Revilla dice ahora que Cantabria ya tiene conexión al Corredor Atlántico, pero a través de Palencia

«Va a tener conexión. Cantabria no se queda fuera del Arco Atlántico Ferroviario. No nos quedamos fuera, pero lo que queremos es ir por el lugar más corto», señaló junto a los consejeros de Presidente e Industria, Paula Fernández y Javier López Marcano, respectivamente.

Sobre un plano de las redes actuales, Revilla defendió que gracias al compromiso del Gobierno de España de tener funcionando el tren rápido a la Meseta en el horizonte de 2026, la comunidad autónoma tendrá acceso al Corredor Atlántico a través de Castilla –de aquí va un ramal hacia el oeste para Portugal y otro hacia el este para la frontera francesa–, lo mismo que Asturias y Galicia.

Es más, eso ocurrirá «en el mismo plazo o antes» que los vecinos gallegos y asturianos a tenor del ritmo de los trabajos de la línea a Madrid, que detalló de su estado tramo a tramo. Hasta Palencia ya hay AVE, de Palencia a Osorno han comenzado las labores sobre el terreno, de Osorno a Alar del Rey se licitarán en mayo, hasta Reinosa se encuentra en información pública y, mientras se condiciona la vía entre Reinosa y Torrelavega, en 2022 también se estará ejecutando la duplicación entre las dos principales ciudades de la región.

«La conexión con Palencia está garantizada, pero ahora se abre una lucha para hacerlo por Bilbao». Eso es lo que pretende conseguir ahora Revilla. El regionalista tiene fe en que las instituciones europeas incluyan el tren Santander-Bilbao en el nuevo mapa de la Red Transeuropea de Transportes. En realidad es la revisión del reglamento aprobado en 2013, que ahora se vuelve a repensar y de la que Cantabria espera salir beneficiada.

El proceso durará alrededor de un año. El mes que viene, la Comisión Europea, y concretamente la comisaría de Transportes, dará a conocer su propuesta. En la reunión con Revilla del pasado martes de un alto cargo del departamento, la UE ya le dejó claro que su intención es no tocar «ni un ápice»el plan inicial. El actual dibujo de la red tendría un coste de 500.000 millones de euros –de los que Europa paga entre el 30%y el 50%– y el presupuesto es sólo de 24.000 millones. Si lo que hay no da para llevar a cabo la idea actual, como para introducir más kilómetros de AVE, vino a decir Pablo Fábregas, el portavoz de la Comisión que echó el «jarro de agua fría»sobre Revilla. En cualquier caso, el presidente prefiere ver el vaso medio lleno y se queda con el apoyo explícito que dieron a la petición cántabra tanto Josep Borrell, número dos de la Comisión, como el vicepresidente segundo de la institución.

A ambos les convencieron las razones expuestas:en plena revolución verde, apostar por una conexión ferroviaria que reduzca de forma sustancial el gran flujo de coches con Vizcaya. Para acabar con los atascos y por motivos ecológicos, pese a que la idea del Corredor Atlántico tiene más que ver con el transporte de mercancías que con el de pasajeros. Además de ese «importente» respaldo, el bipartito insiste en que el mapa sí es modificable porque ya hay al menos un cambio confirmado, el que ha pedido el francés Macron para incluir uno de sus puertos estratégicos.

Si en la propuesta de la Comisión no aparece Cantabria, todavía hay una segunda vía para incluir el tren Santander-Bilbao. A través de enmiendas de los grupos políticos de la Eurocámara, con los que Revilla también se reunió en Bruselas. Después de rechazar las críticas de la oposición, que han llegado a calificar el viaje de «vacaciones pagadas», a lo que el presidente responde que una jornada tuvo «nueve horas de reuniones y no me dio tiempo ni a ver la Grand-Place de la capital belga», ahora lo que quiere Cantabria es que España, a través de la ministra, multiplique la presión.

«Ha de quedar claro que la UE no negocia más que con los estados. No con las regiones. Lo que vale es lo que pida cada estado miembro», concluye.

. El Gobierno de Cantabria conocerá en el mes de diciembre el proyecto básico del tren rápido entre Santander y Bilbao, algo así como el primer borrador de la redacción que el Ministerio de Transportes encargó a una UTE –WSP Spain-Apia y Sener Ingeniería y Sistemas– en la que hay presencia cántabra. En el documento aparecerán las diferentes opciones que presentan los ingenieros para el trazado, así como otros detalles de la futura infraestructuras. Asuntos como las paradas, los tiempos –rondará los 50 minutos, previsiblemente– o el presupuesto aproximado de cada una de las distintas alternativas.

«Habrá un debate sobre qué modelo de ferrocarril», apuntó Revilla, que recordó que la exigencia de la región es que tenga paradas en Castro y Laredo, dos de los destinos más comunes de los visitantes vascos. El presidente afirma que es «la gran obra del futuro de Cantabria» y el consejero de Industria, Javier López Marcano, recordó ayer que uno de los requisitos es que sea un tren mixto de pasajeros y mercancías.

Revilla apuntó que, en el peor de los casos, si las instituciones europeas no incluyen el tramo a Vizcaya en el Corredor Atlántico, lo que pedirá el Gobierno de Cantabria es que los planes sigan adelante con inversión propia. De hecho, ha sido el Ministerio de Transportes quien adjudicó la redacción del proyecto, un paso indispensable antes de licitar las obras.