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Las cofradías de pescadores de Cantabria están «indignadas» por las valoraciones realizadas por la Asociación de Fabricantes de Conservas de Pescado de Cantabria (Consesa), que califica de «decepcionante, insatisfactoria y poco equilibrada» la costera de la anchoa, al constatar, según dicen, que «otro año más ... se sigue reduciendo el tamaño medio de la anchoa subastada en las lonjas de la región, siendo más del 70% de la pesca capturada inservible para la elaboración de filetes de anchoa».
El malestar del sector pesquero viene motivado, entre otras razones, «porque los datos aportados por las conserveras no se corresponden con la realidad de la costera», según apuntó ayer el presidente de la Federación de Cofradías de Cantabria, César Nates, que traslada la «satisfacción» del sector por las capturas realizadas, pero no por el precio de venta. «Esas declaraciones son un atrevimiento porque este año han comprado más anchoa y a menor precio que en 2021». Y como ejemplo, Nates saca los datos de la Cofradía de Laredo, de la que es el patrón mayor. «El año pasado se subastaron 150.000 kilos de anchoa para fábrica de entre 30 y 40 granos (unidades por kilo) que se vendieron a una media de 2,35 euros, y este año se han vendido 600.000 kilos a una media de 2,09 euros».
Por eso, el representante de las cofradías de Cantabria no entiende que las conserveras digan que las capturas de anchoa que se transforman en la fábrica «han sido simplemente testimoniales». «Si al consumidor la lata le cuesta más no es porque a los pescadores les hayan pagado más», añade Nates, que también afirma que el precio del gasoil les ha subido un 70% respecto a 2021, «y no lo estamos compensando».
Las conserveras critican que «en las pocas semanas en que se localiza la anchoa 'buena', la de mayor tamaño, por parte del sector extractivo se intenta aumentar el precio de la pesca reduciendo la demanda estableciendo 'bandera', prohibiendo pescar los lunes y viernes, limitándose así la posibilidad de abastecerse de materia prima a nuestra industria». Frente a esta afirmación, Nates -que apunta que en la región se ha subastado más del 50% de la cuota del Cantábrico- señala, por un lado, que «al pescador le interesa vender los kilos que valgan más dinero» y que cuando se establece 'bandera' es «para regular la pesquería y que se mantenga abierta todo el año». «No tenemos otras herramientas de gestión», añade, al tiempo que deja claro que «no tomamos una decisión para fastidiar al conservero porque somos los primeros que no queremos pescar anchoa pequeña».
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Javier González Mellado
Al patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Santoña, Miguel Fernández, tampoco le han gustado nada las declaraciones de la asociación de conserveras. Es más, las considera «decepcionantes» y «vergonzosas». ¿Por qué? «El pescado ha sido mucho mayor y mejor que el del año pasado». «Y un octavillo de anchoas, que son ocho filetes extraídos de cuatro bocartes, lo venden a entre 5 y 8 euros, cuando pagan 2,5 euros el kilo de pescado de 35 granos».
César Nates | presidente de la Federación de Cofradías de Cantabria
Sobre la propuesta de cambio de gestión del caladero que plantea Consesa, Fernández se muestra a favor, «siempre que ellos contraten a los barcos, garantizando así un sueldo a los pescadores». «Lo que no puede ser es un bocarte a la carta: bueno, bonito y barato. Que me diga una empresa que vaya a la mar a buscar bocarte que no sabemos si existe para que ellos lo paguen bien barato y los barcos vayan a la ruina». Este debate no es nuevo, según el patrón del cabildo santoñés, pero «dime qué fábrica de anchoas ha cerrado, porque yo puedo decir que un montón de barcos han desaparecido».
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