hay colesterol, algo de azúcar y ácido úrico y quizás un poco de artrosis, pero el conjunto es francamente bueno», reflexiona Tejido, de nuevo al frente de la Unidad de Alta Resolución Hospitalaria (UARH).

«El 'secreto' de Valdecilla viene de la mentalidad del Marqués, su mecenas, y de nuestro visionario primer gerente, el doctor López-Albo, que tenían claro que en la Casa de Salud Valdecilla tenían que estar los mejores (en todas las categorías), lo que caló y justificó que muchos de otros lugares de España eligiéramos Valdecilla para formarnos y trabajar», subraya Julio Pascual, otro de los referentes del hospital, actual jefe de servicio de Neurología y el gerente que cedió el testigo a Tejido en 2019.

Pero dicho esto, recuerda que hasta finales de los años 80 Valdecilla era Centro Médico Nacional y podía contratar directamente a su personal. «Ahora podemos decir que tenemos unas instalaciones sin duda envidiables, pero nuestro reto es mantener un personal de primer nivel y aquí reside mi principal preocupación». Porque –argumenta Pascual– «el sistema actual de contratación, basado puramente en la antigüedad y no en una auténtica carrera profesional, puede ser adecuado para otros estamentos de la Administración, incluso lo entendería para pequeños hospitales, pero no lo es para centros que quieren ser punteros y de alta complejidad».

A su juicio, «si un hospital como Valdecilla no puede contratar, como está ocurriendo, a los mejores, sino que tiene que contratar a los más antiguos, está condenado a la mediocridad, aunque tenga las mejores instalaciones. Nuestro primer gerente dijo y dejó escrito 'que cualquier médico de Valdecilla que no investigue y haga docencia, además de clínica, debería ser expulsado del hospital'. Hoy en día el peso en la contratación de la docencia y la investigación (y estamos hablando de un hospital que lleva la 'U' de Universitario) son en la práctica inexistentes, lo que –salvo excepciones que merecerían todos los honores– lleva al desencanto de grandes profesionales del hospital».

Al frente de la Dirección de Valdecilla está desde hace poco más de un año María Dolores Acón, la primera mujer en ocupar este puesto en su casi centenaria historia. «Una historia que empezó con la apuesta por ser el hospital más moderno y avanzado de nuestro país y uno de los mejores de Europa», indica la gerente, senda en la que continúa, «como avalan los muchos reconocimientos y premios con los que somos distinguidos cada año», y con la que afronta su futuro.

«Valdecilla aúna tradición y modernidad, con una infraestructura de vanguardia y un equipo humano altamente capacitado. Sabemos que nos enfrentamos a retos significativos, como la integración de nuevas tecnologías, y la mejora continua y humanizada en la atención al paciente, en medio de las crecientes necesidades de nuestra población, de la cronicidad y de los avances en medicina personalizada, y a la aplicación de la inteligencia artificial generativa a disposición de una nueva forma de hacer sanidad y de generar salud».

Pero defiende que «el compromiso con la investigación y la formación y alta capacitación de nuestros profesionales será clave para mantener la excelencia y liderazgo en el sistema sanitario español». A corto plazo, Valdecilla tiene por delante la instalación de la protonterapia. «Nos enfrentamos al reto de una nueva transformación estructural», añade. Pero además, «como mayor empresa de Cantabria, Valdecilla debe ser también motor económico del sector salud, generando empleo de calidad. Y ha de ser una marca de valor que atraiga inversiones y se convierta en motor de riqueza para nuestra comunidad».

• Temas
• Julio Pascual
• Protonterapia
• Hospital Universitario de Marqués de Valdecilla
• Cantabria
• España
• Europa
• Salud