«Me gustaría poder volver a Valdecilla»

Los nuevos facultativos emprenden ahora un camino distinto –en el propio hospital o en otros destinos– después de dejar atrás cuatro o cinco años de formación. Un total de 102 profesionales, entre los que se encuentran 87 médicos (MIR), entre ellos 18 de los 33 de Medicina de Familia en Cantabria; ocho enfermeras especialistas (EIR), dos farmacéuticos (FIR), dos biólogos (BIR), dos psicólogos (PIR) y un radiofísico (RFIR). «En mi caso soy de Valladolid, todavía no tengo nada cerrado, pero probablemente vuelva a Castilla y León», apuntaba Rodríguez. Y es que algunos dejan Cantabria sin querer marcharse, como es el caso de Ángel Luis Guerrero, de Santoña, que se ha especializado en Alergología. «Ahora mismo no hay opciones de quedarme, así que la idea será irme fuera. Si en un futuro puedo volver, me gustaría hacerlo, de momento estoy esperando para concretar mi futuro». Aunque si hay algo en lo que coinciden todos es la «vivencia» de todos estos años. «Es una etapa formativa para aprender y llevarse también una experiencia personal con todos los compañeros que haces. Hay muchas cosas con los otros residentes, muchas guardias y recuerdos que siempre quedarán de todos estos años», confesaba el joven cántabro.

María Dolores Acón, gerente de Valdecilla, dijo a los nuevos médicos que se sintieran «orgullosos» de su paso por el hospital, «sois referentes para vuestros compañeros» y que el pin que se llevaban consigo fuera como un «cordón umbilical» que les una y les guíe como «un faro al que siempre podáis volver», añadió.

También estuvieron presentes en la despedida Ramón Herrería, director médico; Luis Mariano López, director de Enfermería; y Juan Ramón Artiga, subdirector de Recursos Humanos del SCS. El primero pidió a los presentes que «no caigan en la rutina profesional» y aunque muchos tengan que escoger entre tres caminos: quedarse, irse o desear quedarse, pero tener que marcharse; que sepan que «siempre seréis de Valdecilla y si os los proponéis, podréis volver», apuntó.

La crisis sanitaria vivida con la epidemia fue uno de los momentos que marcaron a este grupo de sanitarios que finalizan su residencia. «Gracias por vuestra lucha frente al covid», un comentario que recibieron entre aplausos los presentes. Antes de poner el broche final a la ceremonia de despedida, se entregó el Premio Daniel García Palomo a 'Mejor residente'. Sandra Martínez, psicóloga clínica, recibió el primer puesto; Meri Terzyan Valdanyan, anestesióloga, quedó en segundo lugar, y completaron el podio Saioa Pérez, psicóloga clínica, y Fabricio Benavides, reumatólogo.

El proyecto SaludArte, impulsado en 2019 entre el Centro Botín y el Hospital Valdecilla y con el objetivo de acercar el arte a la salud y viceversa, puso ritmo musical durante la ceremonia con la interpretación de varias canciones 'Como si fueras a morir mañana', de Leiva, y 'Libertad', de Nil Moliner, entre otras.

Pese a las caras de felicidad y satisfacción por cerrar una etapa de formación, también se encuentra la realidad de la incertidumbre. Uno de los futuros más inciertos –y que mayor polémica arrastra– es el de los médicos de familia, la especialidad con mayor déficit y también la última en la lista de preferencias de los nuevos médicos –razón de que en las últimas promociones ni siquiera se completaran las plazas MIR–. «Es verdad que, como residente de familia en Valdecilla, estamos todavía poco valorados. Es una especialidad sin la consideración que tienen otros facultativos de otros servicios, aunque también nosotros seamos especialistas. En los hospitales, yo creo que hace falta luchar un poco más por la importancia que tenemos», puntualizaba Sandra Calleja, que también es cántabra.

Y es que la mayoría de esta especialidad está a la expectativa de conocer las condiciones laborales de la oferta definitiva del Servicio Cántabro de Salud (SCS). «Pretendo quedarme en Cantabria y trabajar en Atención Primaria. Ahora mismo estamos a expensas de concretar las ofertas que el SCS nos está haciendo», subrayaba Calleja.

Con más claridad laboral, Víctor Echavarría, dominicano y facultativo de Digestivo, termina su formación en Valdecilla. «De momento, me quedo aquí», relataba visiblemente contento. «El MIR es una mezcla de varias cosas, pero en general, muy bien. He madurado muchísimo, profesional y personalmente. Sin duda, es una experiencia que no tiene igual en la vida», añadía.

Por parte de los residentes, Olga Susana Anabitarte, de Psiquiatría, fue la encargada de poner voz a todos los que este martes finalizaban su etapa formativa. «Somos especialistas», exclamaba entre los aplausos de sus compañeros. En su discurso recordó todo el esfuerzo que han puesto por llegar hasta ahí. «Hemos tenido que demostrar siempre ser los mejores durante la etapa de Bachillerato, realizar una selectividad extraordinaria para poder entrar a Medicina, Enfermería, Farmacia o Psicología. Además de aprobar una oposición exigente que nos hacer estar hoy aquí», expuso en el salón de actos Gómez Durán, donde no cabía ni una persona más en este día tan señalado para los especialistas.