Un millar de profesores protesta por el «impresentable» cambio del calendario

Los mensajes en las pancartas daban una idea del rechazo absoluto que ha generado el movimiento del Gobierno regional en la comunidad educativa –incluido el Colectivo de Estudiantes de Cantabria (Colest)–. «Lombó, respeta la escuela pública», «los servicios públicos agonizan», «Revilla dimisión»... La idea de fondo tras la medida del Ejecutivo, restringir la movilidad y sobre todo evitar que sean los más mayores de la familia los encargados del cuidado de los menores, no basta a la comunidad educativa. «¿A qué precio?», se escuchaba a una mujer involucrada en las críticas. Esa pregunta retórica revela los motivos del enfado que existen en muchos profesores y también muchas familias que «ya tendrían programados estos días de descanso». Ese pequeño parón escolar, reiteraron muchos de los presentes, es «más necesario que nunca» en un año académico que, dadas las circunstancias obligadas por la pandemia del covid-19, está resultando «agotador».

La impresión de los sindicatos, a la salida de sus portavoces tras un encierro de cinco horas, seguía en esa línea:«Las reuniones que tenemos con la Consejería no sirven para nada porque van a hechos consumados. Esta es una muestra más de la política de gestión de personal de este departamento, incapaz de llegar a ningún acuerdo con nadie», protestaba Jesús Aguayo (STEC). Coincidió el testimonio de Rus Trueba, de ANPE.«Aquí se ha demostrado el talante de la consejera», aseguró, antes de avanzar que impugnarán la decisión judicialmente «para que no se produzca» y recordar la convocatoria de más movilizaciones, en forma de sendas huelgas, los días 11 y 18 de noviembre.

Para los sindicatos es, de alguna forma, la gota que colma el vaso. «Esta medida, que se podría haber consensuado y evitado, mantiene a los alumnos de toda la comunidad como rehenes», aseguraba Laura Guate (UGT), antes de exigir «valentía» a un Gobierno «que debió tomar otras medidas que no castigaran a las familias». En esa línea, el sindicato TU, en palabras de Isabel Rodríguez, aseguró estar recibiendo «cientos de llamadas por parte de familias cántabras que no saben lo que van a hacer la semana que viene ni cómo se van a organizar».

Pasada media hora de la concentración, las voces que pedían la dimisión de Lombó todavía se hacían escuchar. Muchos de los docentes presentes este viernes en Santander estudiarán el domingo si irán o no a trabajar al día siguiente. Algunos tienen claro que, si no es una semana de descanso, será una semana de huelga.

La Federación de Enseñanza de Comisiones Obreras (CC OO) de Cantabria ha convocado en solitario una huelga de cinco días, del 2 al 6 de noviembre, en el sector de la educación por la suspensión de las vacaciones escolares prevista para esa misma semana, un paro que secundará igualmente el Colectivo de Estudiantes de Cantabria, otro de los colectivos que en la concentración lamentó «las formas y la falta de coherencia manifestadas por parte de la Consejería de Educación».