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«El corte del tráfico ferroviario anunciado para agosto, uno de los meses con mayor demanda de trenes en Santander y con mayor número de turistas, es una noticia pésima para nuestra ciudad, para nuestras empresas y para muchos turistas». De esta manera resume ... la alcaldesa, Gema Igual, el efecto de ese mes de viajes en autobús –en media y larga distancia–, y transbordos –en cercanías–, anunciado por Adif como consecuencia de las obras de duplicación de la vía entre Torrelavega y la capital cántabra. Como ella, tanto la patronal, CEOE-Cepyme, como el Puerto de Santander, la Asociación de Hostelería y la profesora de la Universidad de Cantabria (UC) Paloma Lanza, coinciden en que la región se resentirá económicamente de esta situación, ya que estos trastornos para el usuario pueden empujar a los viajeros a elegir otros destinos.
«El tren es un modo de transporte imprescindible para Santander durante todo el año, más si cabe en esta temporada», subraya la regidora. «Hay que tener en cuenta que el tráfico ferroviario en verano garantiza además la llegada de forma regular de muchos visitantes, usuarios del conocido 'tren playero', que eligen nuestra ciudad para acercarse a la costa y que por segundo año consecutivo ven interrumpido el servicio, teniendo en cuenta los transbordos del año pasado por las obras de la duplicación de vía Santander-Muriedas. La posibilidad de que acaben por elegir otros destinos mejor comunicados que Santander es cada vez mayor».
«Unas obras de esta envergadura tienen afecciones inevitables e importantes, pero es cuestión de diálogo con los destinos afectados, con el sector y con los usuarios; y sobre todo de previsión para coordinar el servicio minimizando molestias a todos los afectados».
A juicio del presidente de la CEOE, Enrique Conde, la interrupción de un servicio público de esta envergadura debe planificarse con mayor antelación. «Para los empresarios conocer con tiempo todas las incidencias que pueden afectar a su actividad ayuda a anticipar y minimizar sus consecuencias. Esto es especialmente relevante en sectores ligados a los servicios y el ocio y el turismo, pero también a los servicios culturales, a los educativos y a aquellos otros que están relacionados con el transporte de mercancías, logística, o servicios profesionales, entre otros».
Enrique Conde
Presidente de CEOE-Cepyme
Eduardo Lamadrid
Presidente de la Asoc. Hostelería
El sector turístico será, según Conde, el más perjudicado por los cortes en agosto, un daño que afectará a otras áreas de actividad en caso de que se prolonguen a septiembre. «Si los cortes se demoran va a suponer un serio inconveniente para todos, y de una forma especial para la actividad empresarial y comercial de las empresas: con las tarifas aéreas por las nubes y una reducción importante de las frecuencias entre Santander y Madrid, el tren era –a pesar de los retrasos y los problemas– la alternativa natural de empresarios y directivos para ir a Madrid. Entrar en septiembre con la situación actual sería muy negativo para nuestra economía regional. Los empresarios vamos a apoyar al Gobierno regional en las reivindicaciones que se hagan para que, de una vez, la movilidad no sea un problema endémico en Cantabria».
El mes de agosto es un mes plenamente operativo para el Puerto de Santander en lo que se refiere al tráfico de mercancías por ferrocarril. «No disponer de conexión ferroviaria con nuestro hinterland durante un mes completo supondrá una importante afección», admiten desde el ente.
Tras conocer el anuncio de Adif, el Puerto se lo comunicó a operadores y clientes «para que pudieran ajustar su logística y planificar nuevas alternativas de transporte, fundamentalmente por carretera». Al mismo tiempo, se han acomodado las inversiones en marcha dentro del recinto portuario en materia de mejora ferroviaria, teniendo en cuenta las fechas del corte.
«Entendemos que esta obra es necesaria y hay que realizarla, pero el mes de agosto es el que más nos perjudica: cuando se paraliza el tráfico por una obra hay que disponer de suficientes recursos para que la gente pueda viajar de otra manera», opina Eduardo Lamadrid, presidente de la Asociación de Hostelería. «Reducir las llegadas de viajeros, como cualquier otro servicio relacionado con el turismo, supone reducir los ingresos. Además de reducir el número de posibles visitantes también afecta a la imagen de la ciudad, la de Santander como destino turístico, y perdemos competitividad respecto a otros destinos con una red de transportes mejor que la nuestra».
«Los cortes pueden disuadir a los turistas de visitar Cantabria debido a la incomodidad y el tiempo adicional requerido para el viaje –coincide la economista y profesora de la UC Paloma Lanza–. Esta disminución de turistas se traduce en una menor ocupación hotelera, menos ingresos para restaurantes, comercios y atracciones turísticas. En otras palabras, esta menor afluencia de turistas afecta a todo el sector turístico, reduciendo la actividad económica general en la región».
Lanza recuerda que «el turismo tiene un efecto multiplicador en la economía local. Cada euro gastado por un turista, no solo genera ingresos en el sector turístico, sino también en otros sectores».
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