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Nancy Paola Reyes y Carlos Andrés Bustamante llegaron a Cantabria a mediados de julio. Para «pasar unos días», como cuenta la Policía Nacional, pero con la intención de continuidad si las cosas salían bien. La idea de la pareja era sondear el mercado laboral y ... tratar de buscar un empleo. Quedarse una larga temporada. Ella, la joven de 28 años cuyo cadáver fue localizado el pasado jueves repartido en siete bolsas de plástico en un descampado de Santander cercano a los ascensores que comunican la calle Alta con las vías del tren, había dejado un trabajo como asistenta del hogar en Ciudad Real y estaba «muy ilusionada» ante la posibilidad de comenzar una nueva vida. «Nos decía que estaba contenta y que le alegraba vivir cerca de la playa», cuenta Dénilson, hermano de la que parece la víctima número 34 de la violencia machista en España en lo que va de 2020. Aunque los investigadores no tienen ninguna duda, el estado de descomposición del cuerpo es tal que ni siquiera el informe forense ha podido confirmar al 100% la identidad. Ahora, se esperan los resultados de la muestra de ADN.
Las conversaciones de Nancy Paola con su hermano eran diarias y siempre, desde que la joven llegó a Cantabria, en tono positivo. Parecía feliz. Hasta el 19 de agosto, cuando se produjo la última llamada, no hubo palabras que hicieran sospechar de un desenlace como este. «Me djo que se habían instalado en Guarnizo». Dénilson se quedó con ese nombre, el de la primera residencia por la que pasaron, pero la familia de la chica desconocía que desde que llegó a Cantabria a mediados de julio hasta que fue asesinada el 20 de agosto -esa es la fecha que maneja la Policía- la pareja recorrió distintas viviendas.
Mediados de julio La pareja, residente en Ciudad Real, se traslada a Santander con la intención de buscar trabajo.
19 de agosto Último contacto de Nancy Paola con su hermano. Le dice que está contenta en Cantabria. Nada que pudiera hacer prever el trágico desenlace.
20 de agosto Esa mañana es la última en la que los testigos la ven con vida en Santander. La Policía cree que ese mismo día pudo cometerse el crimen.
26 de agosto. La madre del novio presenta en Ciudad Real la denuncia por la desaparición de la chica. Ese día, la ratifica la familia de la chica y el hermano recibe un mensaje de Carlos Andrés dice que Nancy se ha ido voluntariamente.
27 de agosto La pareja y presunto autor acude a una comisaría de Madrid para informar de la desaparición de su novia. Él, ya sospechoso, es detenido y enviado a prisión.
17 de septiembre A raíz de la investigación, aparecen en Santander siete bolsas con el cuerpo desmembrado de la joven.
Diferentes lugares de paso hasta llegar a una vivienda en alquiler del portal 3 de la calle Carlos III, en el entorno de las estaciones, muy cerca del lugar del hallazgo del cuerpo desmembrado. Los investigadores no saben cómo se produjo el crimen, pero tienen todas las certezas de que ocurrió allí. Los restos de sangre encontrados apuntan en esa dirección. Antes del descuartizamiento, se sospecha que el presunto asesino usó un arma blanca, un objeto contundente o incluso la asfixia. Está por confirmar. El propio jefe superior de Policía, Héctor Morena, apuntaba el viernes que son hipótesis construidas en base más a la experiencia y la forma de actuar propia de los delincuentes en este tipo de episodios que a las pruebas recopiladas.
«Vinieron los agentes y me preguntaron que si les conocía, que era muy importante que recordara cuándo había sido el último día que les había visto y que si había escuchado ruidos o golpes en ese piso», señala una de las vecinas del bloque. Sí recordaba perfectamente haberse cruzado con Carlos Andrés, pero la cara de ella le resultaba totalmente desconocida. Para entonces, la joven ya estaba muerta.
Esa visita ocurrió el 27 de agosto, sólo un día después de que se pusiera la denuncia de desaparición de Nancy Paola en la comisaría de Ciudad Real. Es decir, el día siguiente a que se pusiera en marcha la operación policial, los investigadores ya tenían totalmente identificado el lugar del crimen.
A él, los vecinos de la Plaza del Progreso le recuerdan caminando con muletas y sentado en los bancos de la zona. Siempre solo. Cuando la Policía, en el transcurso de la investigación, enseñaba la foto de la pareja, muchos le identificaron. «Pensábamos que sería por un asunto de drogas, pero esto no lo podíamos imaginar», reconoce otro hombre. Incluso protagonizó un pequeño altercado cuando se acercó a pedir un cigarro a un chico y al decirle este que no tenía reaccionó de forma violenta. «Pero de ahí a ser un asesino como parece...».
A partir del 27 de agosto, la Policía empezó a tirar de un hilo que derivó en la detención del presunto autor del crimen en Madrid esa misma jornada cuando acudió también a denunciar la desaparición de su novia. A la vez, comenzaba una difícil tarea de reconstrucción de los hechos. ¿Qué pasó con el cuerpo? Pues una parte de la respuesta la han dado las cámaras de seguridad de los negocios que hay en el trayecto entre el portal de la calle Carlos III y el lugar del hallazgo. Muchos establecimientos de la calle Castilla en los que los investigadores pidieron las grabaciones. «A mí la cámara no, pero me enseñaron las fotos de unos guantes y de un cuchillo enorme y me preguntaron si aquí lo vendíamos», detalla Jin, tendera de la zona.
Las diligencias policiales llevadas a cabo en Santander a raíz de la aparición del cuerpo, así como el informe forense, los recibirá el Juzgado de Instrucción 3 de la ciudad, pero lo más probable es que el siguiente paso de la jueza sea inhibirse en favor del Juzgado de Violencia de Género de Ciudad Real, que abrió el caso con la denuncia. Una denuncia -la primera- que no puso la familia de la víctima, sino la madre del presunto homicida. «¿Por qué no nos llamaron a nosotros? Hasta una semana después de que dejara de dar señales él no se puso en contacto con nosotros. Me mandó un mensaje al Facebook para decirme que se había ido. ¿Por qué esperó? Por eso tenemos pocas dudas», apunta el hermano de la fallecida. Carlos Andrés, en prisión preventiva, no sólo no ha colaborado, sino que insiste en que su novia se fue porque quiso.
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