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El Gobierno de Cantabria ya tiene preparado el documento que servirá para vertebrar toda su línea política y sus actuaciones a lo largo del año que viene. El Presupuesto de 2020, que ha presentado este miércoles en el Parlamento regional la consejera de Economía ... y Hacienda, María Sánchez, será el más alto de toda la historia y ascenderá hasta los 2.885,9 millones de euros. Por tanto, unas cuentas que suponen un incremento del 1,26% respecto a las del ejercicio que acaba en diciembre. Crecen, pero de forma contenida. «Es realista y atiende a lo más urgente y necesario», explicó ayer Miguel Ángel Revilla durante la reunión que mantuvo con los agentes sociales.
El presidente regional manifestó a sindicatos y patronal su intención de consolidar la mejora de la Educación y la Sanidad que comenzó la pasada legislatura, atender las necesidades detectadas en el sistema de dependencia y aplicar una fiscalidad más justa. Durante esa reunión, el bipartito PRC-PSOE hizo un esbozo, pero no bajó a los números concretos. Según ha podido saber este periódico, uno de los grandes ganadores del Presupuesto, que ha recibido el visto bueno en un Consejo de Gobierno extraordinario antes de ser remitido a la Cámara, es el Capítulo 1, el que corresponde al gasto de personal, que se dispara un 6,15%.
En cifras absolutas, supone 990,2 millones de euros, que son 57 más que los que se reservaron para este año. Los cerca de 19.000 empleados públicos de la Administración autonómica pueden estar tranquilos porque, aunque este borrador todavía es susceptible de sufrir modificaciones, no se esperan grandes cambios gracias a la mayoría absoluta de la que gozan en el Parlamento los dos grupos políticos que sustentan al Gobierno.
La intención del Ejecutivo es que los salarios suban de media un 3% -salvo para altos cargos y directivos de las empresas públicas- en los próximos 12 meses, un porcentaje que se suma al 2,5% acumulado este año. «Se trata de un esfuerzo financiero muy importante para consolidar los servicios públicos y las condiciones laborales del personal», defiende la consejera de Presidencia y Justicia, Paula Fernández. El resto se explica por el aumento de la plantilla con las nuevas promociones y porque, esta vez sí, se ha intentado evitar el desfase entre lo presupuestado y lo que se necesitará. O lo que es lo mismo, que no pase lo que ha ocurrido ahora, que se ha llegado a final de curso con las partidas para sueldos agotadas. Para que no haya que hacer encaje de bolillos y sacar esos euros de otros capítulos distintos.
22,6
del PIB es la tasa de deuda que tendrá Cantabria a finales de este año si se cumple la previsión del Ejecutivo.
También sube un 3,8%, hasta los 476,8 millones, el gasto corriente para el normal funcionamiento de todos los servicios, desde la luz de los centros de salud hasta la seguridad de las sedes judiciales; y un 5,1%, hasta los 685,1 millones, el capítulo de las transferencias corrientes, correspondiente al montante total que distribuye el Ejecutivo a los ayuntamientos y otras entidades. Todo eso es posible porque baja la cuantía que se destina al pago de la deuda. Todo lo que los cántabros deben a los bancos. A día de hoy, 3.186 millones, más incluso que el propio Presupuesto. ¿Por qué? Lo que dice el bipartito es que como ha hecho los deberes en los últimos cuatro años, ahora se podrá reducir. Esto «permitirá liberar fondos de la amortización de intereses para destinarlos a cubrir otras necesidades».
La evolución de esta variable desde 2011 asusta. Entonces era del 10,3% del PIB autonómico. En 2015, cuando asumió al poder la coalición PRC-PSOE estaba en el 22,1%, en los últimos tres años ha rondado el 23% y este año está previsto que caiga algo, para cerrar en el 22,3%. Si las cuentas de la consejera son buenas, en 2020 quedará en el 21,6% cumpliendo a la vez con la regla de gasto del 2,8% que marca el Estado y el objetivo de déficit. Un escenario ideal que la realidad tendrá que confirmar. Así, el dinero para deuda en 2020 será de 467,1 millones, frente a los 431,4 del año anterior. «Blindamos el estado de bienestar y reducimos el endeudamiento de la comunidad autónoma», dice Sánchez. El otro damnificado es la inversión real. Las obras, entre otras cosas. Habrá 162,1 millones para ello, pero es un 9,5% menos.
El incremento de los gastos de personal explica una parte importante de los aumentos que experimentan las consejerías de Sanidad y Educación, ya que son también las que cuentan con un mayor número de funcionarios y personal laboral. De hecho, estos departamentos son dos de los más beneficiados en este documento.
En esta ocasión, no es fácil hacer un análisis por consejerías y determinar qué departamentos tendrán más presupuesto y cuáles menos. Esto es debido a los cambios que se han producido en el organigrama del Gobierno autonómico y a la creación de una cartera más que las que existían durante la anterior legislatura. Un buen ejemplo son las políticas de Medio Ambiente, que antes estaban en una consejería -la que gestionaba Eva Díaz Tezanos- y ahora se dividen entre Medio Rural (Guillermo Blanco) y Obras Públicas (José Luis Gochicoa), para todo lo que tiene que ver con saneamiento y abastecimiento. Y las competencias en Vivienda, que estaban con Obras Públicas, pasan a Servicios Sociales (Ana Belén Álvarez), la consejería que ha 'robado' a Economía las políticas de empleo.
Sí se puede hacer la comparativa en los departamentos que no se han visto afectados por estos cambios. Sanidad y el Servicio Cántabro de Salud crecen en conjunto un 8% (los datos absolutos aparecen en la tabla superior), mientras que en Educación sube un 2,1%. Tampoco es exacto del todo porque ahora, con Marina Lombó al frente, incorpora Turismo y pierde Deporte. Apenas hay variaciones en el Instituto Cántabro de Seguridad y Salud o en el Servicio Cántabro de Empleo, y más destacada es la mejoría de la dotación presupuestaria del Instituto Cántabro de Servicios Sociales, que gana cuatro millones de euros en esa apuesta por «mejorar el sistema de dependencia».
Presidencia y Justicia ha cumplido con la orden de María Sánchez de apretarse el máximo el cinturón para atender a las nóminas y pierde algo más de dos millones de euros, al igual que Industria.
Todo ello corresponde al apartado de gastos. Lo que no ha trascendido todavía es lo relativo a los ingresos. En este sentido, a pesar de que el Gobierno regional apuesta por hacer una fiscalidad más justa, no se prevén grandes novedades en la política de impuestos. «Se ha perdido la ocasión de llevar a cabo una reforma fiscal más efectiva para que paguen más los que más tienen», lamentaba ayer Mariano Carmona, secretario general de UGT en Cantabria, quien adelanta que seguirán insistiendo con ese asunto en el marco del diálogo social.
Sin embargo sí cree que este proyecto de Presupuestos atiende a cuestiones que el sindicato considera «fundamentales» como la mejora de la Sanidad, la Educación y la Ley de Dependencia.
El Gobierno de Cantabria trasladó ayer a los agentes sociales que la previsión de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) de la comunidad autónoma para 2020 es de alrededor del 2%. Esta cifra supera en dos décimas a la que maneja el Ministerio de Economía para el conjunto del país. Aunque el Ejecutivo autonómico reconoce que la economía global se está enfriando, asegura que «no estamos en crisis», y dice que la prueba es que tanto España como la región está creciendo todavía muy por encima de la media de la zona euro.
A falta de conocer la letra pequeña, que es determinante para que den una opinión en Comisiones Obreras, su máximo responsable en la región, Carlos Sánchez, también comparte ese aspecto y destaca especialmente el incremento en diez puntos del gasto en el Instituto Cántabro de Servicios Sociales (Icass). Ahí no ponen pegas, pero sí en lo que tiene que ver con la política laboral. «El año pasado nos dijeron que uno de los objetivos era generar actividad económica que repercutiera en empleo de calidad y no ha sido así. El mercado de trabajo sigue dejando mucho que desear», afirma CC OO, desde donde no entienden que se repitan unas políticas en esta materia que no han servido para nada y que no son concertadas ni con ellos ni con la patronal.
Frente al «clima favorable» que respiró Revilla en la reunión, Carmona le echa en cara la falta de concreción y que hayan esperado al último día, cuando ya no se pueden introducir sus propuestas, para citarles en Peña Herbosa. No lo han podido hacer hasta ahora, pero los sindicatos dicen que tratarán de enmendarlos en la Cámara a través de los grupos parlamentarios.
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