Borrar
Foto: Alberto Aja / Vídeo: Héctor Díaz

Hoy, en Mercasantander: «Hay existencias de sobra»

La despensa de las tiendas cántabras trabaja «con normalidad» aunque sometida a los vaivenes de unas «ventas caóticas»

Álvaro Machín

Santander

Jueves, 19 de marzo 2020

Suena la radio con esos programas mañaneros de fondo. Los que te insisten en que hay que despertarse sonriendo. «¿Día del padre? Nosotros, a pringar. Como siempre». Es la conversación en uno de los pasillos entre dos que tienen pinta de verse a diario. Uno lleva mascarilla y guantes. El otro va a cara descubiera. Van y vienen con el carretillo lleno de cajas de fruta. Si no fuera por esa mascarilla y porque en los corrillos, algo más distanciados, uno le suelta a los demás «lo último» que acaba de «leer de la OMS», nadie diría que en España se está viviendo lo que se está viviendo. Es la estampa de Mercasantander a las siete de la mañana. Si uno se pasa por allí y pregunta sacará dos cosas en claro. Que el coronavirus ha provocado que las ventas sean una montaña rusa. El lunes fue «de récord», pero llevan tres días «mirando». Esa es la primera. La segunda será darse cuenta de que matarse en una cola arrimándose al prójimo para comprar patatas por si se acaban no tiene sentido. «No falta de nada. Existencias hay de sobra». Vean las fotos con las cajas llenas.

La despensa de las tiendas de Cantabria es un pequeño mundo con sus propias reglas. Como las lonjas o la bolsa. Con su orden. En el pabellón de frutas y hortalizas es en el que mejor se palpa. Los jueves y los lunes son los días fuertes. «El lunes parecía que se acababa el mundo», cuenta un joven empleado junto a un montón de sacos de patatas. «Pero ayer no hubo casi nadie y de estos que ves ahora, la mayoría es de aquí, no son clientes». Lo de las patatas fue justo uno de esos productos que, como el papel higiénico, se convirtió en curioso objeto de deseo. «Al principio, sí. Se han vendido mucho. Pero ahora ya no porque han hecho mucho acopio».

Lo que dice el chico –que bromea con un compañero que pasa cerca sobre la mascarilla que lleva: «con protección siempre»– coincide con el resumen de los mayoristas. «El lunes fue uno de esos días de récord. Se trabajó mucho, pero la gente ahora no compra porque tiene existencias. El ama de casa no necesita reponer. El saco de patatas de 25 kilos le dura un mes. Yo lo veo por mi casa, que ahora tenemos de todo». Lo cuenta Jesús Espinosa (Frutas Espinosa) y, en el rato de la charla, es verdad que sólo un cliente se le acerca a preguntar por «las reinetas». «Tienes dos distintas, ¿no?». Está muy parado. O sea, que se vendió «mucho» y ahora, muy poco. «Para nosotros es mejor más escalonado, no compensa ese día tan fuerte».

Alberto Aja

Su análisis coincide casi calcado con el de Gema Combarro (de José María Combarro, otra empresa mayorista que opera en Mercasantander). «El primer y el segundo día la gente empezó a comprar más de lo normal, pero estos tres últimos se ha neutralizado todo y se está vendiendo menos porque la gente tiene mucho en su casa».

En el mundo rural

El matiz en el análisis lo pone Pedro Artalijo en el muelle de carga. Anda a la carrera metiendo cajas en la furgoneta para abrir la persiana de su establecimiento Covirán en La Cavada. Él aquí es cliente. Pero habla de sus propios clientes, los vecinos que acuden a la tienda. «Son días muy intensos. Hay mucha venta y la gente está un poco nerviosa. Vienen con precaución. No creas que ha bajado tanto ahora, porque hay mucha gente mayor con poca capacidad para moverse y que tiene que ir a la tienda a menudo». Y en este punto añade un aspecto interesante. «En las zonas rurales hay muchas personas que no quieren venir a las grandes superficies porque hay mucha acumulación de gente. No quieren moverse». Eso supone que tiran de la tienda cercana, la que hay al lado de casa.

En lo que no hay discusión es en que hay de todo. Fresco y de aspecto radiante. Salta a la vista recorriendo los pasillos. «Género hay para todo el mundo. No hay escasez y nuestros proveedores no nos han dejado de servir en ningún momento. Entra todos los días y no hay ningún problema de abastecimiento», resume Combarro. Y otra vez coincide con Espinosa: «No falta de nada. Existencias hay de sobra».

«Entra género todos los días y no hay ningún problema de abastecimiento»

«El lunes se trabajó mucho, pero la gente ha llenado la despensa y ahora estamos mirando»

Jesús Espinosa - Mayorista Frutas Espinosa

«En las zonas rurales hay gente que no quiere ir a las grandes superficies por la acumulación de personas

Pedro Artalijo - Covirán La Cavada

Esa idea se sustenta con los datos que ofrece la gerencia de Mercasantander. Cada tarde entran unos «veinte o treinta camiones» (y unos mil vehículos acuden a comprar a diario). «Son cifras bastante parecidas a la media en esta época del año. Y en la estadística diaria que enviamos a Mercasa (la nacional), el retorno que nos llega es que funcionamos como el resto del país», explica Juan José Fernández, director gerente. «Esta semana es la primera de confinamiento. Hoy ha entrado mucha mercancía y los mayoristas piensan de qué manera se organizan dependiendo de las compras de la semana que viene. Hay una incertidumbre porque nadie sabe cómo se va a comportar el mercado y los clientes». Fernández habla de esas compras «a lo bestia» los primeros días en las grandes superficies, pero también del fenómeno que ahora supone bajar a comprar más poco a poco a las tiendas «hasta como disculpa en algunos casos para salir». «En el momento en que pasa el miedo a quedarse sin comida se compra más escalonado».

Son las nuevas normas, los hábitos de estos días. De hecho, la estructura de venta de Mercasantander también varía. Suministran a tiendas y mercados municipales. Correcto. Pero también lo hacen para los mercadillos o la hostelería, ahora cerrados. O sea, que su número de clientes –entendidos como sectores– se ha reducido a la mitad, «pero las personas que existen son las mismas y comen igual». Si acaso, por buscar pequeños aspectos que están notando estos días, puede que el cliente que se pasaba dos o tres veces por semana pase ahora una «y decida llamar por teléfono a su mayorista de confianza en vez de acercarse él a elegir». Por aquello de restringir las salidas y limitar los movimientos al máximo. Más teléfono y menos presencia. Por lo demás, insiste Fernández, siguen trabajando «con normalidad».

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

eldiariomontanes Hoy, en Mercasantander: «Hay existencias de sobra»