Cantabria pedirá la declaración de zona catastrófica para paliar los «importantes daños» de las inundaciones

Piélagos, uno de los ayuntamientos más castigados ayer por las lluvias y el desbordamiento del río Pas, ha madrugado hoy para anunciar que pedirá tanto esta declaración de zona catastrófica para poder recibir ayudas. El municipios también ampliará una línea de crédito para poder respaldar económicamente a las familias y pequeñas empresas «lo han perdido todo», ha señalado la alcaldesa Verónica Samperio.

La consejera de Presidencia, Paula Fernández, ha visitado Vioño esta mañana, donde ha afirmado que aunque «no están cuantificados» los daños de la borrasca, el Gobierno ya tienen ultimado un primer informe para solicitar al Consejo de Ministros la declaración de ZAEPC (Zona Afectada Gravemente por una Emergencia de Protección Civil), una figura equiparable a la antigua de zona catastrófica. Ha cambiado la denominación, pero no la sustancia de lo que persigue la ley. A partir de ahora, Cantabria tiene que solicitar al Estado este reconomiento y es el Ministerio de Interior el que tramita un decreto-ley que tiene que ser aprobado en Consejo de Ministros.

Fernández ha explicado que «estamos en fase de recuperación de la emergencia» y, por tanto, «centrados en atajar» los importantes daños sufridos en las zonas más castigadas, caso de Piélagos y Ampuero, pero también de Cabezón de la Sal y Los Corrales de Buelna en la red de carreteras.

Cantabria afronta el día después haciendo balance de daños y pérdidas y recuperándose de inundaciones, argayos y cortes de carretera. A primera hora de la mañana, se mantenían cortes totales de la calzada o de algún carril en 16 carreteras autonómicas, a su paso por Piélagos y los municipios de las comarcas pasiega y del Asón. Pero durante esta madrugada, el 112 apenas ha registrado incidentes, por lo que se han desactivado el Centro de Coordinación Operativa (Cecop) y los puestos de mando avanzado movilizados ayer en Ampuero, Reinosa y Piélagos.

Dice la Aemet (Agencia Estatal de Meteorología) que hoy las precipitaciones darán un respiro, aunque no habrá que echar las campanas al vuelo, porque el riesgo viene en forma de deshielos que podrían ocasionar riadas, según la última previsión de la agencia, que también prevé que este miércoles vuelvan las lluvias, si bien no se espera que sean tan vehementes como las sufridas sábado, domingo y lunes que, en combinación con el deshielo acabaron por anegar ayer locales, garajes, carreteras y fincas y por empapar los ánimos.

El Gobierno da por «controlado» el episodio de inundaciones toda vez que el nivel de agua de los ríos ha bajado. A las 11.00 horas ya no preocupa la situación de ninguno. Tan solo durante la noche estuvo en seguimiento el Asón en Ramales de la Victoria, pero ni siquiera está siendo especialmente vigilado al haberse rebajado sustancialmente el caudal. El Pas a su paso por Carandía, que anoche inquietaba, ha amanecido un valores alejados del nivel de alerta, lo mismo que el Ebro, otro de los que en la tarde de ayer tuvo en vilo a los servicios de emergencia.

La Consejería de Presidencia rebajó a primera hora de la mañana el nivel de alerta del Plan de Inundaciones de Cantabria (Inuncant), que se mantiene en el nivel cero debido a que no se registran incidentes significativos. Las inundaciones que persisten están muy localizadas y pueden ser resueltas con los efectivos disponibles del Gobierno en cada zona, aunque los servicios de emergencia del Gobierno tendrán que emplearse a fondo en reparar carreteras, caminos y montes.

La consejera de Presidencia, Paula Fernández, ya confiaba anoche en que se cumpliera la previsión meteorológica que especificaba que, partir de las 22.00 horas, las precipitaciones iban a remitir, lo que ayudaría a recobrar la normalidad. Hoy hay que aplicarse «a la recuperación» de las zonas que han sufrido los mayores estropicios «y a la valoración» de las averías, señaló.

Estas serán más cuantiosas en Ampuero y Vioño, donde las inundaciones golpearon con más fuerza. Aunque tampoco olvidarán estos días en toda la línea del Pas -en este área anoche había alrededor de 80 personas evacuadas de sus casas- en Soba, en San Felices de Buelna, Ramales de la Victoria o en Villacarriedo, los cuatro puntos en los que más litros de agua se recogieron ayer. Aunque el día se prevea más tranquilo en lo que al tiempo se refiere, no lo será para las aseguradoras, que empezarán a recibir las cientos de llamadas de los afectados por toda la región.

Los únicos incidentes de los que da cuenta esta mañana de martes el 112 son asuntos menores. Los bomberos autonómicos y municipales han achicado agua, sobre todo garajes, y, en Entrambasaguas, un conductor quedó bloqueado anoche con su vehículo, por lo que fue ayudado a salir por los vecinos que se encontraban en la zona. A última hora del día de ayer, los bomberos de Santander y la Policía Local de Piélagos también rescataron a dos personas que quedaron atrapadas en su vehículo en una carretera inundada en Parbayón (Piélagos).

El lunes se inició bajo una cortina de agua o de nieve (dependiendo del lugar) y la inestabilidad fue a menos poco a poco: a medida que fueron pasando las horas las granizadas y los aguaceros dejaron paso a unas lluvias más llevaderas. Si las predicciones se cumplen, este martes también irá de peor a mejor. Para las primeras horas se esperan precipitaciones débiles y, según avance el reloj, se irán abriendo las nubes hasta llegar a cielos con grandes claros por la tarde.

Las temperaturas serán hoy más templadas que en estos días pasados. En Reinosa se esperan hoy hasta 9º de máxima frente a unas máximas del sábado por debajo de los 4º-, mientras que Santander, por ejemplo, llegará hasta los 14º al mediodía. Hace dos días se quedó en una máxima de 9º. Pero esta tendencia positiva tendrá su reverso, también bien conocido en la región: si tras las enormes nevadas que trajo Arwen en toda la parte sur de la comunidad el tiempo cambia demasiado aprisa, el deshielo se convierte en el nuevo riesgo porque alimenta los ríos con una rapidez que los cauces son incapaces de asumir y llegan los desbordamientos.

De ahí que en las próximas horas, la principal inquietud serán las riberas de ríos, torrentes, arroyos, riachuelos, afluentes y regatos, que fueron alimentados por Arwen con agua y que, ahora, pueden seguir siendo cebados por la nieve que se derrita. Este fue el problema en Reinosa hace dos años (el próximo día 20 se cumple el aniversario de las peores inundaciones que se recuerdan en la capital de Campoo) y las autoridades autonómicas están cruzando los dedos para que no se repita aquel escenario en que se juntaron el agua de las precipitaciones con la que generó el desnieve de la alta montaña. En aquel momento, los vecinos sufrieron una auténtica riada que se llevó coches a rastras por las calles y dañó gravemente negocios, garajes, trasteros y locales.