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El espacio sociosanitario Padre Menni y la residencia Santa Lucía, en Santander; el Asilo San José, en Torrelavega, y el Centro de Atención a la Dependencia (CAD) de Laredo serán las siguientes paradas, en los próximos días, del plan de vacunación contra el covid en ... Cantabria.
La llegada, ayer, con un día de retraso, de la nueva remesa de vacunas de Pfizer, con cerca de 7.000 dosis, permitirá acelerar la estrategia de vacunación que se inició el pasado domingo en el CAD de Cueto casi de manera simbólica. En esa jornada inaugural fueron inmunizadas 39 personas del centro, entre usuarios y trabajadores, un trabajo que se extendió a otras ochenta en la siguiente jornada y que ayer continuó para terminar de proteger a los casi cuatrocientos residentes y empleados.
Este lote de vacunas es el primero de los doce que llegarán a Cantabria con periodicidad semanal, tal y como anunció la Consejería de Sanidad. Tras el problema logístico sufrido por la farmacéutica, que demoró un día el envío de los viales desde su fábrica de Puurs, en Bélgica, la entrega y distribución se realizó ayer sin más incidencias. El lote de vacunas destinadas a España, más de 350.000 dosis, llegaron a primera hora a bordo de aviones de Iberia que aterrizaron en los aeropuertos de Madrid, Barcelona, Vitoria, Valencia y Sevilla. El envío destinado a la región llegó por carretera, desde la capital alavesa, sobre las diez de la mañana.
El retraso de 24 horas en la entrega de las dosis no interrumpió la vacunación en el CAD de Cueto, dado que en la primera jornada no se administraron todas las disponibles, aunque sí limitó la posibilidad de acelerar el trabajo de los equipos.
Una vez se complete la inmunización del CADde Cueto, se iniciará el proceso en los centros ya citados, sometidos en las últimas semanas a cribados para descartar la existencia de brotes.
En Padre Menni, a la espera de más detalles sobre el próximo comienzo de la vacunación, su gerente, Carlos Pajares, celebraba la noticia. «Estamos encantados. Sabíamos que tendríamos que ser uno de los primeros centros beneficiados y había cierta expectación entre la gente, que tiene muchas ganas de empezar a superar todo esto».
Pajares explicó que el personal del centro ha soportado durante toda la pandemia «una carga psicológica muy fuerte», con la responsabilidad de proteger a los pacientes y extremar el cuidado para evitar contagios.
«Desde el punto de vista de los números, hemos sufrido muy pocos contagios durante la pandemia, y actualmente estamos completamente limpios», explicó. «Lo hemos conseguido a base de un impresionante esfuerzo de organización y económico, desarrollando estrategias muy por encima de las que se nos han pedido desde las Consejerías de Sanidad y Políticas Sociales. Económicamente, el covid nos ha supuesto un impacto de más de medio millón de euros, que ha sido el coste de hacer las cosas realmente bien, y no solo formalmente».
En el caso de Padre Menni, el hecho de no ser una residencia al uso, sino un espacio sociosanitario que dispone de su propio cuerpo sanitario, del que forman parte once médicos, treinta enfermeras y un amplio equipo de auxiliares, ha permitido, según su gerente, una actuación más eficaz para hacer frente a la pandemia. «Contamos con gente con un conocimiento bastante claro de lo que hay que hacer, y eso nos ha ayudado mucho y ha hecho posible este buen resultado. No hemos padecido brotes, y solo alguna incidencia muy puntual. No obstante, lo más difícil es que cuando entra el virus no te lo llene todo».
Al igual que en los demás establecimientos de atención a dependientes y mayores, será necesario contar con el consentimiento de usuarios y trabajadores para ser vacunados. En Padre Menni se trata de un colectivo «complicado», que obliga a contactar con los tutores legales para obtener el permiso y tratar de informar y convencer a quienes no están legalmente incapacitados. «Sí nos hubiera gustado contar con un poco más de tiempo de 'pre-preparación', pero estamos encantados con la vacuna, es una extraordinaria noticia», concluyó Carlos Pajares.
Tanto desde el Ministerio de Sanidad como desde el Gobierno regional se está tratando de combatir la desconfianza hacia la vacuna, bastante extendida entre la ciudadanía, al ser la única herramienta que puede acabar con la crisis sanitaria. Ese temor no parece haber calado en Cantabria donde, hasta el momento, solo una persona ha rechazado vacunarse, tal y como indicó la responsable de la estrategia de vacunación contra el covid-19 en la región, Flora Pérez. Además, si esas dudas ante la inmunización provienen del temor a hipotéticos efectos adversos del preparado de Pfizer, no se debería olvidar que ninguno de los cántabros que han recibido la vacuna ha experimentado otros problemas más allá de las molestias que ocasiona cualquier otra, como una leve hinchazón en el lugar de la inyección.
La selección de los siguientes centros que suceden al de Cueto en el plan de vacunación responde a los criterios marcados por el Ministerio, que prioriza en esta primera fase de inmunización a aquellos que atienden a mayor número de personas y están libres de brotes, de ahí que se aumente la frecuencia de los peinados en los centros para descartarlos.
La llegada de más vacunas puede facilitar que, en paralelo al grupo de residencias de ancianos y centros que atienden a personas dependientes, se pueda abordar la vacunación del personal sanitario de primera línea, aquel que trabaja en contacto directo con pacientes de coronavirus, que conforma el grupo 2 de la Estrategia Nacional. «La vacuna es la clave. El ritmo de vacunación se va a adaptar precisamente a la llegada de las dosis», insistió Flora Pérez.
Después de inmunizar a estos dos grupos, se procederá a vacunar al resto de personal sociosanitario (el grupo 3) y a los grandes dependientes que no viven en instituciones, sino en su casa (grupo 4).
Si se cumplen las previsiones de las autoridades sanitarias cántabras, estos cuatro grupos, unas 30.000 personas en total, podrían estar vacunados durante los tres primeros meses del año, pero siempre dependiendo de que el ritmo de entrega de las dosis de Pfizer sea el esperado. «Si el ritmo de llegada de la vacuna se produce como está previsto y no hay incidencias, la estimación es que alrededor del primer trimestre estén vacunadas estas personas», indicó la responsable del plan de vacunación en Cantabria.
En cuanto se complete la cobertura de estos cuatro grupos, llegará el turno del resto de la población, que podría estar vacunada en el verano de 2021.
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