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«Esta legislatura habrá aerogeneradores funcionando». La frase la dijo el anterior consejero de Industria, Francisco Martín, a preguntas de la oposición en el ... Parlamento regional en 2016. Cuando el actual presidente del Puerto pronunciaba estas palabras se refería a la legislatura 2015-2019, que acabó sin un solo molino nuevo en las colinas de Cantabria. Martín falló en su pronóstico por partida doble: ni se han instalado aerogeneradores más allá del parque eólico de Cañoneras (se levantó en Soba en 2008) en la anterior legislatura ni tampoco en la que acabará el próximo mayo. Este miércoles, el hoy titular de la cartera de Industria, Javier López Marcano, y su compañero de Medio Ambiente, Guillermo Blanco, reconocieron que los 35 megavatios (MW) de Soba serán los únicos funcionando antes de la cita con las urnas.
En cualquier caso, ambos son optimistas y prefieren quedarse con los avances que sí se están produciendo en la tramitación de los proyectos eólicos. En rueda de prensa mostraron su «satisfacción» por el hecho de que seis parques ya hayan conseguido la declaración de impacto ambiental (DIA) para seguir adelante. Se trata de los de El Escudo, Somaloma-Quemadas, Campo Alto, La Costana, Cuesta Mayor y Bustatur, que sumarán entre ellos 56 molinos y 235 megavatios. Aunque las empresas promotoras podrían abandonar sus planes pese a tener el visto bueno medioambiental, Marcano espera que todos salgan adelante. «Nos encantaría que así fuera. Porque lo necesitamos», subrayó el consejero.
A día de hoy, 15 de los 24 proyectos eólicos cántabros cuya DIA se ha sometido a información pública están sin resolver. Y hoy era importante, porque este 25 de enero acababa el plazo que dio el Ministerio de Transición Ecológica para que los supervisores ambientales respondieran en sentido favorable o desfavorable. Los que no han llegado a tiempo pierden el derecho que habían conseguido en el pasado para conectarse a la red y tendrán que iniciar de nuevo el proceso. En resumen, tendrán que concurrir de nuevo a las subastas de energía renovable que realiza el Estado. Y cuando las realice, que puede ser pronto o tarde. Desde luego, los proyectos que no tengan ya su DIA favorable no saldrán adelante a corto plazo.
El Gobierno regional matiza esa cifra de 15 proyectos eólicos que han pedido DIA y no la han tenido a tiempo sobre los que informaba El Diario Montañés. De esos 15, solo nueve tiene que resolverlos la comunidad autónoma al ser de menos de 50 MW. Y de esos nueve, seis no están afectados por la fecha límite del 25 de enero porque son posteriores a la aprobación de este calendario. La Consejería de Medio Ambiente sí reconoce que le ha pillado el toro –prometió en noviembre que «llegaría a tiempo» con todos– con tres parques concretos. Los de Bustafrades, Alsa y Cerro Airo.
¿Qué solución darán ahora a estos tres promotores afectados? Pues esperan emitir la DIA en las próximas semanas y confían en que el Gobierno central tenga manga ancha y dé un mes de prórroga adicional para su publicación. De lo contrario, la Consejería también emitirá la DIA, pero si es favorable las empresas tendrán que esperar a la nueva subasta de renovables, lo que retrasaría mucho el proceso. Y sobre los seis pendientes de resolver del Estado, Cantabria dice que la región sí ha enviado en tiempo y forma el informe con su opinión que solicitó el Ejecutivo nacional.
A partir de ahora, en el horizonte vuelve a haber dos fechas clave. Dos hitos que deben cumplir los seis parques con DIA favorable para no decaer como los que no la lograron. Antes de mayo tienen que lograr la autorización administrativa previa del Ejecutivo regional y antes del 25 de julio la licencia de construcción. Blanco y Marcano creen que los seis proyectos lo pueden conseguir. Es más, que aunque no haya nuevos molinos esta legislatura, sí puede haberlos este año gracias a las turbinas de El Escudo.
«La situación va camino de cambiar radicalmente. De 35 a 270 megavatios. Una cuota de éxito que a nosotros se nos antoja muy importante. De una única instalación eólica en el parque de Soba, a siete», celebra Marcano, que puso el acento en los beneficios que estas inversiones –más de 200 millones si los seis planes se convierten en realidad– sobre el territorio.
Beneficios en varios ámbitos. El titular de Industria recuerda que los permisos exigen intervenciones en la zona en la que estarán los molinos. Por ejemplo, para restaurar ambientalmente turberas degradadas o reparar caminos. «Supone el compromiso de avanzar en la tramitación de una fuente de energía renovable, limpia y segura en la que creemos». Defiende Marcano que estos parques serán «una fortaleza relevante» para el ecosistema industrial de Cantabria y «una oportunidad para que toda la región reciba esa inversión», en referencia a las zonas afectadas por los problemas demográficos, donde se centran las inversiones: «Este es un esfuerzo añadido para combatir el despoblamiento».
«La apuesta clara del Gobierno por la transición energética, desde nuestra capacidad como comunidad pequeña, ha quedado demostrada», insistió Blanco, que recordó que el desarrollo eólico no solo es importante para luchar contra el cambio climático, también para reforzar la soberanía energética, especialmente después de la invasión de Ucrania. El regionalista remarcó que el objetivo siempre ha sido facilitar el impulso de este tipo de energías, pero con la premisa básica de que sean «compatibles con los elementos paisajísticos y el patrimonio cultural y natural de Cantabria».
En resumen, viene a decir que han hecho todos los esfuerzos para emitir declaraciones de impacto favorable siempre que «los valores ambientales que puedan ser afectados de forma más significativa, aunque un parque eólico tenga impactos que no puedan mitigarse de ninguna forma». Que la Consejería ha hecho su trabajo frente a lo que hizo su antecesora, la socialista Eva Díaz Tezanos. Sin nombrarla, puso el dato sobre la mesa: entre 2015 y 2019 hubo 28 proyectos de competencia autonómica en diferentes fases de tramitación y aquel equipo no emitió ninguna DIA.
El de mayor dimensión
El parque eólico de El Escudo, con 25 molinos y capacidad para generar 105 megavatios, es el proyecto de mayores dimensiones de Cantabria y el que va más avanzado en su tramitación. El único paso que falta para que pueda ir a la Comisión Regional de Urbanismo (Crotu) es que la Dirección General de Biodiversidad dé los permisos de ocupación de los montes de utilidad pública en los que se levantarán los aerogeneradores.
Unos montes que son propiedad de alrededor de una decena de juntas vecinales y concejos de San Miguel de Aguayo, Luena, Molledo y Campoo de Yuso. Según confirmó el consejero Blanco, aunque los dueños del suelo no quieran, tendrán que ceder su uso, en aplicación de la legislación nacional. «Las instalaciones eléctricas son de interés público –como podría ser una autovía o un hospital–. El hecho de que una entidad propietaria se oponga no es razón para que no se lleve a cabo», subrayó el titular de Medio Ambiente.
Blanco detalló que su departamento no tiene responsabilidad en que el expediente no se debatiera en la Crotu en septiembre –ni en las reuniones siguientes– como preveía la Consejería de Obras Públicas. Biodiversidad no ha podido dar aún los permisos de ocupación de los montes porque el promotor (Biocantaber, filial de Iberdrola ) no envió hasta diciembre las condiciones económicas de estas concesiones. O dicho de otra forma, el dinero que los pueblos cobrarán en concepto de arrendamiento.
Blanco insiste en que los permisos no se han dado antes porque se ha querido ser muy escrupuloso. «No caben atajos de ningún tipo porque podrían llevar a un largo proceso judicial» que anularía el proyecto. La Consejería sí ha enviado ya a los propietarios esa propuesta económica y ahora las juntas vecinales tienen un mes para alegar. Alegar sobre las cantidades, pero nunca para impedir que siga adelante el parque de El Escudo.
Durante 2022
Marcano reconoce que los 270 MW eólicos que aspira a tener Cantabria a medio plazo –será así si al parque de Soba se suman los seis que tienen declaración ambiental favorable– están lejos de los 700 que dibujaba el último Plan Energético Regional. En cualquier caso, el consejero de Industria afirma que el paso dado esta legislatura no es despreciable y que el desarrollo eólico «no acaba aquí». Por un lado, los parques que no tienen DIA a 25 de enero podrán optar a futuras subastas de derechos de producción. Por otro, la prueba de que sigue el interés empresarial es que en 2022 llegaron a la Consejería 12 nuevos proyectos que quieren ubicarse en Cantabria aunque aún no hayan iniciado el proceso administrativo.
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Ana del Castillo
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