Ofensiva del PP cántabro para frenar la opción electoral de Beitia ideada por Génova

La decisión se tomará hoy en una reunión a cara de perro entre Buruaga y Javier Maroto en Madrid. En ese encuentro se pondrá sobre la mesa una lista de cuatro nombres: Ruth Beitia, la propia Buruaga, Juan Corro y Diego Movellán. Aunque estos dos últimos sólo son aspirantes de relleno frente a la verdadera intención de Génova de colocar a la exatleta como su cabeza de lista. Un extremo negado por Javier Maroto, vicesecretario de Organización del partido, quien aseguró que todos ellos parten con las mismas opciones y no hay favoritos. «La decisión se tomará en consenso», dijo.

Pero estas palabras han herido todavía más a los miembros de la Ejecutiva autonómica, atónitos tras comprobar que la persona de confianza de Pablo Casado sitúa a la presidenta elegida en el Congreso por la mayoría de militantes al mismo nivel y con las mismas opciones que los otros tres.

El impacto de este giro inesperado ideado por Génova puede ser terrible para las aspiraciones electorales del PP. Hay alcaldes y números uno en municipios que se plantearán retirar sus candidaturas si Buruaga es desplazada, como la regidora de Entrambasaguas, María Jesús Susinos. «La elección de Beitia sería un error gravísimo que supondría un daño irreparable para el PP», aseguró ayer. Una opinión compartida también por otros regidores que ya han sido confirmados por el partido para los próximos comicios. Si se cumplen estas amenazas, obligaría a rehacer en tiempo récord las listas del PP en toda la región a sólo cinco meses de la cita con las urnas.

La presión de los fieles a Buruaga llegó ayer a Madrid por dos vías. La primera, por internet. Aunque desde la dirección regional aseguraron que no existía ninguna acción coordinada, las redes sociales se llenaron ayer de mensajes de indignación por lo que consideran una injerencia de Madrid, además de una «pésima» elección de cabeza de lista. Tanto miembros de la Ejecutiva como militantes citaron directamente a Maroto, Pablo Casado y otros altos cargos nacionales en sus mensajes para asegurarse de que les llegaba su rechazo a la posible candidatura de Beitia.

La segunda vía de presión llegó con los teléfonos. A este periódico le consta que importantes nombres del PP cántabro han tirado de agenda para «hacer entrar en razón» a Pablo Casado. Se ha contactado con dirigentes con 'pedigrí nacional' que pueden tener cierta influencia sobre él, como es el caso de Adolfo Suárez Illana, nombrado por el propio Casado como presidente de la Fundación Concordia y Libertad –estrechamente vinculada al partido–.

Los más cercanos a Buruaga esperan que estos movimientos hagan cambiar la opinión de la dirección nacional, pero no todos lo tienen tan claro. A algunos afiliados con peso en el partido les cuesta creer que Génova vaya a dar ahora marcha atrás y que la decisión de optar por Ruth Beitia ya está tomada. En cualquier caso, dicen, «el mal ya está hecho».

De confirmarse la candidatura de la medallista olímpica, el balón estaría entonces en el tejado del Comité Electoral regional, presidido por la diputada Isabel Urrutia, mano derecha de Buruaga y una de sus más firmes defensoras en los peores momentos de la crisis interna sufrida por el partido en el último año y medio. La propia Urrutia destacó ayer que los estatutos señalan a este comité como el encargado de elaborar y proponer las candidaturas, mientras que Madrid decide posteriormente. Y no al revés, como estaría sucediendo en este caso.

Si el nombre de Beitia llega a este comité se abrirán varios posibles escenarios, algunos de ellos de claro enfrentamiento con la decisión de Madrid. Hay que tener en cuenta que los miembros de este órgano –Avelino Cuartas, Mónica Arce, José María Alonso, Adolfo López, Leticia López, Olga Cuesta, Gabriel Viar, la citada Urrutia y un miembro de Nuevas Generaciones– son de la cuerda de Buruaga. El comité podría negarse a firmar una lista electoral encabezada por Beitia y enviar a Madrid otra distinta liderada por Buruaga, una potestad que le otorgan los estatutos. Ante esta 'rebelión', Génova podría tomar la decisión de disolver la Ejecutiva regional y poner una gestora en su lugar. Aunque este sería, sin duda, el caso más extremo.

Para conocer cómo respira este órgano clave en el desenlace de los próximos días, basta con leer las palabras de apoyo de Urrutia a su presidenta: «Ha habido un Congreso y los afiliados decidieron legítimamente a María José Sáenz de Buruaga. Maroto ha asegurado que se elegirá al candidato por consenso. Así que debemos ser prudentes y esperar».

Mientras toda esta maquinaria de apoyo a Buruaga no dejó de funcionar ayer, Beitia optó por el mutismo. Este periódico se puso en contacto con la diputada, a la que Pablo Casado invitó a formar parte de su Ejecutiva nacional como encargada de deportes, pero prefirió no hacer declaraciones.

La noticia de su posible candidatura no le cogió por sorpresa, evidentemente, ya que además de reunirse con Maroto y Santiago Recio el pasado viernes en Génova, Beitia trasladó sus planes a personas de confianza del sector crítico con Buruaga y cercanas a su mentor Ignacio Diego. Sólo así puede entenderse el mensaje que la senadora Esther Merino envió por teléfono la pasada Nochevieja para felicitar el Año Nuevo: «Va a haber un golpe de efecto y la normalidad volverá al partido».

La última pieza del puzzle es Gema Igual. La alcaldesa de Santander ya ha dado el visto bueno a su candidatura y Madrid la apoya «al cien por cien». El problema es que esa decisión se tomó antes de que saltara el 'caso Beitia' y está en duda que Igual mantenga su nombre en la lista si no es Buruaga la candidata la Presidencia.